Los perros callejeros, en especial el tejido de sus intestinos, puede que hayan contribuido a la evolución de un progenitor del SARS-CoV-2, sugiere un estudio, el cual apunta la necesidad de incluir los perros salvajes en los programas de vigilancias de virus

El estudio de la Universidad de Ottawa (Canadá) y que publica Molecular Biology and Evolution permite proponer una nueva hipótesis sobre el origen y transmisión inicial del actual coronavirus, que ha infectado a más de tres millones de personas en todo el planeta y ha causado cientos de miles de víctimas.

El antepasado del SARS-Cov-2 y de su pariente más cercano, un coronavirus de murciélago, "infectó el intestino de cánidos, lo que muy probablemente dio lugar a una rápida evolución del virus en los cánidos y su salto los humanos", considera el autor del estudio, Xuhui Xia.

Por ello, el biólogo considera importante vigilar los coronavirus similares a SARS en los perros salvajes para la lucha contra el SARS-CoV-2.

El virus mutó para evitar una proteína defensiva que también nosotros tenemos

Xia hace tiempo que estudia las firmas moleculares de los virus, ya que cuando estos invaden un huésped, sus genomas suelen llevan "las cicatrices de la batalla para luchar contra el infectado y evadir su sistema inmunológico" a través de cambios y adaptaciones que se encuentran en sus genomas.

Los mamíferos, entre los cuales los humanos, tienen una proteína centinela antiviral clave, llamada ZAP, que puede detener un virus ya que impide su multiplicación en el huésped y degrada el genoma.

El objetivo de esta proteína son los dinucleótidos CpG, dentro del genoma del virus, los cuales actúan como una señal de que el sistema inmunológico utiliza para buscar y destruir un virus, pero parece que los coronavirus pueden evitar la ZAP.

Para realizar el estudio, Xia examinó 1.252 genomas del virus Betacoron, depositados en el banco de datos de secuencias genéticas GenBank.

En su análisis descubrió que el SARS-CoV-2 y su pariente conocido más próximo, un coronavirus de murciélago (Batcueva RaTG13), son los que tienen menos cantidad de CpG.

Cuando examinó los datos de perros, encontró que sólo los genomas de los coronavirus caninos (CCoV), que habían causado en perros de todo el mundo una enfermedad intestinal altamente contagiosa, tienen valores genómicos de CpG similares a los observados en el SARS-CoV- 2 y el Batcueva RaTG13.

Síntomas intestinales en humanos

Además, el receptor ACE2 de las células, que es la puerta de entrada para el nuevo coronavirus, se produce en el sistema digestivo humano, y "esto sugiere que es probable que el sistema digestivo de los mamíferos sea un objetivo clave infectado por coronavirus".

Xua destacó que, según un informe reciente, "una alta proporción de pacientes con Covidien-19 también sufren molestias gástricas". Una investigación china publicada el mes pasado encontró que el 48.5 por ciento de 204 pacientes de coronavirus ingresados en tres hospitales en Hubei describieron síntomas intestinales como diarrea, vómitos y dolor abdominal. En otro estudio que examinó a los primeros 12 pacientes diagnosticados con Covid-19 en los EE UU, un paciente informó que la diarrea había sido el primer síntoma inicial antes de que empezaran la fiebre y la tos, y las muestras de heces de siete de cada 10 pacientes dieron positivo en Sars-Cov-2.

A menudo se observa que los cánidos se lamen la región anal y genital, lo que puede facilitar la transmisión viral del sistema digestivo al respiratorio y el intercambio entre un patógeno gastrointestinal y un patógeno de las vías respiratorias y los pulmones.

Varios gatos domésticos y grandes felinos han dado positivo de COVID-19

El autor indica que, ya que está lejos de muestrear todas las especies de mamíferos y sus tejidos, no se puede concluir que un genoma bajo en CpG surja sólo del sistema digestivo de los cánidos. Xia, cuya teoría ha recibido críticas de otros investigadores por resultar posible pero no suficientemente concluyente, reconoció que su hipótesis era en parte "especulativa" ya que los investigadores no tienen datos exhaustivos sobre todas las especies de mamíferos que podrían haber albergado el virus, pero por de pronto alertó de que los perros callejeros chinos deberían ser objeto de atención de cara a la lucha por detener la pandemia.

