Las poblaciones de vertebrados se han reducido un 69 por ciento desde 1970, según estima la ONG WWF en su informe 'Planeta Vivo' en el que considera que esta "dramática disminución" evidencia una emergencia en la biodiversidad mundial.

 

Convenio global por la biodiversidad

 

El informe de la ONG, que se realiza con carácter bienal, hace un llamamiento a gobiernos, empresas y a la sociedad para comprometerse con un convenio global por la biodiversidad similar al del Acuerdo de París.

El trabajo revela datos "preocupantes" sobre las poblaciones de especies de peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos, como por ejemplo que la disminución media de las poblaciones de vertebrados en Latinoamérica y Caribe alcanza el 94%  y que las poblaciones mundiales de especies de agua dulce sufren una caída del 83 por ciento.

El informe Planeta Vivo --realizado por 89 autores de WWF y de la Sociedad Zoológica de Londres-- recoge datos desde 1970 hasta 2018 de casi 32.000 poblaciones de 5.230 especies de vertebrados de todo el planeta y urge a acometer acciones transformadoras para revertir esta situación y lograr una naturaleza en positivo para 2030.

El estudio avisa de la actual "emergencia planetaria con una doble crisis, la climática y la pérdida de biodiversidad y degradación de la naturaleza, dos caras de la misma moneda" y advierte de que las repercusiones ya se están sintiendo en forma de desplazamientos y muertes provocadas por los fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes, de aumento de la inseguridad alimentaria, de agotamiento de los suelos, de falta de acceso a agua dulce o en el aumento de la expansión de enfermedades zoonóticas.

El trabajo destaca que los impactos negativos de esta emergencia afectan a todas las personas pero de manera especial a las más empobrecidas y marginadas.

El mayor descenso es el de las poblaciones de agua dulce, que a nivel mundial se han reducido un 83 por ciento. Por ejemplo, el delfín rosado del río Amazonas ha sufrido una reducción del 65 por ciento y la mitad de los corales del planeta se ha perdido, con un impacto negativo en cadena, ya que estos suponen la cuarta parte de todas las especies marinas y dan soporte a una compleja cadena trófica que incluye a los humanos.

Además, la abundancia mundial de 18 de las 31 especies de tiburones y rayas oceánicas se ha reducido un 71 por ciento en los últimos cincuenta años.

Principales causas y soluciones

 

Entre las principales causas de esta disminución, el informe responsabiliza a la degradación y pérdida del hábitat, a la sobreexplotación de especies, la introducción de especies invasoras, la contaminación, el cambio climático y las enfermedades.

Varios de estos factores influyeron en la caída del 66 por ciento de las poblaciones de vida silvestre de África durante el período, así como en la caída general del 55 por ciento en Asia Pacífico. Para los autores, los cambios en el uso de la tierra son la mayor amenaza para la naturaleza.

Por otro lado, el informe sostiene que la doble crisis ambiental puede mitigarse con un aumento de los esfuerzos de conservación y restauración, la producción y el consumo de alimentos de forma más sostenible, y la rápida y profunda descarbonización de todos los sectores.

Los 89 autores reclaman a los responsables políticos que transformen las economías para que los recursos naturales se valoren adecuadamente. Aseguran que no será posible lograr un futuro positivo para la naturaleza sin reconocer y respetar los derechos, la gobernanza y el liderazgo en conservación de los pueblos indígenas y las comunidades locales de todo el mundo.

 

XV Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica

 

El próximo mes de diciembre, los líderes mundiales se reunirán en la XV Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica donde WWF espera que los líderes se comprometan con un acuerdo al similar al de París contra el cambio climático para lograr revertir la pérdida de biodiversidad y asegurar una "naturaleza en positivo" para 2030.

La ONG señala que el colapso climático, la pérdida de naturaleza, la contaminación y la pandemia de Covid son en realidad crisis de los derechos humanos. En más de 80 países donde se ha reconocido el derecho a un medio ambiente saludable, se han conseguido leyes y políticas ambientales más firmes, una mejor implementación y observancia, una mayor participación pública y, lo más importante de todo, un mejor rendimiento ambiental.

El secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo, confía en que se puede construir un futuro en el que puedan prosperar tanto las personas como la naturaleza.

"Es imprescindible incluir nuevos enfoques que integren la equidad, la justicia y los efectos del cambio climático y la pérdida de naturaleza, además de cambios sistémicos que aborde la forma en que producimos y consumimos, la tecnología que usamos y nuestros sistemas económicos y financieros. Para impulsar tales cambios hay que dejar de hablar de metas y objetivos para hablar de valores y derechos, tanto en la concepción de políticas como en la vida cotidiana", ha valorado.