La ola de calor de 2025 no da tregua y está dejando huella con temperaturas nocturnas extremas que rompen récords históricos. El pasado 30 de junio, España cerró el mes con dos récords de máximas y cuatro de mínimas, según datos oficiales de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

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El mes de junio de 2025 no solo ha roto récords, también ha marcado un hito climático en España. Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), junio se despide como el más cálido desde que existen registros, y lo hace acompañado por la primera ola de calor del verano.

Los últimos días del mes, según explicó el portavoz de AEMET, Rubén del Campo, han estado marcados por temperaturas sofocantes en buena parte del país, con máximas por encima de los 40ºC en el interior peninsular y mínimas que, en muchos casos, no bajan de los 25ºC durante la madrugada. Un fenómeno que ha traído temperaturas extremas tanto de día como de noche, y que vuelve a poner sobre la mesa una pregunta clave: ¿cómo se clasifican las noches calurosas que estamos viviendo?

En medio de este panorama sofocante, surge otra pregunta que muchos ciudadanos se pueden estar haciendo mientras dan vueltas en la cama sin poder dormir: ¿qué diferencia hay entre una noche tropical, tórrida y ecuatorial?

 

Récords nocturnos históricos en plena ola de calor

 

El aeropuerto de Barcelona y la localidad de Tarifa, en Cádiz, registraron por primera vez en un mes de junio una noche tórrida, es decir, una mínima igual o superior a 25ºC. Según AEMET, Barcelona Aeropuerto anotó una temperatura mínima de 25,8ºC, superando el anterior récord de 24,9ºC alcanzado a principios del mismo mes. Por su parte, Tarifa alcanzó los 25,2ºC, superando el récord anterior de 2023.

Otros puntos del país también vivieron noches sofocantes. La estación de Castelló-Almassora igualó los 25ºC que ya se habían registrado en 2023, mientras que Murcia alcanzó los 24,3ºC, una décima por encima de su récord de 2012. En cuanto a las temperaturas máximas diurnas, Barcelona Fabra llegó a los 37,9ºC, batiendo el récord de 2019, y Ourense alcanzó unos asfixiantes 41,6ºC.

Pero, ¿qué significa realmente que una noche sea tropical, tórrida o incluso ecuatorial?

 

¿Qué es una noche tropical?

 

Una noche tropical es aquella en la que la temperatura mínima no desciende de los 20 grados centígrados. Es decir, incluso en las horas más frescas, normalmente entre las 4 y 6 de la mañana, el termómetro sigue marcando 20ºC o más. Estas noches eran relativamente inusuales hace algunas décadas, pero ahora son cada vez más frecuentes en ciudades como Madrid, Valencia o Sevilla.

Las noches tropicales impiden el correcto descanso del cuerpo, ya que la temperatura recomendada para dormir bien oscila entre los 18 y 21ºC. Por debajo de ese umbral el sueño es más profundo y reparador. Por encima, el insomnio y la fatiga son casi inevitables.

 

¿Y una noche tórrida?

 

El término noche tórrida se aplica cuando la temperatura mínima no baja de los 25ºC. Este umbral marca un nivel aún más extremo, y su frecuencia en España está aumentando de forma preocupante. Estas noches no solo son más incómodas para dormir, sino que también representan un riesgo para la salud, especialmente para personas mayores, niños y pacientes con enfermedades crónicas.

En lugares como Sevilla, Córdoba o incluso algunas zonas costeras, estas noches ya no son una rareza. En 2024, se reportaron más de 30 noches tórridas en algunas regiones del sur. En 2025, el número podría superar ese récord.

 

¿Y qué es una noche ecuatorial?

 

Aunque menos común en la terminología oficial, el concepto de noche ecuatorial ha comenzado a usarse en algunos medios y redes sociales para describir noches en las que la mínima no baja ni siquiera de los 26 o 27 grados centígrados. Este término, inspirado en el clima de las regiones tropicales y húmedas cercanas al ecuador, ilustra el nivel extremo de calor nocturno que algunas zonas de España están empezando a experimentar.

Aunque técnicamente no está reconocido por organismos meteorológicos como AEMET, su uso refleja la percepción popular de que estamos cruzando umbrales antes impensables.

 

El impacto en la salud y el descanso

 

Más allá de los registros históricos, estas noches extremas tienen un impacto real y tangible en la vida cotidiana. Dormir con temperaturas por encima de los 24 o 25ºC dificulta el descanso, altera el ciclo del sueño, y puede causar agotamiento, irritabilidad e incluso cuadros de golpe de calor nocturno en personas vulnerables.

Los expertos recomiendan hidratarse bien, evitar cenas pesadas, utilizar ropa ligera y mantener la casa ventilada. Pero en muchos casos, ni siquiera el aire acondicionado es suficiente para compensar el calor acumulado durante el día.

 

Un verano que marca un antes y un después

 

La ola de calor de 2025 está dejando claro que el cambio climático no es una amenaza lejana, sino una realidad cotidiana. Lo que antes era excepcional ahora es habitual. Las noches tropicales, tórridas y hasta ecuatoriales ya forman parte del nuevo léxico veraniego.

Si este ritmo continúa, es probable que muchas ciudades españolas tengan que revisar sus infraestructuras urbanas, sus sistemas de climatización y sus protocolos de salud pública para adaptarse a un clima que ya no se comporta como antes.