Un área de aproximadamente 30.000 kilómetros cuadrados, equivalente al 0,008% del océano, ya ha sido modificada por la construcción humana.

Es el resultado del primer estudio que ha cartografiado el alcance del desarrollo humano en los océanos, dirigido por la doctora Ana Bugnot de la Facultad de Ciencias de la Vida y el Medio Ambiente de la Universidad de Sydney y el Instituto de Ciencias Marinas de Sydney.

La extensión del océano modificada por la construcción humana es, proporcionalmente comparable a la extensión de la tierra urbanizada y mayor que el área global de algunos hábitats marinos naturales, como los bosques de manglares y los lechos de pastos marinos.

Cuando se calcula como el área modificada, incluidos los efectos del flujo hacia las áreas circundantes, debido, por ejemplo, a cambios en el flujo del agua y la contaminación, la huella es en realidad de 2.000.000 km², o más del 0,5% del océano.

La modificación oceánica incluye áreas afectadas por túneles y puentes; infraestructura para la extracción de energía (plataformas  petrolíferas y de gas, parques eólicos); transporte marítimo (puertos y marinas); infraestructura de acuicultura; arrecifes artificiales.

Aunque, como dice la científica, Ana Bugnot, el desarrollo de los océanos no es nada nuevo, "Ha comenzado antes del 2000 a.C.", en los últimos tiempos, se ha acelerado rápidamente. La construcción de puertos comerciales en  apoyo al tráfico marítimo o la creación de estructuras similares a rompeolas para protección de las costas bajas.

"Desde mediados del siglo XX, el desarrollo de los océanos se ha acelerado y ha producido resultados tanto positivos como negativos.

"Los arrecifes artificiales se han utilizado como hábitat de sacrificio para impulsar el turismo y disuadir la pesca, infraestructuras que afectan directamente a los hábitats naturales sensibles como pastos marinos o marismas, y a la calidad del agua.

"El desarrollo marino ocurre principalmente en áreas costeras, los ambientes oceánicos con mayor biodiversidad y biológicamente productivos".

Bugnot, y las/los coinvestigadores de múltiples universidades locales e internacionales, también proyectaron la tasa de expansión futura de la huella oceánica.

"Los números son alarmantes", dijo. "Se prevé que las infraestructuras para la energía y la acuicultura, incluidos cables y túneles, aumente entre un 50 y un 70% para 2028.

"Sin embargo, esto es una subestimación: hay una escasez de información sobre el desarrollo de los océanos, debido a la mala regulación de esto en muchas partes del mundo.

Los investigadores atribuyeron la expansión proyectada a la creciente necesidad de las personas de contar con defensas contra la erosión costera y las inundaciones debido al aumento del nivel del mar y el cambio climático, así como a las necesidades de transporte, extracción de energía y recreación. Esta investigación está publicada en el Journal Nature Sustainability.