Ante los planes del Gobierno por desincentivar, e incluso penalizar fiscalmente, el autoconsumo energético, la organización ecologista Amigos de la Tierra publica Cultiva tu energía: 10 alternativas renovables para la independencia energética, un documento que invita a la ciudadanía a tomar el control de su consumo energético ya sea de manera colectiva o individual. 

En dicha publicación, la ONG denuncia la ineficiencia del sistema eléctrico español, concentrado en manos de unas pocas empresas. Se trata de un modelo de generación centralizado, en el que la electricidad se produce en grandes plantas y después se transporta a través de largas distancias hasta los puntos de demanda. Este sistema funciona –tenemos luz en nuestras casas–, pero conlleva grandes pérdidas energéticas y tiene una alta dependencia de los combustibles fósiles, finitos y cada vez más caros.

La alternativa, según defiende la organización ecologista, pasa por implantar un modelo de generación distribuido, es decir, formado por múltiples centrales de electricidad más pequeñas y cercanas a los puntos donde se consumirá la energía.

Frente al modelo centralizado, la apuesta es uno descentralizado y de proximidad

¿Qué opciones tienen los ciudadanos para promover una producción de energía renovable y descentralizada? Si tienen espacio disponible en los tejados y jardines de sus viviendas unifamiliares o en las cubiertas de los bloques de pisos o viven en una zona con recursos eólicos o pequeños saltos de agua, pueden instalarse un equipo particular de generación de electricidad renovable.

Josep Fàbregas fue pionero en 1992 en la instalación de energía solar fotovoltaica para abastecer su granja en Argestugues, un pequeño pueblo del Pirineo leridano totalmente aislado de la red eléctrica. Desde entonces, las viviendas del lugar, la granja, una pequeña ermita y un taller se abastecen de energías renovables.

Otro ejemplo lo dieron en 1994 tres comunidades de vecinos del barrio de Pomar en Badalona (Barcelona), que cedieron las cubiertas de sus edificios a la Agencia de la Vivienda de Cataluña para la instalación de placas solares de cinco kilovatios de potencia.

Huerta solar y Kit Fotónico

Como otras alternativas para ahorrar dinero y beneficiar al planeta, los ciudadanos también pueden participar en alguna alternativa de instalaciones colectivas de energías renovables como la Huerta Solar o comprar el Kit Fotónico, el arma de la campaña Guerrilla Solar de la Fundación Tierra, que puede generar hasta 144 kilovatios la hora por año.

La apuesta que la organización ecologista hace por el cultivo de nuestra energía llega en pleno debate sobre el futuro Real Decreto sobre Autoconsumo planteado por el Ejecutivo del Partido Popular. El borrador del mismo, publicado en julio de este mismo año por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, se ha visto rodeado por la polémica.

En concreto, el punto más conflictivo es la intención de implantar un “peaje de respaldo”, una nueva tasa que se basa en la idea de que cuando el productor para el autoconsumo está conectado a la red eléctrica y, por tanto, también se beneficia de ésta.

El Real Decreto sobre Autoconsumo plantea penalizar a quienes se autoabastecen

Las asociaciones de energías renovables denuncian que este impuesto hace que el autoconsumo no sea atractivo, ya que castiga a quienes generen su propia electricidad haciéndoles pagar dos veces. Según la Unión Española Fotovoltaica, el nuevo peaje aumentará de 12 a 35 años el período de amortización de una placa para un consumidor particular.

Además, se prevén cortes de suministro y multas de hasta 30 millones de euros para quien no declare sus sistemas particulares de producción eléctrica. De esta forma, la única salida que permite el borrador del Real Decreto para quien produce es desenchufarse de la red eléctrica general y crearse un propio sistema totalmente independiente.

Los ecologistas critican la falta de coherencia por parte de la Administración en sus políticas sobre energía. "No se entiende que mientras las políticas europeas se enfocan hacia una sociedad baja en carbono mediante el fomento de las energías renovables, se sigan dando subsidios al carbón y a empresas con intereses en la extracción de gas”, afirma en una nota de prensa Héctor de Prado, responsable del área de clima y energía de Amigos de la Tierra.