El Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas (PNUMA) ha diseñado una receta con soluciones con las calcula que se podría reducir un 80 por ciento la contaminación por plástico de aquí a 2040 siempre y cuando los países y las empresas realicen "cambios profundos" tanto en sus políticas como en el mercado a través del uso de tecnologías ya existentes.

En un informe publicado este martes, Cerrar el grifo: cómo el mundo puede terminar con la contaminación plástica y crear una economía circular (1), el PNUMA analiza la magnitud de los cambios que ve necesarios para acabar con la contaminación plástica y generar una economía circular justo antes del inicio de la segunda ronda de negociaciones en París para lograr un acuerdo global vinculante para combatir la contaminación plástica, que tendrán lugar del 29 de mayo al 2 de junio.

La directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen, ha denunciado que la forma de producción, utilización y desecho de los plásticos está contaminando los ecosistemas, creando riesgos para la salud humana y desestabilizando el clima.

Por ello, anima a seguir la hoja de ruta que plantea el PNUMA para reducir "drásticamente" estos riesgos adoptando un enfoque circular que mantenga los plásticos fuera de los ecosistemas, del cuerpo humano y de la economía.

En su receta, el PNUMA sugiere eliminar primero los plásticos "problemáticos e innecesarios" para reducir el tamaño del problema y, a continuación pide incorporar tres cambios en el mercado: reutilizar, reciclar y reorientar y diversificar productos.

 

Reducir un 30% la contaminación por plásticos

 

En materia de reutilización considera que se podría reducir un 30 por ciento la contaminación por plásticos en 2040 con medidas como la promoción de opciones de reutilización con botellas recargables, dispensadores a granel, planes de depósito y devolución, los planes de devolución de envases, entre otras. Para ello, insiste a los Gobiernos en que deben ayudar a crear un entorno empresarial más sólido hacia la reutilización.

Además, a través del reciclaje el PNUMA estima que se podría reducir la contaminación plástica en un 20 por ciento adicional para 2040 si el reciclaje se convierte en un negocio "estable y rentable". Para ello, apunta que es necesario eliminar los subsidios a los combustibles fósiles, hacer cumplir las pautas de diseño para mejorar la reciclabilidad, y otras medidas aumentarían la proporción de plásticos económicamente reciclables del 21 al 50 por ciento.

En tercer lugar, en el ámbito de la reorientación del mercado y la diversificación, la hoja de ruta propuesta por el PNUMA insta al reemplazo cuidadoso de productos como envoltorios de plástico, bolsitas y artículos para llevar con productos hechos de materiales alternativos (como papel o materiales compostables) puede generar una disminución adicional del 17 por ciento en la contaminación plástica.

No obstante, este organismo de la ONU admite que incluso con todas estas medidas será aún necesario gestionar con seguridad 100 millones de toneladas métricas de plásticos de productos de un solo uso y de vida corta cada año hasta 2040, además de abordar la gestión del "legado significativo de la contaminación plástica ya existente".

En ese ámbito, apuesta por establecer e implantar estándares de diseño y seguridad para eliminar los desechos plásticos no reciclables y responsabilizar a los fabricantes por los productos que desprenden microplásticos, entre otros.

 

Cambiar a una economía circular

 

Con todo este plan, el PNUMA considera que cambiar a una economía circular permitiría ahorrar 1.270 millones de dólares, incluidos los costes e ingresos del reciclaje y un ahorro de 3.250 millones de dólares en las externalidades evitadas en la salud, el clima, la contaminación del aire o la degradación del ecosistema marino, además de otros costes derivados de litigios.

Entre los beneficios, además destaca que este cambio podría contribuir a una creación 700.000 puestos de trabajo en 2040, sobre todo en países de bajos ingresos y mejoraría significativamente el medio de vida de trabajadores de entornos informales.

El informe incluye también una estimación del coste de invertir en todo este cambio profundo y asegura que es inferior al gasto que supone no acometerlo, de 65.000 millones de dólares al año frente a 113.000 millones al año, aunque añade que buena parte de esta movilización se puede lograr cambiando las inversiones planificadas para nuevas instalaciones de producción que no son necesarias por la reducción de las necesidades materiales, o un impuesto sobre la producción de plástico virgen en la infraestructura circular necesaria.

Ahora bien, el PNUMA avisa de que "el tiempo es esencial" y un retraso de cinco años en poner en marcha este plan podría llevar aun aumento de 80 millones de toneladas métricas de contaminación plástica en 2040.

En aras de facilitar el cambio propuesto, el documento plantea un marco fiscal global como parte de las políticas internacionales para permitir que los materiales reciclados compitan en igualdad de condiciones con los materiales vírgenes, crear una economía de escala para las soluciones y establecer sistemas de seguimiento y mecanismos de financiación.

En todo caso, urge a los encargados de las políticas a adoptar un enfoque integral de la regulación y la política que aborde acciones a lo largo del ciclo de vida para transformar la economía.

Referencias