La organización ecologista Greenpeace ha acusado este domingo al Gobierno de Arabia Saudí -tradicionalmente el mayor exportador de petróleo del mundo-, de bloquear las negociaciones para la resolución final de la COP26.

"Muchos países, en especial los que se enfrentan a riesgos existenciales, han intentado asegurarse de que la resolución final de Glasgow se centre en acelerar las medidas para mantener vivo (el objetivo de que el aumento de la temperatura global no sobrepase) los 1,5 grados centígrados", ha explicado la organización en un comunicado.

 

Que los países vulnerables no reciban el apoyo que necesitan

 

"Por eso -ha defendido Greenpeace-, la ausencia de una resolución final minaría ese esfuerzo y socavaría el resultado de Glasgow". La organización ha asegurado además que el Gobierno Saudí ha bloqueado "los esfuerzos para construir progreso en la adaptación", es decir, la puesta en marcha de medidas para ayudar a las poblaciones de las naciones más vulnerables a lidiar con los efectos del aumento global de las temperaturas.

Según explica el grupo, no alcanzar un progreso en las medidas de adaptación podría hacer que el bloque de países africanos, más vulnerables a este problema, vetaran la adopción de una resolución final, ya que para alcanzarla es necesario el consenso de los 196 países que asisten a la conferencia.

"La jugada para diluir la importancia de los objetivos de adaptación ha sido diseñada para asegurar que los países vulnerables no reciban el apoyo que necesitan y por tanto no puedan firmar un acuerdo significativo al final de esta semana", ha defendido la directora ejecutiva de Greenpeace International, Jennifer Morgan.

 

Rica en potencial de energías renovables

 

La organización ha exhortado a las autoridades saudíes a "prepararse para aceptar su parte de responsabilidad". "Greenpeace reconoce que la riqueza y la economía de Arabía Saudí se basa en los combustibles fósiles, y que será una transición difícil", recoge el escrito.

A pesar de las dificultades, sin embargo, el grupo considera que la región del Golfo es "rica en potencial de energías renovables", lo que a su vez puede estimular el crecimiento económico en la zona.