Las ONG ambientales Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción (1), Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF han planteado un decálogo de medidas dirigidas a remediar la emergencia ecológica y la vulnerabilidad social agravada por la guerra en Ucrania, con propuestas dirigidas a garantizar la soberanía alimentaria, el respeto a la biodiversidad y el medio rural.

Este miércoles en rueda de prensa las ONG han presentado su documento Frente a la vulnerabilidad social y a la emergencia ecológica: soberanía energética y alimentaria (2), un texto que ya entregaron la semana pasada a la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, en el Consejo Asesor de Medio Ambiente.

 

La guerra de Ucrania ha agravado la crisis social

 

Consideran que con la guerra de Ucrania se ha agravado la crisis social y los precios de las materias primas, la energía y los alimentos han aumentado, lo que afecta con más gravedad a los más vulnerables, afectados por la COVID-19 y a los sectores específicos como el transporte o el sector primario.

En el acto, las cinco ONG han expresado su solidaridad con las víctimas del conflicto bélico y han reclamado la paz al tiempo que han manifestado que tanto el Gobierno como las comunidades autónomas han de dedicar sus esfuerzos a paliar la situación.

 

Soberanías alimentaria y energética

 

El decálogo cuestiona el actual modelo de producción y consumo, basado en las energías fósiles y con necesidades crecientes de materiales y energía y destaca que la COVID-19 ha puesto de manifiesto las "estrechas interrelaciones" entre la protección del medio ambiente, la salud y la supervivencia de la humanidad.

A su juicio, las soberanías alimentaria y energética en un marco de conservación de la biodiversidad deben ser los pilares de una hoja de ruta que guíe la respuesta a las preocupantes situaciones generadas por la pandemia o la guerra de Ucrania. Para las ONG esa es la "única ruta posible para frenar otras posibles crisis y conseguir un planeta seguro, sano y rico en los recursos naturales necesarios".

 

Bono social para movilidad y energía

 

Entre las medidas concretas piden evitar rescatar megaproyectos vinculados al gas fósil que ya estaban descartados o paralizados y que supondrían inversiones. Como alternativa, proponen apostar por ayudas a la movilidad y a la energía para los grupos socioeconómicos más vulnerables y plantean crear un bono social para sufragar los gastos de movilidad, así como una tarifa social de electricidad para familias con rentas bajas y sectores afectados.

Por otro lado, el decálogo propone reforzar los sistemas de transporte público urbano y periurbano; apoyos directos a las empresas municipales de transporte para que refuercen sus servicios y medidas como carriles bus y/o VAO.

 

Autoconsumo y comunidades energéticas

 

Asimismo, ven fundamental acelerar la transición energética para hacer frente a la emergencia climática y no depender de energías que financian la guerra. En ese sentido, piden impulsar un sistema eléctrico eficiente, inteligente, de fuentes cien por cien renovables y que sea democrático para 2030 con prioridad a instalaciones que no amenacen la biodiversidad y el medio rural. Otra medida en este ámbito es el impulso al autoconsumo y las comunidades energéticas y un cambio masivo de calderas de gas por sistemas renovables en los hogares de aquí a 2035.

A nivel político, el decálogo plantea la necesidad de revisar las políticas de precios de la electricidad, que han desvincularse del gas e ir más allá de las medidas transitorias actuales.

 

Transición justa para el sector ganadero y la producción agroecológica

 

En materia de soberanía alimentaria, ven a España como "enormemente vulnerable" por depender de insumos externos provenientes de Ucrania y Rusia. Así, ponen de ejemplo el volumen de importaciones de cereales, aceites o fertilizantes desde Ucrania y Rusia. De ese modo, demandan un plan de transición justa para el sector ganadero que elimine de aquí a 2030 las explotaciones ganaderas industriales, previa moratoria a nuevas instalaciones de este tipo.

Asimismo, apuestan por la producción agroecológica, que minimice el consumo de combustibles fósiles e insumos agrarios y relocalizar la producción y consumo de alimentos. Igualmente piden recuperar al menos un 10% de la superficie agraria para la biodiversidad y promover una dieta sostenible y saludable de acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.

 

Atajar la pérdida de biodiversidad

 

En cuanto a las medidas para atajar la pérdida de biodiversidad valoran que la salida de la crisis y la guerra de Ucrania no puede dejar de lado las políticas e iniciativas centradas en abordar la crisis climática, la recuperación de la naturaleza y la acción global

Por otro lado, respecto a la financiación las cinco ONG estiman que implantar todas estas medidas exige un compromiso económico a corto, medio y largo plazo con partidas específicas en los Presupuestos Generales del Estado, los fondos agrarios y en el Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia. A su juicio, es primordial no cargar a la sociedad con más costes y que estos sean soportados por "quienes se han lucrado del modelo basado en combustibles fósiles" como las compañías energéticas y grandes corporaciones del sector agroindustrial.

Referencias