El Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer 2024 es una jornada mundial que se celebra el 25 de noviembre de cada año. Tiene como objetivo concienciar sobre la violencia de género y promover acciones para prevenirla y erradicarla en todas sus formas. El lema elegido para 2024 esCada 11 minutos se asesina a una mujer. #NoHayExcusa.
En el año 2000, la Asamblea General de la ONU designó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Esta celebración tiene sus raíces en las protestas de activistas por los derechos de la mujer en 1981, con el propósito de honrar a las hermanas Mirabal, activistas políticas dominicanas brutalmente asesinadas en 1960 por orden del dictador Rafael Trujillo. En 1979, las Naciones Unidas lograron la aprobación de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. Sin embargo, la violencia de género persistió como un problema grave a nivel mundial, llevando a la emisión de la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer en 1993. La campaña "ÚNETE para Poner Fin a la Violencia contra las Mujeres", iniciada en 2008, busca aumentar la conciencia sobre el problema y buscar soluciones políticas para abordarlo. Como cada año, este día marca el comienzo de la Campaña Únete de la ONU, 16 días de activismo (25 nov-10 dic) que concluyen coincidiendo con el Día Internacional de los Derechos Humanos.
Qué es la violencia contra la mujer y sus tipos más frecuentes
Las Naciones Unidas definen la violencia contra la mujer como "todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”.
La violencia contra mujeres y niñas en el ámbito privado, también conocida como maltrato en el hogar o violencia de pareja, abarca cualquier patrón de comportamiento destinado a adquirir o mantener el poder y control sobre una pareja íntima. Incluye actos físicos, sexuales, emocionales, económicos y psicológicos, así como amenazas de tales actos. Este tipo de violencia es una de las formas más comunes que afecta a mujeres a nivel global. Se manifiesta a través de distintas formas:
- Violencia económica: Busca generar dependencia financiera al controlar los recursos económicos de la persona, impidiendo su acceso o prohibiendo su capacidad de trabajar o estudiar.
- Violencia psicológica: Implica generar miedo a través de intimidación, amenazas de daño físico, destrucción de bienes o aislamiento de la víctima de su entorno social y familiar.
- Violencia emocional: Incluye desvalorizar constantemente a la víctima, criticar sus capacidades, insultarla o someterla a abuso verbal. También puede afectar la relación con los hijos y limitar el contacto con familiares y amigos.
- Violencia física: Consiste en causar o intentar causar daño a través de golpes, patadas, quemaduras, agresiones físicas, entre otros, incluyendo la negación de atención médica y el uso de fuerza contra la víctima.
- Violencia sexual: Implica obligar a la pareja a participar en actos sexuales sin su consentimiento.
Es esencial reconocer y abordar estos tipos de violencia para promover la igualdad de género y proteger los derechos de las mujeres y niñas en todo el mundo.
El feminicidio se refiere al asesinato intencionado de una mujer simplemente por serlo, aunque también se puede ampliar para incluir cualquier asesinato de mujeres o niñas. Se diferencia del asesinato de hombres en que, en la mayoría de los casos, los perpetradores son parejas o ex parejas de la víctima. Estos feminicidios a menudo son la culminación de un historial de abusos, amenazas o intimidación en el hogar, así como de violencia sexual, y suelen ocurrir en situaciones donde las mujeres se encuentran en una posición de desventaja en términos de poder o recursos en comparación con sus parejas. Además, el término también abarca los "asesinatos por honor", que implican el asesinato de un familiar, generalmente una mujer o niña, alegando que han traído deshonor o vergüenza a la familia. Estos asesinatos a menudo están vinculados a conceptos de pureza sexual y supuestas transgresiones por parte de mujeres de la familia.
La violencia sexual abarca cualquier acto de naturaleza sexual realizado sin el consentimiento de la víctima, ya sea porque no lo ha otorgado o porque no puede hacerlo debido a su edad, una discapacidad mental, o estar bajo los efectos del alcohol o las drogas. Esto incluye el acoso sexual, que engloba desde contacto físico no deseado hasta comentarios inapropiados y gestos sugestivos. La violación implica cualquier tipo de penetración sin consentimiento, ya sea con partes del cuerpo u objetos. Además, existe la violación correctiva, que busca forzar a la víctima a comportarse de manera heterosexual o conforme a ciertas normas de género. La cultura de la violación es un ambiente social que normaliza y justifica la violencia sexual, con raíces en el patriarcado y alimentada por desigualdades y prejuicios de género y sexualidad arraigados.
Trata de personas es la adquisición y explotación de personas utilizando medios tales como la fuerza, el fraude, la coacción o el engaño. Este atroz delito atrapa a millones de mujeres y niñas en todo el mundo, muchas de las cuales padecen explotación sexual.
La mutilación genital femenina (MGF) implica alterar o dañar intencionadamente los órganos genitales femeninos sin motivos médicos. Hay cuatro tipos de MGF, y su práctica y razones varían según las regiones. Es una norma social, vista como necesario para la madurez y matrimonio de las niñas, impulsada por creencias de género y sexualidad. La MGF fue reconocida como violencia en 1997 por la OMS, UNICEF y UNFPA. El matrimonio infantil involucra a cónyuges menores de 18 años y viola la Declaración Universal de Derechos Humanos que requiere consentimiento pleno y libre para el matrimonio. Las niñas tienen mayor riesgo que los niños de casarse jóvenes, lo que puede llevar a abandonar la educación y enfrentar otras formas de violencia.
