El pleno del Parlamento Europeo reclamó ayer martes medidas para limitar el uso del aceite de palma y condicionar su entrada en el mercado comunitario a una producción sostenible, al considerar que tiene un efecto directo en la deforestación de los bosques y que se vulneran con frecuencia derechos fundamentales en su proceso de producción.

Entre las medidas que plantean los eurodiputados figura la idea de un sistema de certificación para el aceite de palma que se quiera comercializar en la Unión Europea y también iniciar una retirada progresiva del uso de aceites vegetales que llevan a la deforestación en la composición de biocombustibles de aquí a 2020.

El texto recalca la necesidad de contar con un sistema de certificación único que sea obligatorio para acceder a la UE, frente a la diversidad de sellos que existen en la actualidad y cuyos criterios y resultados no cuentan con el consenso de todos.

También apunta a la Comisión Europea, a la que reclama medidas para mejorar la trazabilidad del aceite de palma importado y también que contemple introducir barreras tarifarias y no tarifarias en base a la huella de carbono de las importaciones.

46% de la importación de la UE es para biocombustibles

De acuerdo a los datos que maneja la Eurocámara, el 46% del aceite de palma importado a la Unión Europea se emplea en la producción de biocombustibles y se necesitó cerca de un millón de hectáreas de suelo tropical para su elaboración.

La resolución, que ha salido adelante con el voto a favor de 640 eurodiputados, 18 en contra y 28 abstenciones, alerta igualmente de que una gran parte del aceite de palma que se comercializa se obtiene con métodos de producción que no respetan los derechos fundamentales ni los estándares laborales y sociales adecuados.

La Eurocámara denuncia con ello las condiciones de trabajo en este sector y el hecho de que se recurra con frecuencia a mano de obra infantil, además de que la explotación es causa de conflictos entre las comunidades autóctonas y quienes tienen las licencias de producción.

"Exigimos un debate abierto con todos los actores implicados para lograr que la producción de aceite de palma sea respetuosa con los bosques y los Derechos Humanos", ha expresado la eurodiputada de Izquierda Unitaria responsable de la posición de la Eurocámara, la checa Katerina Konecná.

Deforestación en Indonesia: dos veces la superficie de Alemania

La organización ecologista Greenpeace lleva años denunciando la deforestación relacionada con el cultivo de palma aceitera. Solo Indonesia, uno de los principales países productores, ha perdido ya una superficie comparable a dos veces la extensión de Alemania.

En una investigación de Greenpeace publicada en noviembre de 2015, propusieron al sector privado del aceite de palma la elaboración de un plan de prevención de incendios que incluía la restauración y protección de las turberas ricas en carbono y el cese inmediato de la deforestación.

En apoyo de estas demandas, más de 250.000 ciudadanos de todo el mundo pidieron al presidente de Indonesia que no siguiera permitiendo que las industrias papelera y del aceite de palma continuaran quemando los bosques.

España, el tercer país europeo en consumo

Cada europeo consume una media de unos 60 kilos al año de aceite de palma y España es el tercer país europeo en consumo. Cabe recordar que, detrás de su demanda internacional, están grandes y conocidas marcas del mundo de la alimentación (desde sopas a chocolates, pasando por bollería y conservas), la cosmética (champús, jabones, detergentes) o algunos mal llamados biocarburantes.

Desde la década pasada, Greenpeace ha señalado públicamente las prácticas de empresas como Procter & Gamble, Nestlé o Unilever por no garantizar el origen sostenible del aceite de palma para la elaboración de sus productos.

En algunos casos, estas empresas han adoptado políticas de deforestación cero que han excluido de su cadena de suministro a las empresas que destruyen la selva.