Procedamos al diagnóstico sin anestesia. He aquí algunos datos de las crisis que hacen tambalear el planeta. Porque la ciencia no deja lugar a dudas: "La causa principal del calentamiento global es la actividad humana". "Casi una octava parte de las especies animales y vegetales ya están en peligro de extinción".

"La pérdida anual de tierra agrícola por sequía supera la extensión de Islandia" y, desde 1990, "la deforestación mundial ha alcanzado una superficie un 30% superior a la extensión de la India". ¿Y sabíais que "casi dos tercios de la población mundial padece escasez grave de agua al menos un mes al año"? ¿O que "los ecosistemas marinos se hallan en peligro"?

Las autoras del libro nos emplazan a ser conscientes y partícipes, más que nunca, de la transformación necesaria para asegurar un porvenir mejor

Y así, sucesivamente y sin edulcorantes, las autoras del libro Accionistas del cambio (editorial Boldletters) nos emplazan a ser conscientes y partícipes, más que nunca, de la transformación necesaria para asegurar un porvenir mejor.

Portada del libro 'Accionistas del cambio' / Imagen: Gerard Lombarte Portada del libro 'Accionistas del cambio' / Imagen: Gerard Lombarte

Atentos a cada capítulo. En Accionistas del cambio Irene Baños y Judit Alonso conversan con nombres propios del activismo y la ecología como Fernando Valladares, Juan Carlos del Olmo, Miriam Campos Leirós, Juantxo López de Uralde, Eva Saldaña, Erika Martínez, Javier Peña y Odile Rodríguez de la Fuente.

Eva Saldaña / Foto: Gerard Lombarte Eva Saldaña / Foto: Gerard Lombarte

Un compendio de sapiencia para forjar, en el día a día de cada individuo, la inspiración colectiva. Porque nos va la vida en ello. Paso a paso, todo suma. Y sí, citando a uno de tantos maestros que surcan este libro, "hay que saber gritar, pero también susurrar", apunta Irene Baños en EcoAvant.com

 

Arrancáis el libro sin medias tintas, Irene: "No hay duda. Nos enfrentamos a una emergencia climática y medioambiental". ¿Somos realmente conscientes de esta emergencia?

No. Creo que, aunque cada vez hay más comunicación referente a esta emergencia, aún no somos capaces de comunicar la gravedad de la situación ni las herramientas que tenemos para frenarla. A veces, surge y se cuenta como una emergencia abstracta, que no está en nuestras manos detener. Creo que comunicamos poco la emergencia y poco también ¡la emergencia que tenemos para frenarla!

 

¿Todos podemos –y deberíamos– ser accionistas del cambio?

No quiero entrar en el deber... Es una decisión de cada cual, pero creo que por solidaridad intergeneracional todo el mundo tiene esa responsabilidad: intentar que las generaciones futuras tengan una vida tan buena como la que hemos tenido nosotras y el derecho a un mínimo bienestar, a respirar aire limpio, no sofocar en verano ni morir de frío en invierno. Pero, desde luego, cada uno podemos ayudar desde cada ámbito, sea cual sea tu situación laboral o vital.

"Muchas veces nos da la impresión de que quienes se pueden preocupar por el medio ambiente son personas privilegiadas, activistas con mucha influencia... En cambio, el concepto de accionistas del cambio es nuevo y para todos"

Siempre se puede hacer algo. Mismamente, ¡hablar! Está al alcance de cualquiera y tiene un poder transformador potente. Se trata de hablar de este tema a tu alrededor y compartir tus inquietudes como palanca de acción entre todos. Muchas veces nos da la impresión de que quienes se pueden preocupar por el medio ambiente son personas privilegiadas, activistas con mucha influencia... Y por eso la idea de unirnos en el concepto de accionistas del cambio. Lo de activista a veces genera rechazo. En cambio, el concepto de accionistas del cambio es nuevo y para todos.

 

¿Cómo fue la elección de los entrevistados, estos grandes accionistas del cambio en diferentes ámbitos de actuación?

Lo que queríamos era eso: cubrir un poco todos los campos de acción claves para ponerle freno a la crisis climática y ecológica. Obviamente, se nos han quedado fuera otros ámbitos muy importantes. Por ejemplo, una representación más clara del mundo del campo. Alguien que esté consiguiendo el cambio desde la tierra más básica. O la juventud. Pero al final hemos elegido con mucha variedad: educación, ciencia, energía, transformación de la empresa o el activismo más clásico con testimonios como Olmo, Uralde...

