El Día Mundial de los Océanos se celebra cada 8 de junio para reconocer la importancia que éstos tienen para todas las especies, ya que representan el principal pulmón del planeta, son responsables de generar gran parte de su oxígeno y albergan la mayor parte de la biodiversidad de la Tierra.

Sumario

 

La ONU organiza un evento virtual especial para celebrar este año bajo el lema Planeta oceánico: las corrientes están cambiando. La iniciativa se enmarca en el objetivo 14 de los Objetivos de Desarrollo sostenible 2030 de la ONU dedicado a conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos.

 

Los orígenes de la celebración y organizaciones implicadas en la causa

 

La Asamblea General de las Naciones Unidas decidió en 2008 designar el 8 de junio como el Día Mundial de los Océanos, según su resolución 63/111. Esta iniciativa se propuso por primera vez en 1992 durante la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro.

La Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) de la UNESCO patrocina la Red Océano Mundial, que desde enero de 2021 promueve el Decenio de las Naciones Unidas de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible (2021-2030), un marco de convocatoria para que una amplia gama de partes interesadas de todo el mundo se comprometan y colaboren fuera de sus comunidades tradicionales para apoyar la protección y la investigación científica oceánica.

Además de la UNESCO, otras agencias de las Naciones Unidas trabajan en la protección de los ecosistemas costeros y marítimos para reducir los impactos negativos en ellos. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) se ocupa de asuntos ambientales, la FAO fortalece la gobernanza y las capacidades administrativas y técnicas de los miembros en la conservación y utilización de los recursos acuáticos, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) gestiona proyectos de biodiversidad y desarrollo humano, y la Organización Marítima Internacional (IMO)se encarga de la seguridad del transporte marítimo y la prevención de la contaminación marina y atmosférica causada por los buques.

 

70 % de la superficie, 90 % del agua, 50 % del oxígeno de la tierra y 40 millones de empleos

 

Los océanos abarcan más del 70 % de la superficie de nuestro planeta, lo que los convierte en esenciales para la vida y el sustento de la humanidad y todos los seres vivos. Además, contienen el 96 % de toda el agua de la Tierra, el resto es agua dulce que se encuentra en forma de ríos, lagos y hielo. Un claro ejemplo de su importancia radica en el hecho de que generan al menos el 50 % del oxígeno que respiramos y son capaces de absorber casi el 30% del dióxido de carbono. Esto lo hacen a través del fitoplancton marino, unos microorganismos fotosintéticos, que realizan la fotosíntesis y liberan oxígeno a la atmósfera.

Además, desempeñan un papel crucial en nuestra economía, ya que se estima que para el año 2030 habrá alrededor de 40 millones de empleos relacionados con los océanos. Por un lado, los océanos son vías principales para el transporte marítimo de mercancías a nivel global. Los barcos transportan una amplia variedad de bienes, desde productos manufacturados hasta materias primas, y facilitan el comercio internacional. Los puertos marítimos actúan como centros logísticos y generan empleo y actividad económica en las áreas circundantes.

Los océanos también proporcionan recursos pesqueros y acuícolas que son fundamentales para la seguridad alimentaria y la economía. La pesca y la acuicultura marina son industrias importantes que generan empleo, ingresos y exportaciones en muchos países. Además, los subproductos de la pesca, como el aceite de pescado y el colágeno marino, se utilizan en la industria alimentaria, farmacéutica y cosmética.

Por último, no hay que olvidar que las áreas costeras y los ecosistemas marinos atraen a millones de turistas cada año. El turismo costero y marino incluye actividades como el buceo, el surf, la observación de vida marina y la relajación en playas. Estas actividades generan ingresos significativos para las comunidades locales y las economías nacionales, así como empleo en los sectores de la hostelería, el transporte y los servicios turísticos.

 

Biodiversidad y fuente de proteínas para mil millones de personas

 

Los océanos albergan una asombrosa diversidad biológica, con una amplia variedad de especies y ecosistemas únicos:

  • Especies marinas: son el hogar de una gran cantidad de especies marinas, desde organismos microscópicos hasta mamíferos marinos y enormes criaturas como las ballenas. Se estima que existen alrededor de 230.000 especies identificadas, pero los expertos creen que aún hay muchas más por descubrir y que podrían acercarse a un millón. Según la ONU, cerca del 90 % de las grandes especies marítimas de peces están mermadas. 
  • Arrecifes de coral: son ecosistemas increíblemente diversos y coloridos. Albergan una variedad de corales, peces, crustáceos, moluscos y otros invertebrados marinos. Son considerados los "bosques tropicales" del océano debido a su riqueza biológica y su importancia como hábitat y fuente de alimento para muchas especies. En concreto, los arrecifes de coral, aunque solo suponen el 1 % del fondo marino, albergan más del 25 % de la vida marina, y están en serio peligro por la acción humana que ya ha destruido la mitad de ellos.
  • Biodiversidad costera: Los ecosistemas costeros, como manglares, estuarios y marismas, también son ricos en diversidad biológica. En estos hábitats se encuentra una gran variedad de especies de plantas, aves, peces, crustáceos y otros organismos adaptados a vivir en áreas donde el océano se encuentra con la tierra.
  • Vida en aguas profundas: Las profundidades del océano albergan formas de vida únicas y adaptadas a las condiciones extremas, como la falta de luz solar y la alta presión. Organismos como los peces abisales, calamares gigantes y extrañas criaturas como las medusas y los organismos bioluminiscentes son ejemplos de la fascinante biodiversidad de las aguas profundas.
  • Migración y conectividad: Los océanos también son importantes para la migración de especies, como las ballenas, las tortugas y las aves marinas. Estos animales recorren grandes distancias a través de los océanos, conectando diferentes hábitats y contribuyendo a la dispersión de nutrientes y la conservación de la biodiversidad.