Investigadores de la Universitat de València (UV), en colaboración con la Queen Mary University of London (Reino Unido) y la Universidad de Montpellier (Francia), han demostrado que una exposición breve a un cóctel de pesticidas durante los primeros días de desarrollo del pez cebra (Danio rerio) provoca alteraciones neuroconductuales en esta especie, que comparte el 70 por ciento de los genes humanos.

 

Revisar los estándares de seguridad ambiental

 

Estas alteraciones persisten en la etapa juvenil, aun cuando la concentración utilizada es la máxima permitida por la Unión Europea para agua de consumo, lo que "subraya la necesidad de revisar los estándares de seguridad ambiental", según ha indicado la institución académica en un comunicado.

El trabajo, publicado en la revista Archives of Toxicology (1), analiza el impacto del uso de los contaminantes ambientales o pesticidas en ecosistemas acuáticos y en el agua para beber, y su impacto en la salud en las primeras etapas del desarrollo en el pez cebra.

Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se estima que anualmente en el mundo se utilizan más de tres millones y medio de toneladas de fertilizantes

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se estima que anualmente en el mundo se utilizan más de tres millones y medio de toneladas de fertilizantes.

El estudio sobre peces cebra revela que los peces expuestos mostraron cambios en la respuesta al estrés en etapas iniciales del desarrollo, así como un comportamiento menos ansioso en etapas posteriores. Estos resultados apuntan a que la ventana crítica de desarrollo temprano es "especialmente vulnerable" a contaminantes ambientales y que la exposición a mezclas de pesticidas, "más realista que el estudio de compuestos de forma aislada", puede "desencadenar efectos duraderos".

Maria Abellán-Álvaro, primera autora del artículo e investigadora del Departamento de Anatomía y Embriología Humana de la Universitat de València, ha resaltado que estos resultados "ponen de manifiesto que incluso exposiciones a una baja concentración en épocas muy tempranas y de corta duración pueden tener un impacto prolongado en el comportamiento".

Los resultados ponen de manifiesto que incluso exposiciones a una baja concentración en épocas muy tempranas y de corta duración pueden tener un impacto prolongado en el comportamiento

MARIA ABELLÁN-ÁLVARO, investigadora de la Universitat de València

 

Cóctel de pesticidas 

 

El cóctel utilizado para medir el impacto en los peces cebra incluye seis pesticidas, a los cuales se ha añadido el glifosato, para destacar el concepto de toxicidad de la mezcla, que "se acerca a los escenarios de exposición ambiental reales".

El pez cebra es utilizado como organismo modelo en estudios genéticos, de fisiología y del desarrollo embrionario de vertebrados, y actualmente está desplazando a los estudios con modelos de vertebrados como ratones y ratas de laboratorio, por las consideraciones éticas en la manipulación de estos animales.

La investigación ha sido coordinada por Jose V. Torres-Pérez, investigador Ramón y Cajal del Departamento de Biología Celular, Biología Funcional y Antropología Física de la Universitat de València.

Comprender cómo los contaminantes ambientales afectan al neurodesarrollo y la necesidad de revisar los estándares de seguridad ambiental

"Este estudio demuestra la importancia de utilizar modelos como el pez cebra para comprender cómo los contaminantes ambientales afectan al neurodesarrollo. Nuestros hallazgos subrayan la necesidad de revisar los estándares de seguridad ambiental", ha recalcado Torres-Pérez.

El estudio ha contado con diversas fuentes de financiación internacionales y nacionales, incluyendo el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (MCIN/AEI) y la Unión Europea (Next Generation EU/PRTR mediante un contrato Ramón y Cajal (RYC2021-034012-I), la British Pharmacological Society (Pickford Award 2023), el programa MUSE-Pestifish 2017 (Université de Montpellier), el National Institute of Health de Estados Unidos (NIH U01 DA044400-03) y la Unión Europea a través del programa Horizon 2020 - Marie Sklodowska-Curie Actions (Grant 101153110).

Referencias