WWF ha alertado de que el "dramático abandono" de usos del monte y la crisis climática provocan "grandes y peligrosos" incendios en la Península Ibérica y ha lamentado que los fuegos han acabado ya con la vida de un brigadista y un pastor en Zamora.

 

Entre 90.000 y 95.000 hectáreas quemadas

 

La organización recorda que hasta el momento se han quemado en España entre 90.000 y 95.000 hectáreas, un dato que equivale prácticamente a lo que se quema de media en todo el año. Entre 2012 y 2021 se quemaron cerca de 93.000 hectáreas como media.

Además, en 2022 se han producido 25 grandes incendios forestales, una cifra superior ya también a los que se sufren como media cada año, ya que entre 2012 y 2021 hubo 22 grandes incendios de media. Solo el pasado 15 de julio, con condiciones extremas en toda la Península, se iniciaron 8 de estos grandes incendios forestales.

Ante estas cifras, WWF destaca que el cambio climático "es un claro factor que está magnificando la peligrosidad de los incendios" y alerta de que "la situación va a ir a peor".

"No en vano, los escenarios confirmados de cambio climático auguran situaciones de emergencia para toda la región mediterránea cada vez con más frecuencia", apunta la organización, que recuerda que el Mediterráneo "se calienta un 20 % más rápido que la media mundial", lo que supone "más olas de calor intensas y duraderas, sequías prolongadas y humedades relativas muy bajas".

 

Abandono de los usos del territorio

 

Pero, según WWF, hay otro factor a la hora de explicar la gran energía e intensidad de estos fuegos y es la "alta combustibilidad de los montes, resultado del abandono de los usos del territorio". Así, ha señalado que en casi todo el Mediterráneo "se ha pasado de una economía predominantemente basada en la agricultura y el pastoreo a una sociedad con un sector primario marginal, transformando el paisaje en un polvorín listo para arder".

En este escenario, la organización considera "clave" subrayar que por encima de 10 toneladas de combustible por hectárea los bomberos "no pueden entrar, ya que su seguridad puede verse comprometida". Sin embargo, en muchos montes, hay actualmente hasta 50 toneladas por hectárea de carga de combustible, según asegura WWF.

"No podemos poner toda la responsabilidad de luchar contra estos incendios de altísima intensidad sobre los medios de extinción. Ellos deberían ser la última línea defensiva", ha subrayado la experta en incendios forestales de WWF Lourdes Hernández.

 

Prevenir es actuar

 

Frente a este escenario, la experta apunta a la necesidad de invertir en el territorio y promover usos y aprovechamientos para configurar paisajes agroforestales "más resistentes al paso de las llamas".

"Para ello hay que potenciar e invertir en gestión forestal sostenible y promover la ganadería extensiva. Es la única solución si no queremos ver reducidos a cenizas nuestros montes. Prevenir es actuar", ha concluido Hernández.