Águilas y milanos reales, entre otras aves rapaces, se nutren de animales muertos o heridos por los fragmentos de plomo tóxico que se incrustan en sus cuerpos al recibir el impacto de un arma de fuego. Al ingerir la carne de estos animales, las aves pueden envenenarse y sufrir una muerte lenta y dolorosa. En dosis más pequeñas la intoxicación altera su comportamiento y fisiología.

Los científicos se han basado en los niveles de plomo de los hígados de más de 3.000 rapaces de 22 especies halladas muertas en más de una docena de países de Europa –entre ellos, España–

Tras analizar los datos recogidos durante décadas por investigadores de toda Europa, un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) ha calculado por primera vez el impacto del envenenamiento por plomo en las poblaciones europeas de aves rapaces. Para ello se han basado en los niveles de este metal en los hígados de más de 3.000 rapaces de 22 especies halladas muertas en más de una docena de países de Europa –entre ellos, España–.

Los resultados, publicados en la revista Science of The Total Environment, revelan que, en el caso de diez especies de rapaces, el envenenamiento por esta munición ha provocado por sí solo la desaparición de unas 55.000 aves adultas en los cielos europeos.

“Las especies más afectadas son las grandes rapaces, como las águilas, que son naturalmente longevas, crían pocos ejemplares al año y se reproducen más tarde. Ejemplos de estas especies en España son el águila real y el buitre leonado”, explica a SINC Debbie Pain, investigadora en el departamento de Zoología de la universidad británica y coautora del trabajo.

Según el estudio, incluso las poblaciones de especies como el ratonero común y el milano real serían significativamente mayores si no fuera por la munición de plomo, según calcularon los autores en colaboración con el Instituto Leibniz de Investigación sobre Zoología y Vida Silvestre (Leibniz-IZW).

Aves rapaces

Un grupo de milanos reales. / RSPB

 

Un ranking de pérdidas de poblaciones

 

Los resultados revelan que la población europea total es, de media, un 6 % más pequeña de lo que debería ser solo por el envenenamiento por la munición de plomo. Así, el trabajo sugiere que la población europea de pigargo europeo​ (Haliaeetus albicilla) es un 14,4 % menor de lo que habría sido si no hubiera estado expuesta durante más de un siglo a niveles letales de plomo en algunos de sus alimentos.

La población europea de pigargo europeo​ es un 14,4 % menor de lo que habría sido si no hubiera estado expuesta durante más de un siglo a niveles letales de plomo en algunos de sus alimentos

Le siguen de cerca el águila real (Aquila chrysaetos) y el buitre leonado (Gyps fulvus), cuyas poblaciones son un 13,2 % y un 12,1 % más pequeñas, respectivamente, de lo que habrían sido en otras circunstancias.

Las poblaciones de azor común (Accipiter gentilis) son un 6 % menores, las del quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) un 4 % y las de milano real (Milvus milvus) y aguilucho lagunero (Circus aeruginosus), un 3 %.

Las poblaciones de ratonero común (Buteo buteo) son un 1,5 % menores, pero esto equivale a casi 22.000 adultos menos de esta especie tan extendida, constatan los investigadores. 

 

Alternativas al plomo en la caza

 

Según los científicos, existen opciones para evitar este envenenamiento: los cazadores disponen de una serie de alternativas a los cartuchos de plomo para escopetas y rifles. “El envenenamiento por plomo de las aves rapaces puede eliminarse sustituyendo la munición de plomo por una no tóxica”, recalca a SINC Pain.

En otro estudio, los autores mostraban que más del 99 % de los faisanes abatidos en Reino Unido siguen siendo disparados con plomo

En este sentido, los esfuerzos para promover la prohibición voluntaria de los perdigones de plomo en Reino Unido, por ejemplo, no han tenido efecto. En una investigación publicada el mes pasado, los autores mostraban que más del 99 % de los faisanes abatidos en la nación siguen siendo disparados con plomo, a pesar de que desde 2020 los grupos de cazadores instan a sus miembros a cambiar a una no tóxica con el objetivo de eliminar progresivamente el uso del plomo para 2025.

En la actualidad, solo dos países europeos –Dinamarca y Países Bajos– han prohibido los perdigones de plomo. El primero tiene previsto mantener la prohibición de las balas de plomo para rifles.

“Tanto la Unión Europea como Reino Unido estudian la posibilidad de prohibir legalmente toda la munición de plomo debido a los efectos sobre la fauna silvestre y la salud de los consumidores humanos de carne de caza silvestre, pero muchos grupos de cazadores se oponen a ello”, añade la investigadora.

En la actualidad, solo dos países europeos –Dinamarca y Países Bajos– han prohibido los perdigones de plomo

El trabajo demuestra que el declive que están sufriendo las poblaciones de aves rapaces requiere de “una acción contundente, incluida en la legislación, tanto si es por la destrucción del hábitat como por el envenenamiento deliberado”, concluye Rhys Green, científico de la conservación en la Universidad de Cambridge y autor principal del estudio.

Referencias