Las medidas para proteger el planeta contra el impacto del cambio climático se quedarán cortas a menos que se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del sistema alimentario mundial, que actualmente representa un tercio de las emisiones de GEI producidas por el hombre, según revela un nuevo estudio publicado en la revista Nature Food (1).
El mayor aumento de las emisiones dentro de las cadenas de suministro de alimentos se debe al consumo de carne de vacuno y productos lácteos en los países en rápido desarrollo, como China e India, mientras que las emisiones per cápita en los países desarrollados con un alto porcentaje de alimentos de origen animal disminuyeron.
Las Naciones Unidas prevén que en 2050 se necesitará un 70% más de la demanda actual de alimentos para alimentar a la población mundial, estimada en 9.100 millones de personas.
Un grupo internacional de científicos dirigido por las universidades de Groninga (Países Bajos) y Birmingham (Reino Unido) afirma que es probable que el crecimiento de la población mundial y la creciente demanda de alimentos intensivos en emisiones aumenten aún más las emisiones.
"Un cambio global en la dieta"
"Un cambio global en la dieta, que incluya la reducción de la ingesta excesiva de carne roja y la mejora de la proporción de proteínas de origen vegetal, no sólo reducirá las emisiones, sino que evitará riesgos para la salud como la obesidad y las enfermedades cardiovasculares", asegura el autor correspondiente, el profesor Klaus Hubacek, de la Universidad de Groninga.
Por su parte, el doctor Yuli Shan, de la Universidad de Birmingham, recuerda que "el sistema agroalimentario impulsa el uso de la tierra y las actividades agrícolas en todo el mundo, contribuyendo a cerca de un tercio de los gases de efecto invernadero antropogénicos. Es probable que el crecimiento demográfico, la expansión de la producción de alimentos y el aumento de las dietas basadas en animales aumenten aún más las emisiones y reduzcan el presupuesto mundial de carbono".
Igualmente, el primer autor, Yanxian Li, estudiante de doctorado en la Universidad de Groninga, añade que "mitigar las emisiones en todas las fases de la cadena alimentaria, desde la producción hasta el consumo, es fundamental si queremos limitar el calentamiento global".
"Sin embargo --continúa--, los cambios de dieta generalizados y duraderos son muy difíciles de conseguir rápidamente, por lo que los incentivos que animan a los consumidores a reducir la carne roja o a comprar productos con mayores dividendos ambientales podrían ayudar a reducir las emisiones alimentarias".
Consumo de alimentos en los cinco países que más emiten
Los investigadores analizaron los datos que vinculan las emisiones a los consumidores entre 2000 y 2019, revelando que en 2019, el consumo de alimentos en los cinco países que más emiten, China (2,0 Gt CO2-eq), India (1,3 Gt), Indonesia (1,1 Gt), Brasil (1,0 Gt) y Estados Unidos (1,0 Gt), fue responsable de más del 40% de la emisión mundial de la cadena de suministro de alimentos.
Las emisiones mundiales anuales de GEI asociadas a la alimentación aumentaron un 14% (2 Gt CO2-eq) durante el periodo de 20 años. El aumento sustancial del consumo de productos de origen animal contribuyó a cerca del 95% del incremento global de las emisiones, representando casi la mitad del total de las emisiones alimentarias. La carne de vacuno y los productos lácteos aportaron el 32% y el 46% del aumento de las emisiones mundiales de origen animal.
El consumo de cereales y cultivos oleaginosos es responsable del 43% (3,4 Gt CO2-eq en 2019) y del 23% (1,9 Gt CO2-eq) de las emisiones mundiales de origen vegetal, respectivamente, mientras que el arroz contribuye a más de la mitad de las emisiones mundiales relacionadas con los cereales (1,7 Gt CO2-eq), siendo Indonesia (20%), China (18%) e India (10%) los tres principales contribuyentes.
La soja (0,6 Gt CO2-eq) y el aceite de palma (0,9 Gt CO2-eq) son los cultivos oleaginosos con mayor cuota de emisiones mundiales, con un 30% y un 46%, respectivamente. Indonesia, el principal consumidor mundial de aceite de palma, tiene las mayores emisiones procedentes del aceite de palma (35% del total mundial en 2019), seguido del Sudeste Asiático (13%), Europa Occidental (10%) y China (9%).
Políticas comerciales que están acelerando las emisiones
El estudio revela diferencias considerables en cuanto a los patrones de emisión y las razones que subyacen a estas tendencias. Así, clasifica en primer lugar a los países con altos niveles de emisiones per cápita de alimentos y emisiones ganaderas dominantes (principalmente de carne roja) (América del Norte, Australia, América Latina y Caribe), seguido por los países desarrollados que dependen en gran medida de las importaciones y externalizan cantidades sustanciales de emisiones relacionadas con la alimentación (Japón y Europa).
En tercer lugar sitúa a los países en rápido desarrollo con un aumento sustancial de las emisiones debido al rápido crecimiento de la población o a la mejora del nivel de vida (China, Sur de Asia, Oriente Próximo y Norte de África) y finalmente, en cuarto lugar, a los países con una producción intensiva en emisiones, principalmente con amplias actividades de cambio de uso del suelo (Brasil, Indonesia y regiones del sur y centro de África).
Los investigadores también señalan que una serie de políticas comerciales están acelerando las emisiones a través del aumento de las importaciones de alimentos de países/regiones con una producción intensiva en emisiones, por ejemplo, el Green Deal de la UE fomenta una agricultura menos intensiva en Europa y el aumento de las importaciones de productos agrícolas de países como Brasil, Estados Unidos, Indonesia y Malasia.
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