La organización Greenpeace ha organizado este miércoles un acto de protesta frente al edificio principal de la Comisión Europea en Bruselas para criticar el proyecto del gasoducto EastMed, que conectará Israel y Europa, ya que considera que se trata de una "bomba climática y geopolítica".

 

"El gas alimenta la guerra"

 

En torno a las 11.30 horas, miembros de Greenpeace han empapelado la entrada del principal edificio del Ejecutivo comunitario, el Berlaymont, con una pegatina amarilla en forma de tubería sobre la que rezaba el lema "el gas alimenta la guerra" frente a la que estaban apostados varios activistas que sostenían pósters con el eslogan "bomba climática y geopolítica".

Greenpeace pide a Bruselas que haga obligatorias las evaluaciones exhaustivas del riesgo de conflicto para los proyectos transfronterizos de combustibles fósiles de alta prioridad, además de poner fin al apoyo y la financiación del proyecto de gasoducto fósil EastMed y excluirlo de la nueva lista de Proyectos de Interés Común

Lo que Greenpeace pide a Bruselas es que haga obligatorias las evaluaciones exhaustivas del riesgo de conflicto para los proyectos transfronterizos de combustibles fósiles de alta prioridad, además de poner fin al apoyo y la financiación del proyecto de gasoducto fósil EastMed y excluirlo de la nueva lista de Proyectos de Interés Común.

Proyecto EastMed

 

"El proyecto de la tubería EastMed supone una amenaza mortal no solo por su contribución a las emisiones de efecto invernadero y a la crisis climática, sino también para la paz en Europa", denuncia Greenpeace en un comunicado en el que también critica que, "a pesar de promover la paz como uno de sus valores fundamentales, la Comisión nunca ha evaluado el impacto geopolítico de los nuevos proyectos transfronterizos de infraestructuras fósiles que piensa apoyar".

"A pesar de promover la paz como uno de sus valores fundamentales, la Comisión nunca ha evaluado el impacto geopolítico de los nuevos proyectos transfronterizos de infraestructuras fósiles que piensa apoyar".

Por esta razón, la organización ha presentado, además, su propio informe al respecto, en el que advierte de que el EastMed aumenta el riesgo de un conflicto militar entre Turquía y Grecia en cuanto a la demarcación de sus respectivas fronteras marítimas y es probable que avive el conflicto sin resolver por el control de la isla de Chipre, al tiempo que contribuye a la inseguridad general de la región al alimentar la carrera armamentística.

Mientras, del lado climático, Greenpeace asegura que "es evidente que esta infraestructura alejará a la Unión Europea de sus objetivos de reducción de emisiones al amenazar la meta de los Acuerdos de París de reducir el calentamiento global en 1,5 grados".