Un estudio publicado en Ardeola: International Journal of Ornithology (1), la revista científica de SEO/BirdLife, ha despejado algunas incógnitas acerca de la coloración rosada del flamenco común, de forma que, en primer lugar, los autores/autoras han determinado que las hembras son más coloridas y con una condición corporal mejor en comparación a los machos, así como que los individuos están en mejor condición física en unos humedales que en otros.

 

La condición corporal en el flamenco común

 

Por tanto, según indica SEO/BirdLife en una nota de prensa, los investigadores e investigadoras demuestran que la condición corporal en el flamenco común guarda una relación directa con la coloración del plumaje, así como la interacción de ambas variables con el sexo y el sitio de alimentación. Así, el estudio indica que los flamencos presentan dimorfismo sexual en tamaño, siendo los machos mayores que las hembras.

"En conjunto, los resultados sugirieron que las hembras tendrían una necesidad mayor que los machos para señalizar la calidad individual, de ahí la mayor pigmentación en las plumas, probablemente porque ellas asumen dentro de la época de reproducción unos costes mayores que los machos, de forma que las hembras 'de baja calidad' podrían limitar severamente el éxito de cría. Además, la coloración del plumaje podría señalizar el estatus individual en las zonas de alimentación a lo largo del año", ha explicado el investigador de la EBD-CSIC y autor principal del estudio, Juan A. Amat.

Y es que los flamencos pueden ausentarse entre seis y nueve días desde su sitio de cría viajando a humedales que distan entre 120 y 400 kilómetros para encontrar alimento de calidad con el que cebar a su cría.

Pero las hembras ceban a los pollos con más frecuencia que los machos, es decir hacen más viajes entre el sitio de cría y el de alimentación, de forma que este periplo solo pueden realizarlo bajo un óptimo estado físico, y la tonalidad rosa intensa durante el periodo previo a la puesta del huevo es un indicador de buena condición corporal y de que son capaces de asumir los costes que supone la cría. De esta forma, los machos que se emparejan con hembras más coloridas tendrían una mejor garantía de la cría exitosa de su pollo.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores de la EBD-CSIC y de la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía, del Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca Sostenible, realizaron el estudio en dos humedales, Veta la Palma (Sevilla) y las marismas del Odiel (Huelva). Desde noviembre de 2003 a marzo de 2006, observaron y registraron con telescopios datos de la coloración del plumaje de los individuos de flamenco que, posteriormente, fueron detalladamente analizados.

 

Los flamencos se maquillan el plumaje

 

De otro lado, el estudio indica que no puede entenderse el color rosa de los flamencos sin los carotenoides, unos pigmentos que los animales no pueden sintetizar y que sólo pueden obtener a través de la dieta. Estos se relacionan, tal y como describe el artículo, con una buena calidad ambiental de los hábitats donde se alimentan y con la capacidad de adquirir alimentos de calidad.

Además, añade una curiosidad: "para realzar el colorido durante los períodos de cortejo, los flamencos se maquillan el plumaje utilizando pigmentos depositados en las secreciones uropigiales, que restriegan sobre la superficie de las plumas". Se trataba de una suposición que por primera vez fue confirmada por Amat y su equipo en un artículo científico publicado en 2011.

De hecho, si no usan con cierta frecuencia este tipo de cosmético sobre las plumas, el color del plumaje se desvanece, tal y como el mismo grupo investigador puso de manifiesto en otro artículo científico en 2021.

El investigador Juan A. Amat ha señalado que el estudio puede tener aplicaciones prácticas. La estimación de la condición corporal a través del método propuesto se podría fácilmente usar en programas de seguimiento a medio y largo plazo, para determinar cambios en la calidad de los humedales que usan los flamencos."

 

Utiliza su pico como un tamiz

 

De otro lado, aunque su singular responde a un diseño ergonómico perfectamente diseñado para lograr una alimentación eficiente. El flamenco no picotea para conseguir su comida, sino que con su cabeza sumergida en el agua utiliza su pico como un tamiz.

De esta manera, insectos, larvas, pequeños crustáceos, moluscos, anélidos, microalgas y protozoos son filtrados gracias a las laminillas presentes a lo largo del borde del pico, mientras el agua es expulsada con la lengua. Dado que los flamencos se alimentan con la cabeza hacia abajo, para facilitar la captura de presas la mandíbula que es móvil es la inferior, al contrario que en otros grupos de aves.

Otra conducta en esta especie es la cría en colonias, que reúnen a cientos o miles de parejas. A partir de final de febrero-abril construyen los nidos, muy próximos unos de otros, en islotes de humedales con aguas someras, que les mantienen a salvo de predadores terrestres.

 

La hembra deposita un huevo

 

Estos nidos, hechos generalmente de barro, con forma de cono truncado, alcanzan un diámetro 40-60 centímetros, hasta medio metro de altura y un peso que puede superar los 50 kg. La hembra deposita en ellos un huevo, que es incubado por ambos progenitores durante unos 30 días.

Los pollos permanecen algunos días en el nido, pero a los siete o diez días lo abandonan para agruparse en 'guarderías', mientras los progenitores se alejan de la colonia en busca de alimento. Los pollos son alimentados con una papilla segregada en el aparato digestivo de los padres. Transcurridos unos 70 días, estos ya están emplumados y al cabo de poco más de tres meses abandonan la colonia.

En España, la población reproductora varía según los años en función del nivel hídrico de los escasos humedales en donde cría, pero en años favorables se han llegado a estimar hasta 26.000 parejas reproductoras, mostrando una tendencia positiva desde la pasada década de los años setenta, tras años de seguimiento y manejo de la especie.

Referencias