El cambio climático y la destrucción del hábitat pueden haber causado ya la pérdida de más de una décima parte de la diversidad genética terrestre del mundo, según una nueva investigación de la Carnegie Institution for Science (1) y publicada en la revista Science (1).

Esto significa que puede ser ya demasiado tarde para cumplir el objetivo propuesto por las Naciones Unidas, anunciado el año pasado, de proteger el 90% de la diversidad genética de cada especie para 2030, y que tenemos que actuar rápidamente para evitar más pérdidas.

Varios centenares de especies de animales y plantas se han extinguido en la era industrializada y la actividad humana ha impactado o reducido la mitad de los ecosistemas de la Tierra, afectando a millones de especies.

 

Pérdida del área de distribución geográfica

 

La pérdida parcial del área de distribución geográfica disminuye el tamaño de la población y puede impedir geográficamente que las poblaciones de una misma especie interactúen entre sí. Esto tiene serias implicaciones para la riqueza genética de un animal o una planta y su capacidad para hacer frente a los próximos desafíos del cambio climático.

"Cuando se eliminan o alteran fundamentalmente franjas del hábitat de una especie, se restringe la riqueza genética disponible para ayudar a esas plantas y animales a adaptarse a las condiciones cambiantes", explica el director de la investigación, Moisés Exposito-Alonso, Profesor Adjunto en la Universidad de Stanford.

Hasta hace poco, este importante componente no se tenía en cuenta a la hora de establecer objetivos de conservación de la biodiversidad, pero sin un conjunto diverso de mutaciones genéticas naturales al que recurrir, las especies verán limitada su capacidad de sobrevivir a las alteraciones de su área de distribución geográfica.

En la cultura popular, las mutaciones transmiten superpoderes que desafían las leyes de la física. Pero en realidad, las mutaciones representan pequeñas variaciones naturales aleatorias en el código genético que podrían afectar positiva o negativamente a la capacidad de un organismo individual para sobrevivir y reproducirse, transmitiendo los rasgos positivos a las generaciones futuras.

 

Datos genómicos de más de 10.000 individuos

 

"En consecuencia, cuanto mayor sea el conjunto de mutaciones de las que pueda servirse una especie, mayores serán las posibilidades de dar con esa mezcla afortunada que ayudará a una especie a prosperar a pesar de las presiones creadas por la pérdida de hábitat, así como de los cambios en los patrones de temperatura y precipitación", añade.

Exposito-Alonso y su equipo se propusieron desarrollar un marco basado en la genética de poblaciones para evaluar la riqueza de mutaciones disponibles para una especie dentro de un área determinada.

Analizaron los datos genómicos de más de 10.000 organismos individuales de 20 especies diferentes para demostrar que la vida vegetal y animal terrestre de la Tierra podría estar ya en un riesgo mucho mayor de pérdida de diversidad genética de lo que se pensaba. Dado que el ritmo de recuperación de la diversidad genética es mucho más lento que el de su pérdida, los investigadores/investigadoras lo consideran efectivamente irreversible.

"La herramienta matemática que probamos en 20 especies podría ampliarse para hacer proyecciones aproximadas de genética de la conservación para especies adicionales, aunque no conozcamos sus genomas --concluye Exposito-Alonso--. Creo que nuestros hallazgos podrían utilizarse para evaluar y seguir los nuevos objetivos de sostenibilidad global, pero todavía hay mucha incertidumbre. Tenemos que hacer un mejor trabajo de seguimiento de las poblaciones de especies y desarrollar más herramientas genéticas".

Referencias