Docenas de osos polares han invadido las islas Novaya Zemlya, en la remota región ártica de Rusia, hogar de unas 3.000 personas, lo que ha llevado a las autoridades locales a declarar el estado de emergencia. El deshielo del Ártico impide los osos cazar focas, su principal alimento, y les obliga a acercarse a los asentamientos humanos en busca de alimento, a menudo entre los desechos.