La migración de corta distancia, que representa la gran mayoría de los movimientos migratorios en el mundo, es crucial para la adaptación al cambio climático, según una nueva investigación de la Universidad de East Anglia (UEA) publicada en un número especial sobre adaptaciones cotidianas de la revista Ecology and Society (1).

Contrariamente a lo que se suele pensar, la mayoría de los movimientos migratorios son personas que se desplazan distancias cortas, en gran parte debido a factores económicos, sociales y medioambientales, como el cambio climático.

Investigadores de la Escuela de Desarrollo Internacional de la UEA, dirigidos por el doctor Mark Tebboth, profesor Asociado de Medio Ambiente y Desarrollo Internacional, han llevado a cabo un estudio sobre los habitantes de las zonas áridas de la India y partes de África.

"La mayor parte de la atención se centra en la migración internacional y en cómo el cambio climático provocará que un gran número de personas huyan a través de las fronteras --explica Tebboth--, pero en realidad la inmensa mayoría de la gente se desplaza distancias cortas dentro de su propio país para aprovechar las oportunidades o en respuesta a las conmociones y tensiones de su vida. Apoyar y posibilitar esta migración ayudará a la gente a seguir adaptando las presiones en sus vidas", asegura.

 

Las zonas áridas, alrededor del 45%

 

La investigación analizó los motores y los resultados de la movilidad de las personas en las tierras secas de India, Ghana, Kenia y Namibia. Durante 2016 y 2017 se realizaron entrevistas a personas que viven en esas regiones.

Las zonas áridas son el bioma más extenso del planeta, ya que cubren alrededor del 45% de la superficie terrestre y acogen a más de un tercio de la población mundial.

Las zonas áridas se caracterizan por una disponibilidad de agua escasa y muy variable y por temperaturas elevadas. Estas regiones sufren múltiples presiones, como el aumento de la aridez y la degradación del suelo, intervenciones de desarrollo mal planificadas y ejecutadas, el rápido crecimiento de la población, tasas de pobreza históricamente elevadas, infraestructuras de comunicación deficientes y el aislamiento de los centros de poder nacionales, lo que pone a prueba los medios de subsistencia que dependen de los recursos naturales.

En India, los lugares de estudio fueron el distrito de Kolar, en el norte de Karnataka, donde es común la diversificación hacia trabajos no agrícolas y los desplazamientos diarios a Bangalore, y el distrito de Gulburga, donde predominan los medios de vida agrícolas y ha habido una emigración histórica a las grandes ciudades.

 

El agua es un recurso escaso para el futuro

 

En Kenia, los lugares de estudio se encontraban en Isiolo, la "puerta del norte", donde el pastoreo, la agricultura y el turismo son habituales. El agua es un recurso escaso y parece que esta situación se agravará en el futuro.

El estudio también incluyó lugares de la región del Alto Oeste de Ghana y la región de Omusati, en el centro-norte de Namibia.

Según el doctor Tebboth, "lejos de ser excepcional, esta movilidad cotidiana es omnipresente y está muy alejada de los discursos alarmistas sobre la 'migración climática', que consideran que los desplazamientos se deben exclusivamente al clima".

"En realidad, está normalizada dentro de las vidas y los medios de subsistencia, y estos movimientos son cruciales para ayudar a las personas a gestionar los diferentes choques y tensiones dentro de sus vidas, incluida la creciente variabilidad climática --comenta--. La mayor parte de la movilidad, especialmente aquella en la que el cambio medioambiental tiene cierta influencia, es y seguirá siendo local".

Referencias