En el Día Internacional de los Residuos Electrónicos 2021, los principales expertos y las organizaciones de responsabilidad de los productores hacen un llamamiento a los hogares, las empresas y los gobiernos para que respalden los esfuerzos por llevar más productos enchufados o a pilas que no se utilicen a instalaciones donde puedan repararse o reciclarse para recuperar una fortuna en materiales valiosos y reducir la necesidad de nuevos recursos.

Este año, la montaña mundial de residuos de aparatos electrónicos y eléctricos (RAEE) ascenderá a un total estimado de 57,4 millones de toneladas, mayor que el peso de la Gran Muralla China, el objeto artificial más pesado de la Tierra.

El Global E-waste Monitor 2020 del año pasado informó de una estimación de 53,6 millones de toneladas métricas (TM) de RAEE generados en 2019, lo que supone un aumento del 21% en los cinco años transcurridos desde 2014 (y se prevé que los residuos electrónicos alcancen los 74 TM en 2030).

 

Los residuos electrónicos crecen 2 toneladas métricas al año

 

Por tanto, la generación mundial de residuos electrónicos está creciendo anualmente en 2 TM, es decir, entre un 3 y un 4%, un problema que se atribuye a las mayores tasas de consumo de productos electrónicos (que aumentan un 3% anualmente), a los ciclos de vida más cortos de los productos y a las limitadas opciones de reparación.

Según las estimaciones en Europa, donde el problema está mejor estudiado, 11 de los 72 artículos electrónicos de un hogar medio ya no se utilizan o están rotos. Anualmente, en Europa se acumulan entre 4 y 5 kg de productos eléctricos y electrónicos sin usar antes de ser desechados.

Por peso, los grandes electrodomésticos desechados, como cocinas y frigoríficos, constituyen el mayor componente de la basura electrónica. Estos grandes aparatos contienen acero, cobre y aluminio, lo que los hace atractivos para los ladrones.

Pero a pesar de los esfuerzos concertados de los gobiernos a muchos niveles, este problema persiste. Incluso en la UE, que cuenta con una amplia legislación de Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) desde hace casi dos décadas, que consiste en objetivos y responsabilidades legales, la tasa de recogida formal de residuos electrónicos de la UE es del 55% (2018).

Se han hecho enormes progresos en los últimos 20 años, pero los Estados miembros siguen luchando por alcanzar los objetivos, como documentan UNITAR y el Foro RAEE con sede en Bruselas en un informe, Estudio y visión de los flujos de RAEE.

 

Circularidad de los productos electrónicos

 

Según Pascal Leroy, Director General del Foro RAEE, la organización que está detrás del Día Internacional de los Residuos Electrónicos, "son muchos los factores que contribuyen a que el sector eléctrico y electrónico sea eficiente en cuanto a recursos y circular. Mientras los ciudadanos no devuelvan sus aparatos usados y rotos, los vendan o los donen, tendremos que seguir extrayendo materiales totalmente nuevos que causan un gran daño medioambiental", advierte.

"El tema central de este año para el Día Internacional de los Residuos Electrónicos es el papel crucial que cada uno de nosotros tiene para hacer realidad la circularidad de los productos electrónicos -continúa-. Esto es más importante que nunca en el momento en que nuestros gobiernos se adentran en la COP26 para discutir la acción global para reducir las emisiones de carbono. Cada tonelada de RAEE reciclada evita unas 2 toneladas de emisiones de CO2".

En el caso de los teléfonos móviles, las tabletas, los ordenadores y otros pequeños productos de tecnología de la información, se cree que hay muchos factores que desaniman el reciclaje, como la seguridad de los datos, el valor del producto, los puntos de devolución de difícil acceso y la incertidumbre sobre el reciclaje adecuado, entre otros.