Violencia en línea o digital contra las mujeres es cualquier acto de violencia cometido, asistido o agravado por el uso de la tecnología de la información y las comunicaciones (teléfonos móviles, Internet, medios sociales, videojuegos, mensajes de texto, correos electrónicos, etc.) contra una mujer por el hecho de serlo. La violencia en línea puede incluir ciberacoso, consiste en el envío de mensajes intimidatorios o amenazantes, sexteo o sexting, que es el envío de mensajes o fotos de contenido explícito sin contar con la autorización de la persona destinataria o el doxing, que consiste en la publicación de información privada o identificativa sobre la víctima.
Cada 11 minutos se asesina a una mujer
En 2022, cada 11 minutos, parejas y familiares mataron intencionadamente a una mujer. Por ello, el lema de 2024 es Cada 11 minutos se asesina a una mujer. #NoHayExcusa. ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres. Para al menos 48.800 mujeres en 2022, el ciclo de violencia de género terminó con un acto final y brutal, su asesinato por parte de su pareja o un familiar.
Ante esta escalada de la violencia contra la mujer, el del día objetivo es movilizar a todos los miembros de la sociedad, así como revitalizar los compromisos y exigir responsabilidad y medidas concretas a los responsables de la toma de decisiones.
Las mujeres y las niñas corren más riesgo en su entorno más cercano
Una de cada tres mujeres sufre violencia sexual o física al menos una vez a lo largo de sus vidas. Además, según la OMS, casi 1 de cada 4 adolescentes que han estado casadas o en pareja en el grupo de edad más joven (de 15 a 19 años) se estima que ya ha sido víctima de violencia física o sexual por parte de una pareja íntima al menos una vez en su vida. Además, el 16% de las mujeres jóvenes de 15 a 24 años experimentaron esta violencia en los últimos 12 meses, lo que equivale unos 245 millones de mujeres.
Un reciente estudio de 2021 elaborado por la UNODC (Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito) y ONU Mujeres revela que más de cinco mujeres o niñas fueron asesinadas cada hora por miembros de su propia familia en promedio. Esto subraya la gravedad de la violencia contra las mujeres y las niñas como una de las violaciones de derechos humanos más extendidas a nivel mundial. Del total de mujeres y niñas asesinadas intencionalmente el año pasado, el 56 % fueron asesinadas por parejas íntimas u otros miembros de la familia, lo que demuestra que el hogar no es un lugar seguro para muchas de ellas. Las cifras también muestran que, en la última década, el número total de mujeres y niñas asesinadas intencionalmente ha permanecido relativamente constante, lo que destaca la urgencia de tomar medidas más firmes para prevenir y abordar este problema. Aunque estos datos son alarmantes, la verdadera magnitud del femicidio puede ser aún mayor debido a inconsistencias en las definiciones y criterios entre países. Es necesario de mejorar la comprensión de los factores que impulsan los femicidios para diseñar respuestas más efectivas en prevención y justicia penal.
Sólo dos de cada tres países prohíben la violencia doméstica
La violencia contra mujeres y niñas tiene un impacto negativo en la paz y estabilidad de familias y comunidades, generando costos significativos en áreas como salud, educación, protección social, justicia y productividad, lo que limita el potencial económico de las sociedades.
Para abordar este problema, es crucial invertir en prevención. Sin embargo, la asignación de recursos económicos por parte de los países para combatir esta violencia es preocupantemente baja. Apoyar y financiar a organizaciones que trabajan por los derechos de las mujeres es esencial para erradicar la violencia. Los expertos indican que un movimiento feminista fuerte y autónomo es el factor más influyente para impulsar cambios en políticas destinadas a combatir esta violencia a nivel nacional e internacional. Estas organizaciones desempeñan un papel clave en la provisión de servicios locales, el empoderamiento de mujeres y en llegar a poblaciones marginadas. Sin embargo, solo el 1 % de la asistencia pública enfocada en cuestiones de género se dirige a estas organizaciones, y la financiación no ha aumentado a pesar de la evidencia clara de la necesidad.
Sólo dos de cada tres países prohíben la violencia doméstica y de los que lo hacen, la mayoría carece de sistemas para rastrear asignaciones presupuestarias en busca de igualdad de género, y la disponibilidad de datos sobre presupuestos para abordar la violencia contra mujeres y niñas es escasa. Aunque el 78 % de los países han comprometido presupuestos para implementar leyes contra la violencia, no se cuenta con información clara sobre cómo están integrando la prevención en sectores como educación, salud, desarrollo económico y protección social.
A pesar de estos avances, aún hay un largo camino por recorrer a nivel global, ya que solo dos de cada tres países han prohibido la violencia doméstica y muchas naciones carecen de legislación que proteja a las mujeres de esta forma de violencia.
La pandemia de COVID-19, los conflictos y el cambio climático han exacerbado las posibilidades de experimentar esta violencia y generado nuevas amenazas, lo que socava aún más la vulnerabilidad de las mujeres y las niñas. Desde que comenzó la pandemia un 45 % de las mujeres afirma que ellas o una mujer que conocían había sufrido alguna forma de violencia de género. También 7 de cada 10 mujeres creen que el abuso verbal o físico por parte de la pareja se ha vuelto más común y 6 de cada 10 personas consideran que el acoso sexual en los espacios públicos ha empeorado.
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