El proyecto La Mujer y la Mar es un trabajo fotográfico realizado en varias localidades costeras de España, a lo largo de 10 años, con el objetivo de poner en valor la fuerza de todas aquellas mujeres que se relacionan con el mar a diario por motivos de trabajo u ocio. Haciendo uso de la mitología griega, nórdica y celta, sus autores, un matrimonio de fotógrafos formado por Laura Prego y Raimon Moreno, han querido contar 14 historias de mujeres tenaces y poderosas, aunque muchas veces invisibles pese a la importante labor que llevan a cabo para la sociedad.

Una campaña de crowfunding a través de la plataforma Verkami estará abierta hasta el 21 de diciembre para la edición e impresión del libro fotográfico.

 

Rita Vidal, mariscadora y vicepatrona mayor de la Cofradía Santiago Apóstol de Carril en Pontevedra / Foto: La Mujer y la Mar Rita Vidal, mariscadora y vicepatrona mayor de la Cofradía Santiago Apóstol de Carril en Pontevedra / Foto: La Mujer y la Mar
¿Cuál es el objetivo de documentar el trabajo de las mujeres en un contexto de mar?

Laura: El objetivo es dar visibilidad a estas mujeres que normalmente pasan desapercibidas. Con nuestras fotografías queremos resaltar su trabajo y amor por el mar. Hemos tenido en cuenta varios perfiles, no solo trabajadoras, sino mujeres que por diversas razones están continuamente en relación con el océano.

Raimon: Además de retratar a pescadoras, hemos fotografiado a una sargento de la Armada española; a una buceadora; a Gema Vila, que es apneista plusmarquista; a un equipo de conserveras en Galicia, etc. También recogemos experiencias lúdicas, como la participación de las mujeres en la Romería vikinga de Catoira, Pontevedra. 

 

Gemma Vila, plusmarquista nacional de apnea / Foto: La Mujer y la Mar Gemma Vila, plusmarquista nacional de apnea / Foto: La Mujer y la Mar
 
Participantes de la Romería vikinga de Catoira, Pontevedra / Foto: La Mujer y la Mar Participantes de la Romería vikinga de Catoira, Pontevedra / Foto: La Mujer y la Mar

Presentáis este proyecto como fruto de la necesidad de “mirar”, que no ver, a las mujeres del mar. ¿Cómo surgió el proyecto y por qué creéis que las mujeres del mar no son miradas?

Raimon: Laura es de origen gallego y hemos vivido en Galicia desde el año 86 al 92. Las mariscadoras de la Ría de Arousa, que son las primeras mujeres que empezamos a fotografiar, era lo que teníamos delante de nosotros. Se dice que de lo que puedes hablar mejor es de aquello que conoces. Entonces nos pusimos a documentar fotográficamente a esas mujeres, en un momento en que no se habían hecho muchas fotos. Ese fue nuestro punto de partida. Nos dio la impresión de que la sociedad no miraba a esas mujeres, pese a que eran muy numerosas. Solo las veía, pero no las valoraba. Es necesario que la gente les preste atención.

Aunque contamos con más de 15 años de experiencia en el campo de la fotografía, nosotros no nos consideramos fotógrafos profesionales. Aun así, creemos que podemos aportar nuestro granito de arena para resolver el problema de la desigualdad de género en este país. Sabemos que para este tipo de reportajes se suele usar un estilo más realista y documental, pero nosotros nos hemos atrevido a usar la corriente formalista en la fotografía, para captar la atención, como herramienta más artística.

 

‘Mariscadoras de las Rías Baixas ¿Las Sirenas del Atlántico?’ o ‘Marina, La Dragona Azul del Mar’. Estos son algunos de los títulos que habéis puesto a los reportajes fotográficos de este proyecto. ¿Por qué hacéis este paralelismo con la mitología?

Raimon: Guardamos una anécdota muy bonita de la primera vez que hicimos un paralelismo con la mitología. En nuestra web, La Mujer y La Mar, decidimos referirnos a las mariscadoras de las Rías Baixas como sirenas. Nos pareció que cualquiera que las observara, al tener sumergidos durante largo tiempo los pies en el agua, no podría saber si escondían una cola de sirena. Publicamos esto justo antes de encontrarnos con ellas en Vilagarcía de Arousa. Cuando nos vieron llegar, nos aplaudieron con mucho entusiasmo. Fue muy emotivo,... Lloramos de emoción. Al referirnos a las pescadoras como sirenas, nos dimos cuenta de que las hacíamos sentir integradas en la sociedad; una sociedad que muchas veces menosprecia el hecho de que sean personas aparentemente de bajo nivel social o intelectual, cuando no es así. Vimos que eso era lo que a ellas les gustaba, así que continuamos; porque este proyecto no es tanto para nosotros como para ellas.

Laura: Y muchas tienen carreras universitarias que les han permitido dedicarse exclusivamente al mar, porque lo llevan en la sangre. Además, lo viven como algo necesario. Necesitan estar en el mar, en ese espacio abierto. Es como un regalo poder dedicarse a ello y poder haber escogido dedicarse a ello, porque realmente ha sido una elección personal. Quisimos darles visibilidad con mucho respeto a lo que hacen y a la pasión que tienen, pues creemos que su labor es vital para la sociedad. Muchas de ellas trabajan para alimentarnos. Nosotros vamos al supermercado a comprar, pero a veces no nos damos cuenta de que hay personas que dan su tiempo y su salud para que nosotros comamos. Hablo en este caso de las mariscadoras, pero todas las historias son muy importantes.

