Los embalses españoles ya han comenzado la habitual senda descendente que protagonizan cada verano. Tras trece semanas consecutivas de incremento de sus reservas, en los últimos siete días ha empezado la caída estival. Después del final de las lluvias y el inicio de las temperaturas veraniegas, los embalses españoles han caído siete décimas en esta semana, por lo que se sitúan en el 76,8% de su capacidad.

 

Evolución del agua en los embalses españoles

 

Mapa de la situación de los embalses en España por cuencas hasta el 3 de junio de 2025 / Imagen: EA Mapa de la situación de los embalses en España por cuencas hasta el 3 de junio de 2025 / Imagen: EA

Durante estos días la tendencia generalizada fue de descenso, por lo que ha habido una caída global de 374 hectómetros cúbicos, lo que sitúa el total de las reservas en 43.038 hectómetros totales. En la comparación anual, el descenso semanal es prácticamente el mismo, por lo que todavía se mantiene en una situación muy positiva con respecto al 65,7% que había alojado a estas mismas alturas de 2024, lo que supone 11,1 puntos más que el año pasado.

 

La situación por cuencas hidrográficas

 

Situación de los embalses y evolución del agua embalsada en datos a 3 de junio de 2025 / Foto: EA Situación de los embalses y evolución del agua embalsada en datos a 3 de junio de 2025 / Foto: EA

Prácticamente la totalidad de las cuencas peninsulares han sufrido descensos de diversa consideración, con la única excepción del ámbito de Cataluña, que ha repuntado ligeramente para culminar su recuperación. A pesar de las caídas, toda la mitad norte y buena parte del suroeste peninsular todavía se sitúa por encima de la barrera del 70%, aunque en varias cuencas pronto estarán por debajo de esta cota. En el otro lado de la moneda, los descensos también afectan al Segura, el ámbito con menores reservas, que ya se sitúa solo con un 31,1% del total.

En la fachada norte los descensos no evitan que las cifras continúen en niveles excelentes. Si dejamos a un lado el pequeño ámbito del País Vasco, anclado en el 100%, las mayores pérdidas han llegado en Galicia Costa, que ha caído cuatro puntos y se queda en un 75,7%, la peor cifra de la zona. Menores han sido los descensos en el Cantábrico Oriental, 1,4 puntos menos para quedarse en el 86,3%, o el Cantábrico Occidental, donde ha bajado 1,3 puntos y aún permanece en el 92%. La menor caída fue la del Miño-Sil, apenas cinco décimas que dejan la mayor cuenca de la zona en el 88,2%.

El inicio de la caída del agua embalsada también afecta a las dos grandes cuencas de la Meseta, aunque todavía han evitado una caída masiva de sus reservas. El Duero ha perdido seis décimas y aún se mantiene en un 92,2%, lo que supone prácticamente el llenado de sus embalses. La caída del Tajo es menor aún, apenas tres décimas para un 85,6% de su capacidad. El descenso se ha dejado notar algo más en el Guadiana, que ha perdido medio punto y se queda con un 70% de su capacidad, al borde de caer de esa cota.

Las caídas se han dejado notar más en la zona sur atlántica. El Tinto, Odiel y Piedras ha perdido 1,3 puntos y baja de la barrera del 90% en la que estaba instalado (89,1%). Aunque de mayor importancia en el aspecto cuantitativo, la tasa de caída del resto de cuencas de la zona ha resultado menor, con una bajada de ocho décimas en el Guadalquivir hasta quedarse en el 59,7%, y un descenso de siete décimas en el Guadalete-Barbate, que permanece con un 53,8% de su capacidad máxima.

La tendencia no es muy distinta en la vertiente mediterránea, donde los descensos han sido generalizados con la excepción antes mencionada de Cataluña. Las cuencas catalanas continúan con su recuperación y han vuelto a ganar seis décimas hasta alcanzar un 81,8% del total. En la otra cara de la moneda, el Ebro lidera los descensos al perder un punto que le deja con el 88,6%. De menor entidad son las caídas del Júcar, medio punto hasta el 63,1%, y de la cuenca Mediterránea Andaluza, que ha bajado dos décimas y permanece con un 57,5%. Capítulo aparte merece el Segura, cuya tímida remontada ha tocado a su fin con una caída de seis décimas que le condena al 31,1% del total, una cifra preocupante cuando apenas ha empezado la bajada de reservas a la que asistimos cada verano.