Juantxo López de Uralde / Foto: Alianza Verde Juantxo López de Uralde / Foto: Alianza Verde

Gente que sabe que esto es una carrera de fondo. Y esa perspectiva es muy interesante. Queríamos que todos fueran representativos y gente accesible desde el punto de vista del lector; que no los veas como personas perfectas, como puede ser la figura de Greta Thunberg. Que nadie piense: "Es que eso yo no lo puedo hacer porque no tengo esos medios, unos padres artistas que me apoyan"... Queríamos mostrar a personas que realmente trabajan por estos cambios en su ámbito, día a día; que hacen su trabajo normal, pero al mismo tiempo son capaces de activar esos cambios tan estructurales y fundamentales.

Al final, todos los campos conectan la acción individual, una inspiración propia, pero el cambio es a nivel estructural. Al juntarse de forma colectiva o con otros colectivos. El mensaje clave del libro es ese: la semilla del cambio parte de uno mismo, pero el cambio es colectivo.

 

¿Cómo valoras el recibimiento y éxito del libro?

Ha sido una recepción maravillosa y una pasada tener un elenco increíble reunido en un libro. El hecho de tener la oportunidad de estar reunidos en una sala con estas personas al mismo tiempo ya vale la pena para hacer el libro. Ha sido algo que ha tenido un impacto potenciador porque, al tiempo, entre ellos se encuentran o reencuentran, salen más ideas juntos y es bonito rescatar lo que tenemos a nivel nacional y dar voz a esas figuras que hacen el cambio desde nuestro suelo sin mirar siempre a referentes internacionales.

Presentación del libro en el FNAC. De izquierda a derecha Miriam Campos Leirós, Fernando Valladares, Erika Martínez y Juan Carlos Del Olmo / Foto: Gerard Lombarte Presentación del libro en el FNAC. De izquierda a derecha Miriam Campos Leirós, Fernando Valladares, Erika Martínez y Juan Carlos Del Olmo / Foto: Gerard Lombarte

El cambio también se está dando mucho más cerca de lo que imaginamos. Arrastran muchos fans. Había gente que venía a ver a Miriam Campos Leirós –coordinadora de Teachers for future Spain–, por ejemplo. Personas que generan ese efecto motivador y accionador que queríamos buscar con el libro. Los accionistas del cambio son un iceberg, son la punta minúscula visible. Y queremos que inspiren, pero que no se limite a estas figuras más visibles, sino que valoremos a todos los accionistas del cambio con los que compartimos el día a día y que no llegan a los titulares o las entrevistas.

"Te pongo algún caso accionistas del cambio: el agricultor que lucha por la agroecología en su pueblo con todas las dificultades que tiene hacerlo, la persona que te arregla la bici al lado de casa o la profe que lucha por un comedor de cercanía"

No sé, te pongo algún caso: el agricultor que lucha por la agroecología en su pueblo con todas las dificultades que tiene hacerlo, la persona que te arregla la bici al lado de casa o la profe que lucha por un comedor de cercanía. ¡O gente que trabaja en sectores contaminantes, como en una fundición de acero, y quiere que el impacto medioambiental de esa industria sea menor! Hay mucha gente trabajando en el día a día para conseguir hacer cambios.

 

Conocías a los entrevistados, sus iniciativas... Mucha gente haciendo ese cambio que defendéis. ¿Aún hay algo que te sorprenda a estas alturas?

¡Sí! Por ejemplo, es inspirador escuchar a una persona como Erika Martínez, la voz más joven del libro, con su iniciativa de una cooperativa –GoiEner– de energías renovables. Algo innovador y rompedor. Aunque las cooperativas energéticas llevan muchos años en España, ella busca uno de esos cambios estructurales.

Erika Martínez / Foto: Gerard Lombarte Erika Martínez / Foto: Gerard Lombarte

Y tan inspirador es escucharla a ella como a Juan Carlos del Olmo –secretario general de WWF– porque, aunque hemos oído hablar de WWF millones de veces, cuando lo escuchas te quedas pegada a la silla y piensas que no resulta extraño que sea una gran figura del activismo.

