Un estudio llevado a cabo por la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y publicado en la revista Evolutionary Applications determina que la diversidad genética de los endemismos alpinos africanos se está erosionando.

El estudio muestra que las poblaciones tanto de una especie endémica de murciélago de Etiopía como del lobo etíope, se encuentran cada vez más aisladas en los picos de las montañas por el cambio global y la transformación de sus hábitats por la acción humana.

Según afirma el investigador de la EBD-CSIC Javier Juste, que ha participado en el trabajo, la biodiversidad de los ecosistemas alpinos africanos se encuentra amenazada por dos tipos de fenómenos. En primer lugar, los ambientales.

Al ser la fauna y flora de las altas montañas altamente especializada en todo el mundo, el calentamiento global las amenaza especialmente: otros organismos pueden migrar hacia el norte huyendo del calentamiento, pero los que viven en los picos simplemente no tienen dónde ir por lo que al final se extinguen.

La población humana sigue aumentando

 

"La situación es especialmente crítica en las montañas de zonas ecuatoriales", señala el investigador, que apunta que el otro factor que amenaza la biodiversidad de los ecosistemas alpinos africanos es la presión humana.

"La población humana sigue aumentando exponencialmente en los trópicos, incrementando su presión sobre los ecosistemas naturales, con consecuencias especialmente graves en los frágiles ecosistemas de montaña", explica el investigador de la EBD-CSIC.

De aproximadamente 6,6 millones en 1868 a más de 100 millones en 2019

 

La investigación constata que el rápido crecimiento de la población humana en Etiopía durante los últimos 150 años, de aproximadamente 6,6 millones en 1868 a más de 100 millones (según datos de la ONU de 2019), y el correspondiente aumento de la presión sobre los entornos naturales y la invasión humana en parques nacionales y otras áreas protegidas ha provocado una extensa degradación del hábitat.

Esta presión se ha relacionado con pérdidas de biodiversidad, desde la disminución de ranas endémicas hasta la disminución de grandes especies de mamíferos emblemáticos como el lobo etíope endémico (Canis simensis).

Sin embargo, también se han observado algunos signos de recuperación de la vegetación desde principios del siglo XXI y tras el inicio de programas de recuperación ambiental en la década de 1980 y el establecimiento de nuevas áreas protegidas que protegen hasta el 15% del país del pastoreo de ganado, y que abren la esperanza para la conservación.

En nuestras latitudes son las pistas de ski, en Etiopía es el sobrepastoreo

 

En palabras de Juste, es necesario "seguir profundizando en el conocimiento de los puntos de fricción con las actividades humanas para poder diseñar acciones específicas de conservación de los ecosistemas alpinos". "En nuestras latitudes son las pistas de ski, en Etiopía son el sobrepastoreo", añade.

Por ello, apuesta por "poner un límite a la explotación de estos ecosistemas frágiles de montaña que garantice su conservación a generaciones futuras".

En el estudio ha participado el investigador de la EBD-CSIC Javier Juste, junto la Universidad de Exeter y la Universidad de Stirling, en Reino Unido; la Universidad Dire Dawa, en Etiopía; el Research Centre in Biodiversity and Genetic Resources (CIBIO), Veirão, y la Universidad de Porto, en Portugal; y el CIBER de Epidemiología y Salud Pública, de Madrid.