El video denuncia la violencia contra las mujeres de África Occidental y Central, cuyas tierras han sido invadidas por plantaciones industriales de palma aceitera. Las compañías del aceite de palma sacan provecho no solamente de la explotación de la tierra y la mano de obra en sus plantaciones, sino también de la pared de silencio e impunidad en torno a la violencia sexual contra las mujeres que existe en dichas plantaciones. Hay que romper ese silencio. Y la violencia debe terminar. ¡Hay que parar la impunidad de la industria de la palma aceitera y los financiadores que la apoyan!