Más de 55.900 palestinos han sido asesinados, entre ellos más de 17.000 menores, y el número de heridos desde que comenzara el conflicto entre Israel y Gaza ya supera los 131.000. En la última etapa de la guerra, tras la ruptura unilateral del alto el fuego por parte de Israel en marzo, ya se han producido más de 5.600 muertes.

Sumario

 

Mientras Israel continúa con operaciones exhaustivas que causan muertes por toda la Franja, resulta especialmente preocupante la recurrencia con que, en los últimos días, hay decenas de víctimas tiroteadas en los repartos de comida y ayuda humanitaria.

 

Los bombardeos y ataques israelíes

 

Israel continúa su esfuerzo bélico sin cesar, con una amplia sucesión de bombardeos por toda la geografía gazatí a diario. Las operaciones militares parecen volver a centrarse en el centro de la Franja, con fuertes batallas en torno al hospital de Khan Yunis. Otro centro de asistencia médica, el hospital Al-Awda, fue obligado a ser evacuado y cerrado, lo que supone la desaparición del único centro relativamente operativo en el norte de la Franja.

Pero no sólo los proyectiles reparten la muerte en Gaza, sino que en los últimos días se han producido numerosos tiroteos donde han muerto decenas de civiles mientras intentaban lograr los víveres imprescindibles para su supervivencia. El último de estos tiroteos se ha producido en la zona de Netzarim, en el centro de Gaza, pero ya se han producido varios contra personas que trataban de lograr ayuda humanitaria. Este tipo de actuaciones han producido unos 400 muertos y más de 3.000 heridos desde que volviera a hacerse entrega de ayuda humanitaria a finales de mayo.

 

La catástrofe humanitaria y los tiroteos en el reparto de ayuda

 

El sistema de reparto de ayuda humanitaria ha cambiado en Gaza. Los centenares de puntos de distribución diseñados por la ONU han sido sustituidos por cuatro grandes centros coordinados por una ONG privada patrocinada por Israel. Estos cuatro centros se han situado al sur de la Franja, lo que obliga al desplazamiento masivo de la población si quiere optar a esas ayudas. Además de este éxodo forzado para su subsistencia, el diseño concentrado de estos puntos ha provocado fuertes incidentes y un innecesario aumento de la tensión.

La desesperación de la población, que intentó lanzarse en varias ocasiones sobre este limitado número de centros, provocó varios tiroteos del ejército israelí contra la población civil, lo que ha causado decenas de víctimas mortales entre las personas que hacían cola para conseguir víveres en varias ocasiones. Se han producido este tipo de incidentes en centros en torno a Rafah, cerca de Jan Yunis o en el enclave anteriormente mencionado de Netzarim. Ante el caos y la violencia, los centros cierran durante varios días y posteriormente vuelven a reabrir con nuevos incidentes.

Con el paso de los días la desesperación entre la población gazatí alcanza nuevas cotas. Ahora la población civil se encuentra en la disyuntiva de elegir entre la inanición o arriesgar su vida al ir a recoger comida. Y esta nueva situación se enmarca en un contexto global diferente donde Gaza ha dejado de ser el primer centro de atención de la región tras la escalada de hostilidades entre Israel e Irán.

 

La extensión del conflicto a Israel e Irán

 

Tras un largo periodo de tensión internacional en Oriente Próximo, parece que finalmente el conflicto va a escalar a nivel regional con el intercambio de ataques de los últimos días entre Israel e Irán.

La situación se detonó el 13 de junio, con un ataque múltiple de Israel contra objetivos nucleares y militares de Irán. La ofensiva implicó a unos 200 cazas de combates y golpeó varios objetivos iraníes, entre ellos todo tipo de instalaciones en Teherán, el aeropuerto militar de Tabriz, al noroeste del país, y Natanz, donde está la principal planta de enriquecimiento de uranio iraní. El régimen de Teherán respondió al momento y lanzó un centenar de drones sobre suelo israelí como primera respuesta.

Desde ese momento se ha producido un continuo intercambio de bombardeos entre ambos países. Israel continúa el lanzamiento de ataques contra infraestructuras militares y el programa nuclear iraní, lo que habría provocado ya unas 250 muertes según las autoridades iraníes, aunque otras fuentes incrementan en mucho esta cifra. Las respuestas iraníes también acaban por encontrar sus objetivos en suelo israelí, a pesar del escudo antimisiles, por lo que localidades como Haifa, Beersheba o Tel Aviv han resultado golpeadas, con más de una veintena de fallecidos.

En esta tensa situación de guerra práctica, la comunidad internacional temía la respuesta de Donald Trump, que volvía a moverse en declaraciones ambiguas al afirmar que se daría dos semanas para decidir si se unía a Israel en sus ataques sobre Irán. El presidente norteamericano pronto rompió el compás de espera, al lanzar el domingo 22 de junio varios bombardeos contra instalaciones nucleares iraníes en lo que podría ser un paso más en el conflicto. Para evitar una escalada bélica de mayor alcance, Europa busca desesperadamente alcanzar una solución diplomática en un contexto geopolítico muy complicado que amenaza con extenderse a un conflicto regional.