Millones de jóvenes se manifestaron el viernes 3 de marzo en todo el mundo para pedir justicia climática porque consideran que “mañana será demasiado tarde”. En España, miles lo hicieron en movilizaciones convocadas en más de una decena de territorios. Reivindicaron una mirada ecofeminista en la lucha climática, resaltando la situación de vulnerabilidad y desigualdad a la que se enfrentan las mujeres, especialmente dentro de un contexto de crisis climática.

Se hicieron diversas acciones. En Madrid se realizó una sentada en frente del Congreso de los Diputados, hubo concentraciones en Galicia o Andalucía, manifestaciones en bici en Murcia, performances, talleres, charlas…

En estos actos las activistas gritaron “escuchemos a la ciencia”. Según el último informe del IPCC, todas las regiones de la Tierra sufren ya los efectos de la crisis climática, que son cada vez más evidentes. Pese a hacerse notar en todos los rincones, no todas las personas lo padecen por igual. Perjudica especialmente a las mujeres y a otras minorías. La crisis climática lleva a que las desigualdades sociales empeoren, impactando en mayor medida a grupos sociales discriminados y marginalizados.

 

Una mirada ecofeminista en el movimiento climático

 

Desde Juventud X Clima - Fridays for Future España consideran “indispensable” adoptar una mirada ecofeminista en el movimiento climático, ya que es “imposible luchar contra la crisis climática sin una perspectiva inclusiva que no deje a nadie atrás y defienda la vida sin injusticias, tanto sociales como climáticas, porque van de la mano”.

El movimiento también exigió la toma de medidas para afrontar la emergencia climática y el fin de la financiación a los combustibles fósiles.  Consideran que los fondos dirigidos a proyectos fósiles se deberían invertir en ciudades verdes, en las que se luche por reducir las desigualdades. Diversos estudios han demostrado que cuando se invierte en este tipo de proyectos solo después de aproximadamente 16 años se obtienen beneficios. Según las activistas, “No tenemos tanto tiempo. En 16 años el planeta no podrá depender de combustibles fósiles, los bancos quebrarán y esto producirá un aumento de las desigualdades sociales”.

En definitiva, las jóvenes activistas climáticas salieron una vez más a las calles porque, tal y como expresa una de sus portavoces, “Necesitamos un futuro ecofeminista. Necesitamos justicia climática ya, porque mañana será demasiado tarde”.