Alianza por la Solidaridad ha alertado de las consecuencias de las temperaturas extremas alcanzadas en los últimos días en la India y que ascendieron hasta los 62°C en la tierra y casi 50° en el aire. Esta situación ha dejado tras de sí, según la ONG, daños que afectan a mil millones de personas, ya sea por impactos en la salud humana o en cultivos y animales domésticos fundamentales para la subsistencia. La organización recuerda que solo en India, el 7% de la población vive en la extrema pobreza y el cambio climático está aumentando este porcentaje de forma acelerada.

 

Lluvias torrenciales y granizo fuera de temporada

 

Este reciente aumento de las temperaturas ha afectado especialmente al norte del país, en Uttar Pradesh. Allí trabaja, desde 2020, Alianza por la Solidaridad-ActionAid con proyectos relacionados con la mejora de la subsistencia, a través de cultivos o de pequeñas granjas que ya se vieron afectadas el pasado febrero por lluvias torrenciales y granizo fuera de temporada. En marzo y abril, sin embargo, la temperatura promedio fue la más alta registrada en 122 años, según el Departamento Meteorológico de India. Y mayo ha comenzado con una ola de calor.

"Estoy muy triste porque, debido al aumento extremo de la temperatura en nuestra área, una cabra bebé que nació hace poco tuvo diarrea y murió, y para nosotros era muy importante que saliera adelante", ha explicado Meena, del pueblo de Durgapur, en el distrito Jhansi.

"Hemos salvado a nuestros pollos de la muerte por calor con nuestra propia ropa y cobertizos de madera que hay en el pueblo. Tenemos que evitar como sea que se mueran, pero también protegernos nosotros", ha añadido Rajoo Bai, en el pueblo Dawani de Lalitpur.

"Este verano, el agua subterránea está disminuyendo día a día y nuestras fuentes de agua, como la bomba manual y el pozo, tienen un nivel muy bajo, así que no podemos regar las verduras y la producción será baja y afectará a los ingresos que tenemos para vivir", ha explicado Bhagwati, en una aldea de Salat Mahoba.

 

Daños que el cambio climático genera en quienes no lo han provocado

 

Estos testimonios, recogidos por Alianza-ActionAid, son una muestra de la "angustia" de millones de campesinos y campesinas que ven cómo sus esfuerzos por adaptarse al cambio climático no son suficientes ante la virulencia de sus impactos.

De hecho, a nivel internacional, el último informe del IPCC (Panel Intergubernamental en Cambio Climático) ya señalaba que no se está financiando esa adaptación tal como sería necesario. A ello se suma que deberían compensarse los daños y pérdidas que el cambio climático está generando en quienes no lo han provocado. Precisamente, el Gobierno indio es uno de los que han reclamado en las últimas cumbres climáticas mundiales un fondo destinado a pagar estos perjuicios. Algo que, de momento, sigue sin ser una realidad.

Alianza-ActionAid tiene en marcha un proyecto, financiado por el programa Work4Progress de la Fundación La Caixa, en los distritos de Lalitpur, Jhansi y Mahoba, región de Bundelkhand, estado de Uttar Pradesh. Se trabaja en 40 comunidades, con más de 1.500 familias, apoyándolas para mejorar su generación de ingresos.

 

75% de las familias vive con menos de 600 euros al año

 

Es una zona donde el 75% de las familias vive con menos de 600 euros al año, pese a que tienen tierras, porque no las pueden cultivar por falta de medios y problemas en el acceso al agua. Desde 2021, tras el parón de la pandemia, se les apoya para implantar actividades productivas de cría de pollos y cabras, cultivos hortofrutícolas, producción de abonos orgánicos y de semillas de calidad adaptadas a las condiciones climáticas. Todo ello, introduciendo mejoras y técnicas de innovación para reducir al máximo los costes de producción y asegurar la sostenibilidad ambiental.

Blanca Mingo, coordinadora de proyectos internacionales de Alianza-ActionAid, destaca la importancia de apoyar financieramente regiones como esta, donde el cambio climático está poniendo en peligro millones de vidas.

 

Lluvias fuera de época, sequías y olas de calor

 

"Mucha gente que había migrado a las ciudades volvió por miedo y por cese de la actividad económica durante la pandemia por COVID-19. Ahora se trata de facilitarles que puedan quedarse en sus territorios. Pero no todas las personas tienen pozos disponibles y muchas dependen de las lluvias para cultivar", ha comentado Mingo.

Últimamente, lluvias fuera de época, sequías y, ahora, olas de calor no ayudan a que puedan salir adelante. Por ello, el objetivo de la organización es poner en marcha iniciativas sostenibles en el tiempo, aunque admiten que "estos aumentos de temperaturas, combinados con otros fenómenos erráticos asociados al cambio climático, no lo ponen fácil en una zona donde la inmensa mayoría de las familias vive de la agricultura y la ganadería".