Xian presenta un escenario en el que el coronavirus se propagó primero de los murciélagos a los perros callejeros que comían carne de este animal, posteriormente el virus tuvo una rápida evolución en el intestino de los perros, que le permitió evadir la respuesta inmune humana de la proteína ZAP y se convirtió en un patógeno humano grave.

Xia concluyó que las cepas de virus aisladas en serpientes y pangolines divergieron demasiado de Sars-CoV-2 para que esos animales fueran el eslabón perdido en el viaje de la enfermedad desde los murciélagos a los humanos.Sobre la posibilidad de que los perros puedan transmitir en este momento el SARS-CoV2, Xian señaló que para ello el animal debería tener establecida una población de coronavirus en un tejido en contacto con el exterior, pero de momento "no hay evidencias

"La supervivencia del virus indica que ha evadido con éxito la defensa antiviral mediada por ZAP", dijo el profesor Xia. "En otras palabras, el virus se ha vuelto sigiloso y peligroso para los humanos".

Sin embargo, esto no supone, por ahora, que los perros puedan transmitir directamente el COVID-19 a los humanos. Por ahora, la única forma demostrada en que esto puede suceder es por el contacto manual, como con cualquier otra superficie sonde se haya posado el coronavirus. El animal puede haber tocado algo infectado y pasarlo a quien le toca a él. Un estudio chino publicado en la revista Science la semana pasada encontró que el virus que causa COVID-19 "se replica mal" en perros, aunque los hurones y los gatos sí son susceptibles a la infección.

Sin embargo, diversos felinos se han visto infectados y han desarrollado la enfermedad. Es el caso de cinco tigres y tres leones del histórico Zoo del Bronx, en Nueva York. La tigresa Nadia, el primer caso de positivo, protagonizó "la primera vez, que sepamos, que un animal [salvaje] se enfermó de COVID-19 transmitido por una persona", probablemente un cuidador asintómático, señaló Paul Calle, veterinario jefe del parque, el 5 de abril. El recinto estaba cerrado al público desde mediados de marzo.

Por otra parte, aunque pocos, varios animales domésticos han dado positivo por SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19. La lista hasta ahora incluye dos gatos en el estado de Nueva York, el primer caso en los Estados Unidos, confirmado por el Departamento de Agricultura del país, además de dos perros, un pastor de Pomerania y un pastor alemán, y un gato, los tres en Hong Kong (China), y otro gato doméstico en Lieja (Bélgica) que resultó infectado por su dueño. Todos ellos también dieron positivo del coronavirus.

Lavarse las manos y evitar lametones en la cara

El Consejo Nacional para la Protección Animal Belga informó a los dueños de mascotas que sus animales no son vectores que puedan infectarles, ante el peligro de que proliferaran los abandonos debido a una falsa alarma, pero les aconsejó que "respeten las normas de higiene habituales".

"Se recomienda continuar aplicando las reglas clásicas de higiene (evite el contacto cercano con su animal, especialmente si usted está enfermo, lávese las manos después de tocar cualquier animal, no permita que el animal le lama la cara). Esto es, por un lado, para evitar que usted transmita el virus a su mascota y, por otro lado, para evitar que se convierta en el portador del virus y lo transmita a través de la contaminación ambiental”, aconsejan las autoridades sanitarias belgas.

Sin embargo, la OMS mantiene que, por ahora, los propietarios de mascotas no deben temer por la posibilidad de contagio de ellos a sus animales o viceversa, pese a estos pocos casos confirmados. “No hay evidencia de que los animales de compañía como perros o gatos puedan estar infectados con el nuevo coronavirus"., afirma el organismo internacional.