La Fundación Española de Aceite de Palma Sostenible celebra la decisión del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de sumarse a la Declaración de Ambición 2025 del Partenariado de la Declaración de Ámsterdam, con el fin de unir esfuerzos para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y del Plan Estratégico de las Naciones Unidas sobre los bosques.

Tras varias peticiones por parte de la Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible, se congratula de que España se haya integrado en el partenariado junto a los otros ocho países europeos que ya formaban parte de la Declaración de Ámsterdam como son Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Noruega y Reino Unido y el recién incorporado Bélgica.

 

Deforestación importada

 

La Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible trabaja para impulsar la sostenibilidad y evitar la deforestación, promoviendo medidas para que todo el aceite de palma importado y consumido en España esté certificado como sostenible.

Por este motivo, la entidad comparte los avances de la Unión Europea en la lucha contra lo que se ha calificado como "deforestación importada" y valora positivamente que se busquen soluciones para minimizar el impacto a través de propuestas legislativas europeas y el compromiso de las empresas y del resto de agentes sociales.

La fundación ha destacado que el cultivo del aceite de palma es "extremadamente eficiente, requiere hasta nueve veces menos tierra que otros cultivos aceiteros y necesita menos pesticidas, fertilizantes, agua y energía que otros cultivos oleaginosos". Las plantaciones de aceite de palma son perennes y producen aceite todo el año. Crecen en suelos donde otras plantas no podrían, además su producción es más barata que otros aceites vegetales, debido a su alto rendimiento por hectárea, por lo que es un ingrediente difícilmente sustituible.

En base a esta argumentación, la Fundación considera que prohibir o sustituir el cultivo de aceite de palma por otros "no es realista ni es una opción que evite la deforestación", a tenor de la creciente demanda mundial de aceite vegetal y el alto grado de productividad de la palma. Al contrario, considera que conllevaría una mayor pérdida de hábitats naturales y aumentaría notablemente el total de tierras empleadas para producir suficiente aceite vegetal para satisfacer una demanda que crecerá inexorablemente hasta 2050.

 

Impulsar su producción sostenible

 

Lo que sí es necesario, en opinión de la entidad, es impulsar su producción sostenible, con prácticas de cultivo de calidad y con uso de plantas certificadas y el vehículo para lograr que se realice de este modo, hablando en términos políticos, es la Declaración de Ámsterdam, "que supone un compromiso con el que lograr que la cadena de suministro del aceite de palma de Europa sea totalmente sostenible".

Por ello, Horacio González-Alemán, asesor de la Fundación Española de Aceite de Palma Sostenible, considera "una gran noticia que el Gobierno haya entendido la importancia de sumar esfuerzos y se haya decidido a asumir el liderazgo, junto con otros países europeos, para conseguir la plena sostenibilidad".

Asimismo, se ha puesto a disposición del Ministerio para "contribuir a reforzar el compromiso de todos los agentes involucrados y con otros sectores", pero ha criticado actuaciones como el bloqueo de sus cuentas en redes sociales. "El debate es necesario y como actores por la sostenibilidad, seguimos con la mano tendida para promover iniciativas eficaces y consensuadas", apostilla.