Los árboles singulares bajo el peligro de un turismo de naturaleza incontrolado. Ahora se puede llegar sin esfuerzo a lugares que antes exigían tiempo y cansancio. Apenas quedan rincones inaccesibles. Los amantes de la naturaleza ya somos legión. La multitud es un peligro en sí misma porque la naturaleza no está acostumbrada a recibir multitudes. Hay que respectar algunas normas básicas para acercarse a un árbol singular, contempladas en el 'Decálogo de Buenas Prácticas' elaborado por diversos especialistas de toda España.