Cerca de 14.000 toneladas de plomo podrían causar la muerte de entre 1 y 2 millones de aves, según un informe de la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA, por sus siglas en inglés), que ha expuesto las necesidades para que se adopten medidas para regular el uso de municiones de plomo tanto en humedales como en ambientes terrestres.

La organización ecologista SEO/BirdLife, especializada en la defensa de las aves, señala que el informe de la ECHA establece la necesidad de adoptar medidas adicionales para limitar su impacto ambiental y en la salud de las personas, que pueden comer carne con restos de munición con plomo.

Además, la ONG ha recordado que ya en varias conferencias de las partes de la Convención para la Conservación de las Especies Migratorias (CMS) se acordó por unanimidad la sustitución del plomo en la munición de caza por otras sustancias no tóxicas en un plazo de tres años y se creó un Grupo de Trabajo que abordará a nivel internacional los pasos a seguir para que esa sustitución se haga realidad.

Así, una de las principales medidas para mitigar los efectos de este tipo de contaminación sería la sustitución del plomo de las actuales municiones por metales menos contaminantes, como el acero. Según la ECHA, el coste de esta sustitución es limitado y los nuevos materiales pueden utilizarse en la gran mayoría de las armas.

Además, indican que reemplazar los perdigones y las balas que se vienen utilizando por otros con acero no supondría un gasto adicional elevado para los cazadores y se trata de una medida respaldada por la propia Asociación Europea de Cazadores (FACE) que ya aboga por la prohibición del uso del plomo al menos en humedales, según indica SEO/BirdLife.

La ONG indica que ha defendido desde hace años que la sustitución por metales no tóxicos redundará en la salud de los ecosistemas así como de los consumidores de carne de caza, ya que el plomo es el causante de una grave intoxicación degenerativa que termina causando una muerte lenta y dolorosa en los animales y graves problemas neurológicos en las personas.

Por todo ello, SEO/BirdLife apunta que basta ingerir 10-15 perdigones para matar a un ave como el ánsar común, aumentando su potencial impacto en la biodiversidad porque puede suponer la entrada de ese metal pesado en la cadena trófica, afectando a aves carroñeras y a grandes predadores, como buitres o el águila imperial ibérica. La intoxicación por plomo afecta sobre todo al sistema nervioso, aparato digestivo, riñón e hígado, mientras que el ave se debilita, queda letárgica e incapaz de volar o comer.

Diferentes organizaciones que integran la coalición BirdLife Europe, entre las que se encuentra SEO/BirdLife, han enviado recientemente sendas cartas a la comisaria europea de Mercado Interior, Industria, Iniciativa Empresarial y PYME, Elzbieta Bienkowska, y al comisario de Medio Ambiente, Asuntos Marítimos y Pesca, Karmenu Vella, solicitando que se introduzca en el marco de la Directiva REACH una prohibición de la posesión y el uso del plomo en humedales y sus zonas limítrofes.