El primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, ha atribuido a la "crisis climática" la ola de incendios que afecta a parte del país y que ya se ha llevado por delante casi 100.000 hectáreas de bosques y cultivos, según unos primeros cálculos que aún no están cerrados.

 

No es el cambio climático, es una crisis climática

 

"Recalco que no es el cambio climático, es una crisis climática. Y nuestro país forma parte de ella", ha advertido Mitsotakis durante una rueda de prensa en la que ha hecho balance de unos fuegos que se han visto agravados por diez días de intenso calor.

El Gobierno ha planteado la importancia de priorizar las acciones en materia de medio ambiente, aunque el primer ministro ha señalado que el problema no atañe solo a Grecia. "Mira lo que está pasando en Italia y en otros países", ha declarado el primer ministro, en alusión al conjunto del Mediterráneo.

De hecho, Mitsotakis tiene previsto llevar el tema a la próxima cumbre de países mediterráneos, para plantear una mayor cooperación en la lucha contra los incendios forestales. También ha aprovechado para dar las gracias a todos aquellos gobiernos que han brindado ayuda logística en estos últimos días.

El dirigente griego ha planteado la posibilidad de ampliar esta colaboración para, por ejemplo, adquirir equipos de forma compartida con otros países más alejados. Así, ha puesto el caso de Australia, con quien Grecia podría compartir aviones al no coincidir en el mismo hemisferio.

 

Más aliviada tras la lluvia caída durante la noche

 

Grecia, no obstante, respira algo más aliviada tras la lluvia caída durante la noche y ya se han extinguido numerosos fuegos en la península del Peloponeso y en la isla de Eubea, epicentro de las últimas tragedias. Según medios locales, las primeras gotas fueron recibidas con pitos entre conductores que sabían lo que podía suponer.

Los Bomberos han instado a no bajar la guardia y han advertido de que el riesgo no ha pasado. Las primeras estimaciones acercan las hectáreas calcinadas a las 100.000, mientras que las viviendas destruidas se contarían ya por miles.