Las dos vacunas de la COVID-19 que se están administrando en la actualidad en España son la mRNA-1273, fabricada por la compañía biotecnológica estadounidense Moderna en colaboración con el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas (NIAID), y COMIRNATY (o BNT162b2), fabricada por la alianza entre la farmacéutica estadounidense Pfizer y la compañía biotecnológica alemana BioNTech. Además, hay otras cinco pendientes de aprobación por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) para su administración entre los ciudadanos de la Unión Europea. La formulación de cada una de ellas es diferente y se recoge en esta tabla:

Resumen de las vacunas aprobadas o pendientes de aprobación por la EMA

Tabla 1. Resumen de las vacunas aprobadas o pendientes de aprobación por la EMA.

El mecanismo de acción de cualquiera de las vacunas es la generación de una respuesta inmune débil y específica contra el coronavirus. Para ello, emplean distintas formulaciones que expresan la proteína S, que es la proteína de la envuelta exterior del virus que le proporciona esa morfología tan característica y por la que ha recibido la denominación de coronavirus (figura 1).

Figura 1. Representación esquemática del coronavirus. En la envuelta del virus y en rojo, se representa la proteína S. El RNA se representa en el centro en azul y resaltado en rojo el gen para la proteína S.

El interés por la proteína S del coronavirus se debe a que esta es la que desencadena la respuesta inmunitaria en el organismo, es decir, es la proteína antigénica (o inmunogénica) del virus. Así, la introducción en el organismo de la proteína S aislada desencadenará la misma respuesta inmune que el coronavirus pero en ausencia de este, y se generarán anticuerpos de memoria IgG específicos contra el coronavirus.

¿Puedo dar positivo en un test tras recibir una vacuna de ARN?

 

Según el componente del virus que detecte el test diagnóstico, y teniendo en cuenta la formulación de la vacuna, podríamos obtener un resultado positivo en alguno de los test. Esto no indicaría la presencia de virus en el cuerpo, sino la composición de la vacuna o la respuesta inmunológica contra esta.

Podemos clasificar los test diagnósticos de COVID-19 en tres grupos según qué componente del virus detecte:

Tipos de test diagnósticos de COVID-19

Tabla 2. Tipos de test diagnósticos de COVID-19.

La siguiente figura muestra la positividad de los distintos tipos de test en el tiempo ante una infección vírica con SARS-CoV-2 o tras la administración de una vacuna ARNm:

Figura 2. Positividad de los distintos test de COVID-19 ante una infección con SARS-CoV-2 (izquierda) o tras la administración de una vacuna ARNm (derecha). La carga viral de SARS-CoV-2 se representa en rojo y la producción de IgM e IgG por el organismo se representan en verde y azul respectivamente.

Puesto que el resultado positivo de los test de antígenos y de anticuerpos tras la vacunación puede llevar a alarma o incertidumbre, no se recomienda realizarlos hasta pasados 10 días.

El test PCR, en cambio, no puede dar positivo por una vacuna porque no se introduce el genoma del virus completo, sino un fragmento de la proteína S. Ha habido casos de personas vacunadas que han dado positivo a un test PCR; esto será debido a la presencia de virus en el cuerpo por contagio externo ajeno a la vacuna.

¿Por qué presento síntomas tras la vacunación?

 

Puesto que el mecanismo de acción de las vacunas es la generación de una respuesta inmunológica atenuada, es posible que algunas personas manifiesten algunos síntomas tras la vacunación.

Cabe esperar que estos síntomas sean más notorios en los grupos de riesgo con un sistema inmunológico más débil. Sin embargo, podríamos preguntarnos cómo habría sido la sintomatología de esa persona ante una infección con SARS-CoV-2 y cómo de severos son sus síntomas tras la vacuna.

¿Puedo volver a contagiarme del coronavirus estando vacunado?

 

Las vacunas diseñadas en la actualidad no previenen el contagio del SARS-CoV-2, sino que producen la generación de anticuerpos de memoria IgG que se mantienen en el cuerpo por un periodo de tiempo todavía desconocido. De esta manera, el organismo está preparado para que, ante una segunda infección, esta se supere de manera moderada o incluso asintomática en un periodo de tiempo mucho más corto que en una infección sin vacuna.

El contagio se producirá mientras haya virus circulante. El objetivo de la vacunación es inmunizar a la población para que podamos superar la infección vírica sin complicaciones.

Además, puesto que la infección se combate en un tiempo corto, la cantidad de virus circulante irá disminuyendo paulatinamente. Esto podría derivar en lo que se denomina “inmunidad de grupo”, en el que un porcentaje tan grande de la población estará inmunizado y la cantidad de virus existente será tan baja que el resto de personas no inmunizadas estarán en cierto modo protegidos de esta manera.The Conversation