Cuando han pasado ya más de doce años del terrible tsunami del 11 de marzo de 2011 que provocó la posterior crisis nuclear de Fukushima Daiichi, el gobierno japonés ha anunciado su intención de verter al mar los millones de litros de agua radiactiva de la central nuclear nipona.

Sumario

 

El tsunami golpeó la central y los reactores nucleares se apagaron automáticamente, pero la falta de refrigeración provocó sobrecalentamientos, explosiones de hidrógeno en las instalaciones y la fusión nuclear de algunos reactores. Esta serie de catástrofes provocó que el material radiactivo se fuera filtrando tanto al aire como a las aguas continentales y marítimas.

Imagen las novedades en la central nuclear de Fukushima Daiichi / Ilustración: EcoAvant.com Imagen las novedades en la central nuclear de Fukushima Daiichi / Ilustración: EcoAvant.com

 

La generación del agua radiactiva de Fukushima

 

Para refrescar el sobrecalentamiento de los restos de combustible nuclear, también se bombeó agua fresca que, hasta la actualidad, lo mantiene en una temperatura donde resulta estable.

Aguas continentales y marítimas contaminadas se han ido almacenando en un millar de tanques construidos en las cercanías de la central de Fukushima Daiichi, con una capacidad conjunta aproximada de 1,3 millones de toneladas de aguas contaminadas

El agua bombeada a los restos del combustible nuclear y las aguas continentales y marítimas contaminadas se han ido almacenando en un millar de tanques construidos en las cercanías de la central de Fukushima Daiichi, con una capacidad conjunta aproximada de 1,3 millones de toneladas de aguas contaminadas.

 

El tratamiento del agua contaminada

 

Tokyo Electric Power Company (Tepco), la empresa eléctrica propietaria de la central ha anunciado la imposibilidad de construir más tanques y, ante el llenado de los ya disponibles, ha sugerido la necesidad de ir desalojando el contenido de dichos tanques para poder dar un nuevo paso en la desmantelación de la central nuclear, la descontaminación de las instalaciones y sus consiguientes estructuras.

Una vez filtrada, esta agua se mezclaría con agua de mar para diluirla en mayor cantidad y sería bombeada por una tubería hacia una zona restringida mar adentro

Para deshacerse del agua contaminada, ésta se iría filtrando y transfiriendo a sucesivas instalaciones diferentes donde recibiría todo tipo de purificaciones y filtrados para eliminar la presencia de cualquier elemento radiactivo. Una vez filtrada, esta agua se mezclaría con agua de mar para diluirla en mayor cantidad y sería bombeada por una tubería hacia una zona restringida mar adentro. El proceso se realizaría de una manera muy progresiva y podría durar varias décadas.

 

La polémica del tritio y las distintas opiniones al respecto

 

En el filtrado del agua se eliminarían todos los elementos radiactivos a excepción de este tritio, un isótopo radiactivo del hidrógeno producido por las diversas reacciones nucleares de la central y para el que no existe tecnología capaz de eliminarlo

El mayor problema reconocido por las autoridades niponas en este proceso es la presencia de tritio. En el filtrado del agua se eliminarían todos los elementos radiactivos a excepción de este tritio, un isótopo radiactivo del hidrógeno producido por las diversas reacciones nucleares de la central y para el que no existe tecnología capaz de eliminarlo.

Este isótopo, que también puede estar presente de manera natural, sería inofensivo por contacto, al no poder penetrar en la piel humana, pero, en caso de ingestión, puede conllevar riesgo de cáncer. En todo caso el gobierno japonés sigue asegurando que la cantidad de tritio estaría en niveles permitidos, cumpliendo los estestas actuacioness idades al Oceconniones al respecto pescado o la sal marina de la zona. humana y todo tipo de preocupaciones pándares internacionales de seguridad.

A este respecto, la opinión pública, los científicos y otros países se encuentran muy divididos. Mientras algunos sectores apoyan la transparencia del anuncio japonés y sitúan esos posibles vertidos de tritio dentro de los márgenes aceptables; otros países vecinos como China hablan de daños impredecibles al medio marino y la salud humana, con todo tipo de preocupaciones por cómo podrían afectar estas actividades al Océano Pacífico, a su flora y fauna y, por extensión, al ser humano. La población de la zona está entre los más escépticos hacia los vertidos por el temor de que estas actuaciones contaminen el pescado o la sal marina de la zona.