Habla desde su experiencia, con ese poso, esa calma, la tranquilidad. Inspira ver cómo comunica la emergencia apelando a la integración de todos los sectores. Hay que trabajar con todos los frentes, formas y narrativas que se nos ocurran. Nadie se debe sentir excluido del activismo, nos decía. Todos deben poder sentirse integrados en la transformación hacia el cambio. Y otra frase de Juan Carlos del Olmo que me encanta: "Hay que saber gritar, pero también susurrar".

 

Cada invitado del libro merece un monográfico... Por citar a alguno, Fernando Valladares, investigador del CSIC, habla de la rebelión científica, de cómo hace dos décadas se ignoraba a los científicos y ahora se les escucha. ¿Hay esperanza?

¡Yo soy del equipo de la esperanza! Creo que personas como Valladares nos lo demuestran. Lleva muchos años estudiando y comunicándolo. Están buscando nuevas fórmulas de alcanzar ese impacto y no desisten. Si Valladares tiene esperanza, ¡cómo no la vamos a tener el resto! Su imagen es muy motivadora en ese sentido.

Fernando Valladares / Foto: Gerard Lombarte Fernando Valladares / Foto: Gerard Lombarte

Luego le oyes y es crítico. Apoya la desobediencia civil como una de las últimas vías para forzar a los políticos a tomar las medidas. Nunca tira la toalla. Alguien como él, que conoce la abrumadora ineficiencia política ante las necesidades, ¡no tira la toalla!

"Fernando Valladares, investigador del CSIC, escribe un nuevo libro y sale a la calle a llamar la atención de los medios ¡Da una esperanza total! Porque la esperanza no es sentarte a esperar que nos venga a salvar una tecnología que invente Bill Gates, sino la esperanza de la base"

Escribe un nuevo libro y sale a la calle a llamar la atención de los medios. ¡Da una esperanza total! Porque la esperanza no es sentarte a esperar que nos venga a salvar una tecnología que invente Bill Gates, sino la esperanza de la base: que consiga presionar a los gobiernos y demostrar que hay demanda de la población para reducir esta crisis climática y ambiental.

 

Al hilo de la desobediencia, la atención mediática... ¿Qué te parecen las acciones tan polémicas de algunos activistas en varios museos del mundo?

Están saliendo los primeros estudios del impacto de este tipo de acciones... Es verdad que me da miedo que generen reacciones opuestas. Pesa más el suceso en sí de lanzar el tomate que el mensaje. Es una pena, pero también ese miedo mío no solo reside en la acción como tal, sino en que está muy ampliada por los medios de comunicación.

Obviamente, esas acciones no llegarían a la sociedad ni serían virales si no fuera por los medios de comunicación. Pero hay que ver también qué clase de periodismo hay: por qué no nos centramos en ofrecer un contexto constructivo para ofrecer una imagen basada en la ciencia respecto a las soluciones. Esto es una excusa para criminalizar a todo el movimiento ecologista, volver a las ideas conspiranoicas de que son cosas de élites para oprimir al pueblo...

Los periodistas tenemos responsabilidad para ampliar unas voces u otras. Quizá añadiría, volviendo a lo de Valladares, que creo que estamos en una situación en la que toda acción es necesaria. Hablar del tema se consigue con crítica y polémica, con acciones llamativas y visibles.

 

Citabas a Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF, quien celebra siempre –y en el libro– la biodiversidad como una red que lo sostiene todo. ¿Por qué resulta tan importante proteger la vida salvaje?

Es mucho más importante de lo que pensamos, Jorge. Es curioso que la crisis climática está atrayendo la atención mediática más que la pérdida de biodiversidad. Estamos inmersos en una crisis y apenas se menciona. Ahora mismo está siendo la Cumbre de la Biodiversidad y casi ni se menciona. Sin embargo, sin biodiversidad no tenemos alimentos ni salud. Es verdad que la crisis climática es crucial porque pone en peligro nuestra salud y bienestar, pero con la biodiversidad pasa lo mismo.

Juan Carlos Del Olmo / / Foto: Gerard Lombarte Juan Carlos Del Olmo / / Foto: Gerard Lombarte

"Cada vez tenemos una biodiversidad más destruida y sin darnos cuenta de la conexión vital que tiene con nosotros. Lo vimos con la pandemia, que puso todo patas arriba, pero parece que se nos ha olvidado y seguimos en las mismas"

Y tiene soluciones más sencillas la biodiversidad porque sabemos cuáles son los problemas sin que suponga un cambio tan estructural como la crisis climática. Cada vez tenemos una biodiversidad más destruida y sin darnos cuenta de la conexión vital que tiene con nosotros. Lo vimos con la pandemia, que puso todo patas arriba, pero parece que se nos ha olvidado y seguimos en las mismas. Es muy importante rescatar la importancia de la naturaleza entendida como biodiversidad.

