¿Somos realmente conscientes de las consecuencias que puede tener el cambio climático en un futuro próximo? ¿Conocemos exactamente sus causas? ¿Y sus responsables? ¿Se puede responder a todas estas preguntas leyendo solamente los periódicos generalistas?

Despejar estas incógnitas ha sido el objetivo de un estudio de las especialistas, del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), Carolina Moreno y Emilia Lopera, publicado en marzo en el Journal of Science Communication con el título de "The uncertainties of climate change in Spanish daily newspapers: content analysis of press coverage from 2000 to 2010".

Con la llegada de la crisis económica, el interés por el tema decayó rápidamente

Para analizar el tratamiento que le dan los medios, Moreno y Lopera recogieron y clasificaron 1.810 noticias sobre el calentamiento global publicadas durante 10 años –de 2000 a 2010– en El País, El Mundo, ABC, el rotativo valenciano Levante y el diario económico Expansión. De ellas, analizaron 363. Como consecuencia de este exhaustivo trabajo llegaron a una serie de conclusiones que explicarían, en gran medida, el nivel de información y comprensión de los españoles sobre el problema, su grado de preocupación por el mismo y su voluntad (o no) de actuar para mitigarlo.

La primera conclusión de la investigación es que el tiempo de hablar del cambio climático parece haber quedado atrás para la prensa escrita española. Ese momento se localizaría entre 2005 y 2007, cuando se publicó la mayor parte de toda la información relacionada.

En estos años coincidieron el apogeo del boom económico español y una serie de eventos nacionales e internacionales que permitieron poner el tema en el centro de la agenda informativa. La película del ex-presidente estadounidense Al Gore Una verdad incómoda, que le permitió ganar los premios Nobel de la Paz, Óscar y Príncipe de Asturias; la celebración de una cumbre del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) en Valencia y la creación de diferentes comisiones parlamentarias e iniciativas institucionales para estudiar el fenómeno, con sus respectivas polémicas políticas, como las famosas declaraciones de Mariano Rajoy, entonces jefe de la oposición, en las que confundía tiempo y clima.

Después llegó la crisis, y el interés por el cambio climático decayó rápidamente. Para 2010, su presencia en los medios ya estaba a niveles similares a los de 2003 y, posteriormente, aunque el estudio no se aventura más allá de aquella fecha, probablemente haya disminuido aún más. Sin ir más lejos, el ultimátum de la ONU para emprender acciones enérgicas para la reducción de gases de efecto invernadero emitido la semana pasada apenas llegó a la portada de El País –para citar sólo los periódicos analizados en el estudio– y en un formato breve.

En realidad, durante estos años, el peligro no sólo no ha remitido sino que se ha acentuado, y las certezas científicas sobre sus catastróficas consecuencias y sus orígenes humanos son cada vez más apabullantes, pero nada de esto ha servido para recuperar un interés mediático centrado en el retorno a la senda de un crecimiento económico que cuando se consolide aún agravará más el problema. Un reportaje de El País de 2010 titulado Estoy en paro, no me hable del clima resume a la perfección lo que ha sucedido.

Un alarmismo paralizante

En la prensa española no han prosperado las tendencias escépticas que ponen en duda el origen antropogénico del cambio climático. Así, de todas las noticias analizadas, sólo un 2% aseguraba que el calentamiento global tiene causas naturales, y otro 6% que éstas son mixtas. Por el contrario, un 41% de la información analizada se fija en el origen exclusivamente humano del calentamiento planetario, cifra que en la prensa de los Estados Unidos apenas alcanza el 6%.

Pero estos porcentajes no son uniformes, y hasta un 29% de las noticias de Expansión y un 17% de las de El Mundo ponían en duda esta verdad a día de hoy científicamente incuestionable. Y, además, poco más de la mitad del total de las piezas periodísticas (51%) no hizo mención alguna a las causas.

Una consecuencia de esta tendencia informativa puede ser que el porcentaje de españoles que creen que aún existe un debate científico sobre los orígenes del cambio climático llegue hasta el 31%, mucho más cerca del 39% de los estadounidenses que están convencidos de lo mismo que de la mucho menor franja de escépticos existentes en otros países europeos.

La otra gran conclusión del estudio es la constatación de que la prensa española se ha centrado en las posibles consecuencias del cambio climático, eludiendo en cambio sus causas, soluciones y responsables.

Los medios tienden a informar sobre las consecuencias sin nombrar sus causas

Las cifras de la investigación reflejan que hasta el 75% de los artículos hacían referencia a los efectos posibles del calentamiento global, siendo presentados éstos como negativos o catastróficos en una mayoría de los casos. Una tendencia que, en palabras de las autoras del estudio, “podría explicarse por la alta vulnerabilidad de un territorio como el español” a los mismos. Por el contrario, solamente un 12% de noticias se centró en posibles soluciones, un 9% en las causas y un insignificante 1% nombró algunos responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero, fueran estos países, sectores económicos o industrias concretas o dirigentes políticos.

La combinación de ambas tendencias –informar de las consecuencias sin nombrar las causas– podría explicar porque una encuesta de 2011 reveló que hasta un 32% de españoles se sentían bien informados sobre las consecuencias del cambio climático frente a un simbólico 2% que creía poder decir lo mismo sobre sus soluciones.

Finalmente, el estudio detecta una tendencia de los medios a informar de forma catastrofista sobre el cambio climático: fenómenos meteorológicos extremos, nuevas enfermedades, catástrofes económicas, monumentos anegados por las aguas e incluso reportajes ilustrados con imágenes ficticias de películas como El día de mañana han llenado las páginas de los periódicos. Una opción que, además de buscar vender más ejemplares, también ha sido propiciada por sectores del movimiento ambientalista con la intención de concienciar al ciudadano.

Una estrategia, sin embargo, que en opinión de Emilia Lopera es “contraproducente” ya que “activa en el lector un mecanismo psicológico en el que se siente superado, incapaz de hacer nada, como enfrentado a un destino inevitable”. De esta forma, el tratamiento informativo del cambio climático podría estar contribuyendo a frenar los esfuerzos por mitigarlo.