 

Mariscadoras de las Rías Baixas ¿Las sirenas del Atlántico? / Foto: La Mujer y la Mar Mariscadoras de las Rías Baixas ¿Las sirenas del Atlántico? / Foto: La Mujer y la Mar

Paralelamente a esta mirada literaria, ¿qué elementos habéis observado en este contexto que sean menos poetizables?

Laura: Mi impresión es que ellas lo ven como algo natural. No ves esa dificultad. Problemas hay, sí, en cuanto al trabajo, que es muy duro, sobre todo en lo referente a los problemas físicos, pero me parece que la pasión sobrepasa esas dificultades. Hay que señalar también que muchas de ellas son madres que han tenido que conciliar con sus vidas personales. La naturaleza les impone un ritmo: cuando la marea baja, ellas pueden ir a trabajar. Empiezan a las 4 de la mañana y a las 8 ya están en tierra para llevar a los niños al colegio. Entonces, claro que ellas hacen frente a un esfuerzo doble.

Raimon: Yo señalaría las luchas que han tenido que enfrentar todas estas mujeres para estar donde están, para ocupar puestos de dirección. Rita Vidal, mariscadora, que es la mujer que protagoniza nuestra portada, es vicepatrona mayor de la Cofradía Santiago Apóstol de Carril en Pontevedra. Para llegar ahí, ha tenido que reclamar sus derechos en el juzgado en muchas ocasiones. No le permitían ser patrona de una cofradía. Estas mujeres están luchando permanentemente contra dificultades que no encontraría ningún hombre. Las mariscadoras se sienten desatendidas por las administraciones, pero ya en este caso no solo ellas, sino el sector en general. No obstante, para este trabajo no hemos querido centrarnos en las cosas negativas, como lo haría un reportero gráfico. Pensamos que es muy necesario exaltar la parte positiva, no porque las cosas negativas no estén ahí, sino porque nuestra idea es que sepamos ver el poder de estas mujeres, su potencia, las sirenas que nosotros vemos. Queremos que la gente se emocione con ellas; que sepa que están ahí; que no solo los hombres son los que hacen las cosas bien. Hay que romper con la idea de que solo los hombres hacen el trabajo duro de la sociedad. Una de nuestras protagonistas es piloto de helicóptero en Manises, comandante de su equipo con 28 años. También fotografiamos a una sargento en la Armada española, jefa de una sección importante de la fragata. También tenía 28 años cuando la fotografiamos. Más allá de las dificultades, queremos mostrar que son mujeres potentísimas, fantásticas.

 

Patricia, sargento de la Armada española / Foto: La Mujer y la Mar Patricia, sargento de la Armada española / Foto: La Mujer y la Mar

¿Qué nexo tiene para vosotros la mujer con el mar y qué relación establecéis con la situación en la que se encuentran los océanos hoy en día? 

Laura: Las mariscadoras, por ejemplo, están preocupadas por que todo se preserve lo más natural posible. No dudan en limpiar el lugar, en sacar las algas y mantener saludables todas esas zonas. Saben que cuanto más limpio esté todo, más futuro tendrá su profesión. Tienen un gran respeto por la naturaleza y por el mar.

Raimon: Desde mi experiencia, he visto que la sensibilidad de las mujeres con respecto al cuidado de la naturaleza es mucho más potente que la de los hombres. Nosotros tendemos a ser más mecánicos y no utilizamos mucho el corazón, al menos no al mismo nivel que ellas. Creo que, dada la situación crítica que viven nuestros océanos, necesitamos poner más el corazón. Estoy convencido de que, en la salvación de los océanos, la mujer va a jugar un papel determinante. Me emociono cuando hablo de esto. Creo en las mujeres y realmente quiero que el mundo empiece a pensar y actuar de otra manera, no solo con la mente y con la cartera en la mano.

 

Hasta el 21 de diciembre estará activa vuestra campaña de ‘crowdfunding’. Contadnos, ¿qué os permitirán los fondos?

Raimon: La campaña la estamos haciendo a través de la plataforma Verkami y los fondos irán destinados a los gastos de imprenta y de envío del libro. En principio, entregaremos 120 ejemplares impresos a las protagonistas y a las instituciones de las ciudades donde hemos trabajado.

 

¿Qué esperáis inspirar en los lectores tras visualizar vuestro trabajo?

Raimon: Con este proyecto queremos que la belleza acabe por atraparnos y que entendamos que estas mujeres, y las mujeres en general, se merecen nuestro absoluto respeto. Tenemos que construir un mundo sin desprecios y agresiones hacia las mujeres. Todos tenemos que ponernos las pilas, hombres y mujeres. Desde hace años se nos dice que los hombres son los que dirigen las empresas, los que saben más. La idea es normalizar que la fuerza está en todos, independientemente del género. 

Laura: Yo deseo que la gente se enamore de estas profesiones; que conecte con la mitología, la poesía de este libro, y que esté orgullosa de estas mujeres valientes, algunas de las cuales seguramente sacarán del agua los percebes y los mejillones que nos vamos a comer estas navidades.

 

Cristina, el destello del norte / Foto: La Mujer y la Mar Cristina, el destello del norte / Foto: La Mujer y la Mar