Es nuestra supervivencia y bienestar. Juan Carlos del Olmo también decía que hay otro punto de vista, que es ¡el propio derecho de la naturaleza a existir! Al final, todo lo reducimos a pensar en el árbol como producto: cuánto CO2 absorbe o qué madera nos da. ¡Se nos ha olvidado pensar en la naturaleza como tal!

 

Y aquí entra en juego, como en la vida misma, el papel esencial de la educación con las reflexiones de Miriam Campos Leirós, desde Teachers for future Spain. ¿La educación, como la poesía, es un arma cargada de futuro?

Sin duda. Se ha avanzado, pero hay algo engañoso. Muchas veces nos centramos en la educación solo para los niños, pero cuando esos niños tengan el poder de voto es tarde. La educación ambiental también debería ser para adultos y quienes tomamos decisiones. Es muy importante educar a las generaciones más jóvenes, pero también debemos recordar la importancia de la educación ambiental transversal entre adultos.

Miriam Campos Leirós / Foto: Gerard Lombarte Miriam Campos Leirós / Foto: Gerard Lombarte

"Siempre se habla del arma poderosa de votar, pero si no tenemos educación ambiental para discernir si lo que te dice un partido es verdad o no es difícil llevarlo a cabo de una manera constructiva. Iniciativas como Teachers for future Spain son claves"

La mayoría de decisiones que se toman las hace gente sin la formación básica para confiar en lo que dice la ciencia. La evidencia científica se niega hasta en instituciones muy representativas de todo el mundo. Entonces, la educación ambiental para los más jóvenes es un cambio positivo, pero también se necesita para los adultos. Siempre se habla del arma poderosa de votar, pero si no tenemos educación ambiental para discernir si lo que te dice un partido es verdad o no es difícil llevarlo a cabo de una manera constructiva. Iniciativas como Teachers for future Spain son claves.

Otra cosa: muchos de los programas educativos en los colegios están patrocinados por empresas muy contaminantes. ¿Cómo podemos permitir que la educación ambiental esté esponsorizada por las empresas que más responsabilidad tienen en esto? Ojo, sin decir que no tengan buenas intenciones. La educación ambiental debería venir de fuentes más independientes.

El cinismo viene de los mensajes de que la generación nueva nos salvará cuando llegue al poder. El cambio es ahora. No hay que esperar a que los niños tengan edad para votar más allá de 2030... Es una visión interesante, creo, para no quitarnos nosotros la responsabilidad con el planeta.

 

"La historia demuestra que solo en grupo y colaborando logramos salir adelante". Lo afirma Erika Martínez, experta en comunicación y presidenta de GoiEner. Ella apuesta por renovar el modelo de consumo. ¿Qué opinas?

Hay que cambiarlo absolutamente. Es la causa de todo lo que estamos hablando. El modelo de consumo de usar y tirar es el mal de la crisis climática y ecológica en la que estamos inmersos.

Toca absolutamente todos los palos, desde la producción absurda de plástico en la que estamos, que genera crisis ecológica y azuza la climática porque se hace a base de petróleo, hasta nuestras vacaciones de usar y tirar: te vas al otro lado del mundo a un resort, con esa necesidad de escapar de nuestras vidas míseras y precarias ¡al otro lado del mundo!

Y el sistema alimentario, la manera en que comemos, tiene una necesidad absoluta de revisión que hay que cambiar. No solo el consumo de carne, sino la manera, la velocidad, la insalubridad. Nuestro modelo de consumo es insostenible y es la clave para cambiar. Es hablar de nuestra vida entera. Sería también ver nuestro uso del transporte público o lo de tirar los móviles cada dos años... ¡Todo va de la mano!

 

¿Y cómo consigues ser coherente con tus principios tú misma, Irene, ante este ritmo de vida tan rápido, que no siempre pone fácil el cambio?

Sí que intento ser coherente con todas las cosas en las que creo. Es imposible hacerlo al cien por cien y ha sido uno de los mensajes de mis discursos. La perfección individual nos aleja de la imperfección colectiva, que es la más transformadora. Cuando escribí Ecoansias (Editorial Planeta) estaba obsesionada con los microgestos y me di cuenta de que eso te aleja de la acción real porque estás cansada, agotada, frustrada y te dan ganas de tirar la toalla.