 

Las "minas urbanas"

 

Según Ruediger Kuehr, Director del Programa SCYCLE y Jefe de la Oficina de UNITAR en Bonn, el valor de los componentes de los AEE en las "minas urbanas" del mundo es enorme. "Una tonelada de teléfonos móviles desechados es más rica en oro que una tonelada de mineral de oro -asegura-. Incrustados en un millón de teléfonos móviles, por ejemplo, hay 24 kg de oro, 16.000 kg de cobre, 350 kg de plata y 14 kg de paladio, recursos que podrían recuperarse y volver al ciclo de producción".

"Además, la recuperación de oro y otros materiales a partir de residuos ahorra muchas emisiones de dióxido de carbono en comparación con la extracción de metales vírgenes", afirma Kees Baldé, responsable del Programa SCYCLE de la Universidad de las Naciones Unidas.

Añade que los materiales recuperables de alto valor, valorados de forma conservadora en 57.000 millones de dólares (49.000 millones de euros) -una suma mayor que el Producto Interior Bruto de la mayoría de los países- fueron en su mayoría vertidos o quemados en aquellas partes del mundo que no contaban con una legislación de responsabilidad ampliada del productor en 2019, en lugar de ser recogidos para su tratamiento y reutilización.

 

Tasas de recogida

 

El éxito en el aumento de las tasas de recogida requiere la participación de todos los actores, incluidos los consumidores. "Junto a la comodidad, la compensación económica, el cuidado del medio ambiente, la cultura y las normas sociales, la concienciación es uno de los principales factores de motivación para que la gente actúe con respecto a los residuos electrónicos", afirma Magdalena Charytanowicz, del Foro RAEE, encargada del Día Internacional de los Residuos Electrónicos.

"Incluso la más mínima acción que promueva la recogida, reparación, reutilización o reciclaje de residuos electrónicos de forma adecuada es bienvenida en el marco del Día Internacional de los Residuos Electrónicos", asegura.

"Los consumidores -prosigue- quieren hacer lo correcto, pero necesitan estar adecuadamente informados y debe haber una infraestructura conveniente a su disposición para que la eliminación correcta de los residuos electrónicos se convierta en la norma social en las comunidades".

 

Circularidad económica

 

Una nueva dimensión del problema de los residuos electrónicos: la creciente demanda mundial de datos y servicios digitales. Un estudio conjunto de la UIT y el Foro WEEE para 2020 subraya que la digitalización es necesaria para fomentar la circularidad económica. En ese sentido, desvela que los usuarios de Internet se han duplicado desde 2010, el tráfico ha crecido aproximadamente un 30% anual, y en 2023 los usuarios de todo el mundo serán 5.300 millones (el 66% de la población mundial).

Se prevé que los usuarios de Internet móvil pasen de 3.800 millones en 2019 a 5.000 millones en 2025, mientras que los dispositivos conectados al IoT se duplicarán, pasando de 12.000 a 25.000 millones en ese mismo periodo.

Todo esto y los usos incipientes de la computación en la nube, el 5G, los coches autodirigidos, el blockchain, el aprendizaje automático y otras áreas de la inteligencia artificial requieren un número cada vez mayor de servidores, millones de ellos en centros de datos.

Aunque este tipo de equipos profesionales para la conectividad a Internet representa muchos menos residuos electrónicos en peso que los dispositivos de consumo, el informe señala que hay muy pocos datos concretos disponibles, una laguna de información que es necesario llenar.

Los teléfonos inteligentes siguen estando en el centro del crecimiento del uso de datos, ya que generan la mayor parte del tráfico de datos móviles (95% previsto en 2025), señalan y advierten de que los fabricantes de productos tienen un papel importante que desempeñar junto al de los consumidores.

 

La refabricación

 

"El impacto puede reducirse y repartirse a lo largo de un periodo más largo aplicando los principios de la economía circular, que incluyen el control de la producción, la reutilización, la refabricación y el reciclaje de los dispositivos, y la mejora del diseño circular que implica la selección de materiales de los componentes, la estandarización y la modularización para facilitar el desmontaje", sugieren.