Un estudio de investigadores/as del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf) y de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) ha demostrado que el aumento de las temperaturas durante el invierno provoca que las abejas sean más vulnerables a los efectos de los plaguicidas.

 

Importantes polinizadores de fruteros

 

Publicado en Global Change Biology (1), ha estudiado concretamente a las abejas solitarias del género Osmia, que son "importantes polinizadores de fruteros", ha informado el Creaf en un comunicado de este viernes.

La investigación ha descubierto que los inviernos más cálidos "agravan el impacto de los plaguicidas sobre la abejas, reduciendo hasta un 70% su esperanza de vida".

El incremento de las temperaturas durante el invierno provoca que las osmias consuman sus reservas energéticas y agoten sus cuerpos grasos, que juegan un papel crucial en el proceso de detoxificación

El autor principal del estudio, Sergio Albacete, ha explicado que "en el peor de dos escenarios de aumento de temperaturas simulados, las abejas viven unos 5 días menos que en condiciones normales".

Según los resultados, las abejas que no fueron expuestas a temperaturas cálidas durante el invierno experimentaron una reducción del 50% de la esperanza de vida cuando ingirieron la dosis más alta de insecticida.

 

Efectos sobre las abejas

 

Cuando esta misma exposición se combinó con el escenario de cambio climático más pesimista la reducción de la esperanza de vida llegó al 70%: "El incremento de las temperaturas durante el invierno provoca que las osmias consuman sus reservas energéticas y agoten sus cuerpos grasos, que juegan un papel crucial en el proceso de detoxificación".

Además de los efectos sobre la longevidad, la exposición a inviernos más cálidos y dosis subletales del insecticida también afecta la capacidad de respuesta a la luz y el comportamiento de alimentación de las abejas.

A pesar de que los niveles de insecticida a los que se exponen las abejas durante la floración generalmente no son suficientes para causar la muerte, pueden tener efectos sobre su fisiología y comportamiento y, por lo tanto, sobre su éxito reproductivo

SERGIO ALBACETE, investigador de la CREAF, y autor principal del estudio

"Hay que tener en cuenta que, a pesar de que los niveles de insecticida a los que se exponen las abejas durante la floración generalmente no son suficientes para causar la muerte, pueden tener efectos sobre su fisiología y comportamiento y, por lo tanto, sobre su éxito reproductivo", indica Albacete.

Los investigadores/as aseguran que las temperaturas del escenario climático más pesimista del estudio ya se están produciendo en los últimos años en inviernos cálidos, por lo que "los impactos observados ya pueden estar afectando" actualmente a esta especie.

Referencias