Acciones como comunicar pueden ser más transformadoras que comprar un producto impecable. He visto que martirizarse por eso es dañino y es más importante, por ejemplo, sumarte a un colectivo de consumo alternativo, ir al mercado ecológico cuando puedas, intentar reducir el número de aviones que coges o pasarte a una cooperativa energética, algo de lo que se nos informa muy poco. Hay muchas iniciativas en la geografía española.

"¡Es importante alejarse de la perfección y del moralismo! Que intentes hacer lo tuyo lo mejor posible, pero guardando el dedo acusador porque así se genera rechazo"

Y, por supuesto, para todo el mundo, pero para mí lo más transformador es comunicar, hablar de esto y dar la turra a todo el mundo; y que la gente sepa que estás metida en este tema. Al principio, sentía más la burla, pero ahora no y cada vez me preguntan más por lo sostenible. ¡Es importante alejarse de la perfección y del moralismo! Que intentes hacer lo tuyo lo mejor posible, pero guardando el dedo acusador porque así se genera rechazo.

 

Enhorabuena a Judit Alonso y a ti, Irene. A todo el equipo artífice del libro Accionistas del cambio. ¿Cuánto tiempo os ha llevado escribirlo?

Pues mira, las editoras nos pidieron este súper reto y en unos meses lo teníamos. La primera conversación fue en mayo y ya entonces fuimos contactando con todos. Nos ha ayudado mucho trabajar a cuatro manos. Un proceso colaborativo más que individual. Y hemos revisado los textos todas juntas. Eso ha enriquecido la calidad.

En realidad, la iniciativa surge de Mónica y Paz, de la editorial Boldletters, que querían hacer un libro de entrevistas a personajes del activismo. Y a través del periodista Carlos Fresneda autor de Ecohéroes– nos llega la propuesta. Y así nos contactan. Hicimos la primera reunión para plantear ideas, perspectivas, un trabajo colaborativo, eligiendo el campo de acción... Hasta hoy.

 

Y supongo que la lista de accionistas del cambio, afortunadamente, no para. Aquí –como se suele decir– no están todos los que son, pero sí son todos los que están...

¡La lista de los accionistas del cambio es interminable! En lo personal, mi sueño es hacer proyectos de biografías anónimas, personas que no son prominentes, pero hacen mucho por la sociedad. Es un buen inicio. Vamos a dar movimiento a este libro y que se sumen muchas más personas y compartan sus pensamientos y sentimientos con nosotras.

Eso me encanta. Que nos digan si les ha inspirado. Es muy enriquecedor escuchar la voz de la audiencia y los lectores. La lista es interminable, infinita, muy diversa. Esto es una muestra para que sirva de trampolín para seguir creciendo. Y los autores están contentos con el resultado. Ha sido muy positiva su recepción. Y el hecho de que vinieran a la presentación demuestra la implicación y satisfacción que tienen.

 

¡Y mención especial al carácter solidario de vuestro libro!

"Parte de los beneficios que saquemos se destinan a diferentes organizaciones medioambientales. Cada uno de los entrevistados elige una organización para destinar una parte de los beneficios del libro"

Sí. Parte de los beneficios que saquemos se destinan a diferentes organizaciones medioambientales. Cada uno de los entrevistados elige una organización para destinar una parte de los beneficios del libro.

Esto era una manera de retribuirles por su contribución y ver que es más por amor al arte y por ser parte de los accionistas del cambio que por una retribución económica. Y también nos hemos asegurado de que la producción del libro fuera sostenible.

 

¿Dónde conseguir el libro, Irene? ¿Y algo que añadir para poner punto y aparte a modo de reflexión final?

Que pidan el libro en sus librerías de barrio, en su librería más cercana. Y estamos pendientes de la versión digital. Y que recuerden que cualquiera, desde cualquier ámbito y situación, puede iniciar el cambio; que cualquier persona tiene herramientas en su manos y lo que falta es educación ambiental para activarlas.

¡Esperamos que este libro sea una herramienta para ese camino a la transformación! Que sea una transformación que, como nos demuestran los protagonistas del libro, es realista y factible. Muchas gracias, Jorge.

 

¡Gracias, Irene! ¡Muchas gracias a todos los accionistas del cambio!