Un estudio internacional y multidisciplinar en el que ha participado la investigadora de la Universidad de Cantabria (UC), Ana Casanueva, ha concluido que las pérdidas económicas asociadas a las olas de calor se multiplicarán por cinco en Europa de aquí a mediados de siglo a causa del cambio climático.

Gráfico sobre olas de calor provocadas por el cambio climático / Imagen: EP Gráfico sobre olas de calor provocadas por el cambio climático / Imagen: EP

Los resultados han sido publicados en la prestigiosa revista científica Nature Communications, bajo el título Current and projected regional economic impacts of heatwaves in Europe, ha informado la UC.

 

Incidencia sobre la productividad laboral

 

El trabajo ha consistido en cuantificar las pérdidas económicas debidas a los fenómenos de este tipo observados en años pasados en Europa, estimando el impacto que tendrán en el futuro por su incidencia sobre la productividad laboral. Y es que la respuesta natural de las personas expuestas a olas de calor es reducir el ritmo o las horas de trabajo para minimizar o limitar su exposición a esas altas temperaturas.

Entre 1960 y 2017, el número de días de calor extremo en Europa se ha duplicado, de modo que estas situaciones serán más frecuentes y duraderas en las próximas décadas.

Según ha explicado Casanueva, profesora del Departamento de Matemática Aplicada y Ciencias de la Computación e investigadora del Grupo de Meteorología de la UC, en olas como las del 2003, 2010, 2015 y 2018 se produjeron pérdidas del orden del 0,3-0,5 del Producto Interior Bruto (PIB) en la economía europea, lo que supone entre 1,5 y 2 veces más que las que se producen en un año promedio del periodo 1981-2010.

 

Andalucía y Extremadura

 

"En algunas regiones, como Andalucía y Extremadura, llegaron hasta el 1%", un escenario que empeorará "especialmente en regiones tan expuestas" como las españolas, según el dibujo realizado por el equipo que forman climatólogos, fisiólogos y economistas de varias instituciones europeas.

La contribución de Casanueva ha consistido analizar la parte climática -variables como la temperatura, la humedad, la radiación solar y el viento- a una escala temporal y espacial muy alta, "y con ello cuantificar un índice que se relaciona con pérdidas en la productividad y pérdidas económicas", ha explicado.

El artículo es fruto de la relación y colaboración que Casanueva mantiene con un equipo de MeteoSwiss, a raíz de su estancia posdoctoral en el servicio suizo de meteorología y climatología. Además, se enmarca en un proyecto europeo de Horizonte 2020, que ya ha sido en parte publicado en otras revistas, y "va a tener mayor repercusión debido a los impactos económicos que supone en un contexto de cambio climático", ha apuntado la científica.

 

Países del sur

 

Viendo los detalles por regiones, el estudio muestra grandes diferencias, siendo los países del sur los que han sufrido mayores pérdidas económicas en los años más cálidos.

Las regiones con climas más cálidos y en las que los principales sectores económicos se desarrollan al aire libre (agricultura, construcción, etcétera) resultan ser las más afectadas, y lo serán también en el futuro según muestran las simulaciones de modelos climáticos.

En concreto, Chipre sufrirá las mayores pérdidas, que podrían ascender al 3-3,5% de su PIB en torno a 2060. Otros países como España, Portugal y Croacia podrían llegar a perder el 3% del PIB en un año promedio de mitad de siglo.

Con su metodología, las investigadoras pretenden ayudar a las y a los legisladores a trabajar en políticas que minimicen los daños del aumento de las temperaturas en los trabajadores y trabajadoras europeas, cuantificando los efectos macroeconómicos que podrían tener las alternativas de adaptación.

Medidas como incluir ventiladores, herramientas de mecanización y automatización, mover la jornada laboral para evitar las horas centrales del día e introducir más descansos pueden contrarrestar algo el efecto del aumento de las olas de calor, en la salud.