El 24 de enero se celebra el Día Internacional de la Educación con el objetivo de reconocer el importante papel que desempeña la educación en favor de la paz y del desarrollo. La sexta edición de este día se celebra en 2024 bajo el lema Aprender para una paz duradera.

Sumario

 

El Día Internacional de la Educación se celebra cada año el 24 de enero. Esta efeméride fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 3 de diciembre de 2018 para destacar la importancia de la educación y su papel clave en el desarrollo sostenible.

En la actualidad el mundo asiste a una oleada de conflictos violentos paralela a un aumento alarmante de la discriminación, el racismo, la xenofobia y la incitación al odio. El impacto de esta violencia trasciende cualquier frontera basada en la geografía, el género, la raza, la religión o la política. Por ello, el lema elegido para la celebración de este año 2024 pone a la paz en el centro: Aprender para una paz duradera.

 

Antecedentes de la celebración

 

En un gesto sin precedentes, la aprobación unánime de la resolución 73/25 para conmemorar el Día Internacional de la Educación revela la firme determinación política de 59 estados, liderados por Nigeria, de respaldar medidas transformadoras para lograr una educación inclusiva, equitativa y de alta calidad para todos. Marca un compromiso tangible de la comunidad internacional con el papel vital que desempeña la educación en la edificación de sociedades sostenibles y resistentes. Este paso también subraya la contribución esencial de la educación hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en concreto del número 4 dedicado a la educación de calidad.

La UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), como la entidad de la ONU especializada en educación, asume la responsabilidad de supervisar la conmemoración anual de este día crucial. Colabora estrechamente con los líderes clave del ámbito educativo para garantizar que esta celebración no solo sea un evento anual, sino un catalizador constante para el avance significativo en la educación a nivel mundial.

 

250 millones de niños y jóvenes sin escolarizar y 763 millones de adultos analfabetos

 

La educación es un derecho humano inalienable, un proceso que dura toda la vida y tiene lugar en toda la sociedad, mediante el cual todas las personas aprenden y desarrollan al máximo su potencial, el conjunto de su personalidad, su sentido de la dignidad, sus talentos y sus capacidades mentales y físicas, dentro de las comunidades y los ecosistemas locales, nacionales, regionales y mundiales y en beneficio de estos.

Según los datos de la UNESCO, en la actualidad, 250 millones de niños y jóvenes están sin escolarizar y 763 millones de adultos son analfabetos, la mayoría de ellos en regiones en desarrollo. Su derecho a la educación está siendo violado y es inaceptable.

 

Recomendación histórica para la educación en paz, derechos humanos y desarrollo sostenible

 

En su 42ª reunión, la Conferencia General de la UNESCO aprobó la nueva recomendación con fecha de 22 de septiembre de 2023 sobre educación para la paz, los derechos humanos y el desarrollo sostenible, un hito significativo que establece pautas normativas globales para el uso de la educación en la búsqueda de la paz y el desarrollo humano. Este documento, respaldado por los 194 estados miembros, se erige como la única guía mundial que detalla cómo la educación puede ser un vehículo efectivo para construir una paz duradera, basándose en 14 principios rectores.

La recomendación, no vinculante pero orientadora, se centra en la evolución de la enseñanza y el aprendizaje en el siglo XXI para enfrentar las amenazas contemporáneas y promover la paz, los derechos humanos y el desarrollo sostenible. Va más allá de las competencias básicas y aboga por la adquisición de habilidades como empatía, pensamiento crítico y comprensión intercultural.

Aborda diversas áreas, desde tecnologías digitales y cambio climático hasta cuestiones de género y libertades fundamentales. Enfatiza la necesidad de transformaciones positivas en estos ámbitos, reconociendo que la educación es transversal a todos ellos y, a su vez, influye en ellos. Subraya la importancia de aspectos antes no considerados conjuntamente, como la conexión entre salud física y mental de los estudiantes y su acceso a la educación. Además, se aplica a todas las partes interesadas del sector educativo, desde formuladores de políticas hasta docentes y líderes comunitarios.

Los principios destacados incluyen una nueva comprensión de la paz en el siglo XXI, educación para el desarrollo sostenible, educación para la ciudadanía mundial, igualdad de género y educación, y la relevancia de la educación en la era digital. La aprobación de esta recomendación llega en un momento crucial, con nuevos desafíos y amenazas para los derechos humanos y la comprensión internacional.

La UNESCO se compromete a ayudar a los países a convertir estas directrices en acciones concretas a nivel local, nacional e internacional. Además, los estados miembros se comprometen a presentar informes periódicos sobre su aplicación, demostrando así su compromiso con la solidaridad internacional y el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4.7.

 

El rol de la educación en el desarrollo social y económico

 

Más allá de ser un simple proceso de transmisión de conocimientos, la educación emerge como un pilar indispensable para el progreso social y económico. La inversión en educación no solo moldea a individuos competentes y adaptativos, sino que también forja comunidades más saludables y economías más fuertes. Desde el aumento de la productividad laboral hasta la reducción de la pobreza, la educación emerge como una fuerza transformadora capaz de romper ciclos viciosos y abrir las puertas hacia un futuro más próspero.

Facilita la formación de ciudadanos informados, activos y comprometidos, fortaleciendo la cohesión social y promoviendo valores de tolerancia y respeto.

La adaptabilidad a los cambios tecnológicos, la competitividad global y la contribución al desarrollo sostenible son resultados directos de sistemas educativos sólidos. Al celebrar este día reafirmamos la importancia de seguir invirtiendo en este recurso invaluable que impulsa la evolución y el progreso de nuestras sociedades.

La educación no solo es un vehículo para alcanzar metas individuales, sino también un compromiso colectivo para construir un futuro más equitativo, sostenible e inclusivo. Es una herramienta poderosa que trasciende fronteras y se erige como un catalizador para un mundo mejor.