El 12 de mayo celebramos el Día Internacional de la Sanidad Vegetal dedicado a concienciar sobre la importancia de la protección de la salud de nuestras plantas para luchar contra el hambre y la pobreza, además de proteger la biodiversidad y el medio ambiente y potenciar el desarrollo económico de las naciones.

Sumario

 

La sanidad vegetal es esencial para la producción de alimentos y el mantenimiento de los ecosistemas saludables. Las enfermedades de las plantas pueden causar grandes pérdidas económicas y afectar negativamente al medio ambiente. La promoción de prácticas agrícolas sostenibles y la prevención de la propagación de enfermedades de las plantas son cruciales para garantizar una agricultura saludable y sostenible.

 

Origen del Día Internacional de la Sanidad Vegetal

 

La iniciativa para reconocer un día dedicado a la sanidad vegetal fue promovida por Zambia y aprobada unánimemente por la Asamblea General de las Naciones Unidas en una resolución firmada conjuntamente por Bolivia, Filipinas, Finlandia, Pakistán y Tanzania. El Día Internacional de la Sanidad Vegetal es uno de los legados principales del Año Internacional de la Sanidad Vegetal, que se conmemoró en 2020-21. 

 

Año Internacional de la Sanidad Vegetal

 

Esta efeméride se enmarca dentro del cumplimiento de los objetivos de la  Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en particular el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS)2 (hambre cero). En este 12 de mayo de 2023 la organización ha lanzado una campaña en la que se hace un llamamiento a la concienciación y a la acción para mantener sanas nuestras plantas y ayudar a proteger el medio ambiente y la biodiversidad.

 

Las plantas producen el 80% de los alimentos y el 98 % del oxígeno

 

Las plantas producen el 80% de los alimentos y el 98 % del oxígeno que consumimos. Son de vital importancia para la vida en nuestro planeta por muchas razones:

  • Producen oxígeno: Las plantas producen oxígeno a través de la fotosíntesis, en concreto el 98 % del que respiramos los seres vivos.
  • Alimentación: Las plantas proporcionan el 80 % de los alimentos que consumimos, como frutas, verduras, cereales, legumbres, frutos secos y especias. Según los cálculos de los organismos de carácter internacional, en unos años la producción agrícola deberá de aumentar en torno a un 60 % para poder cubrir la demanda de alimentos de una población en constante crecimiento.
  • Protegen el suelo: previenen la erosión del suelo provocada por el agua y el viento y ayudan a mantener la calidad del agua al filtrar los contaminantes y reducir la escorrentía.
  • Control del clima: Las plantas influyen en el clima a través de la liberación de vapor de agua y la absorción de dióxido de carbono, lo que ayuda a regular la temperatura global.
  • Tratamiento terapéutico: Muchas plantas contienen una amplia variedad de compuestos químicos con propiedades terapéuticas que pueden ser utilizados para tratar enfermedades y dolencias tanto en la medicina tradicional como en la alternativa. Algunas de las más comúnmente utilizadas son el aloe vera, la manzanilla, el ginseng y la echinacea. Además, muchos medicamentos modernos se derivan de compuestos químicos encontrados en plantas. Por ejemplo, la aspirina se deriva del ácido salicílico que se encuentra en la corteza del sauce, y la quinina se deriva de la corteza del árbol de la quina y se utiliza para tratar la malaria.
  • Biodiversidad: Las plantas forman parte de la rica biodiversidad del planeta, proporcionando hábitat y alimento para una gran variedad de animales.

 

¿Qué es la sanidad vegetal?

 

La sanidad vegetal es la ciencia y práctica que se dedica a proteger las plantas de las enfermedades, plagas y otros organismos dañinos, así como de los factores abióticos que pueden afectar su crecimiento y desarrollo. Es esencial para garantizar la producción sostenible de alimentos y otros productos vegetales, así como para proteger el medio ambiente y la biodiversidad.

También tiene un papel fundamental en la prevención de la propagación de enfermedades y plagas de las plantas, ya que su presencia puede tener consecuencias económicas, sociales y ambientales negativas. De hecho, el 40 % de los cultivos anuales a nivel mundial se dañan debido a las plagas. Esto genera pérdidas comerciales en productos agrícolas, calculadas en más de 220.000 millones de dólares anuales. Los viajes y el comercio internacional, cuyo volumen se ha triplicado en el último decenio, contribuyen también a la propagación de plagas y enfermedades entre los distintos países.

Para lograr una buena sanidad vegetal, se requiere de la aplicación de diversas medidas preventivas, como el uso de semillas y plantas sanas, la rotación de cultivos, la eliminación de plantas y residuos infectados, el control biológico, la aplicación de pesticidas y el control constante de los cultivos para detectar cualquier problema a tiempo.

 

La sanidad vegetal es interdisciplinar 

 

La sanidad vegetal es interdisciplinar ya que involucra a científicos, agricultores, extensionistas, gobiernos y otras partes interesadas, y su importancia ha sido reconocida por los organismos internacionales como la FAO (Food and Agriculture Organization). Se trata de una agencia especializada de las Naciones Unidas que se dedica a combatir el hambre, la malnutrición y la pobreza rural.

Fue fundada en 1945 y su sede se encuentra en Roma, Italia. Trabaja en estrecha colaboración con los gobiernos y otras organizaciones internacionales, así como con la sociedad civil, para ayudar a los países a desarrollar políticas, programas y proyectos que mejoren la seguridad alimentaria y nutricional, la agricultura, la pesca y la silvicultura sostenibles, y el desarrollo rural.

Entre las principales áreas de trabajo de la FAO se incluyen la producción, la seguridad alimentaria, la nutrición, la agricultura sostenible, la gestión de los recursos naturales, la adaptación al cambio climático y la lucha contra la pobreza rural. Además, la organización coordina la elaboración de normas y directrices internacionales sobre alimentos y agricultura, y brinda asistencia técnica y capacitación a los países en desarrollo para mejorar sus sistemas alimentarios y agrícolas.