El balance del Grupo de Seguimiento Transfronterizo del oso pardo en los Pirineos de 2019 cifra en 52 el número de ejemplares frente a los 40 que inicialmente se identificaron en 2018, aunque indicios posteriores situaron esta cifra en 49 individuos.

Esta cifra corresponde al número mínimo de osos detectados que se revisa anualmente, ha informado en un comunicado la Conselleria de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat catalana, que no hace referencia a que hace unas semanas fue encontrado muerto el oso Cachou en Les (Lleida).

El Grupo de Seguimiento Transfronterizo del oso pardo en los Pirineos ha hecho balance de la población de oso pardo de 2019, y de las actuaciones de seguimiento y conservación llevadas a cabo durante el pasado ejercicio.

Ha sido en una reunión telemática, a consecuencia de la crisis sanitaria del coronavirus, en la que han participado representantes de la Generalitat, del Conselh Generau d' Aran y de los gobiernos de Andorra, de Aragón, de Navarra, de Francia y de la Fundación Oso Pardo.

En cuanto al número de nacimientos, se han registrado un total 10 nuevas crías de cinco hembras diferentes: Zorita (dos cachorros), Isil (dos cachorros), Caramelles (dos cachorros), Bambou (dos cachorros) y Fadeta (dos cachorros).

Se trata, según la Conselleria de Territorio y Sostenibilidad, de una cifra récord de nacimientos, sólo alcanzada antes en los años 2016 y 2017, por lo que se vuelve a los índices de natalidad más elevados de los últimos años.

La muerte del ejemplar más polémico

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) España ha solicitado a la Generalitat de Catalunya y al Ministerio de Transición Ecológica información sobre todas las actuaciones que se están realizando tras la muerte del oso Cachou, encontrado en Les (Lleida) el 9 de abril, incluidos los análisis microbiológicos y patológicos sobre lesiones de órganos para descartar el uso de veneno.

La entidad ecologista ha señalado que confía "en que todos estos análisis se estén realizando con absoluto rigor" y ha avanzado que en caso de que la información solicitada presente carencias o imprecisiones, adoptará "las acciones oportunas".

WWF considera que el anuncio prematuro realizado por el Conselh Generau d'Arán, atribuyendo la muerte del oso Cachou a causas naturales por una pelea con otro macho y una caída desde 40 metros, fue "totalmente inadecuado y alimenta el clima de desconfianza en torno a la veracidad de las causas de la muerte" de este ejemplar, como ya han manifestado otras organizaciones.

Los expertos consultados por WWF ponen en duda que, tras los datos de la necropsia preliminar aportados por la administración aranesa, "pueda afirmarse sin dudas que se trata de una muerte natural, debido a la falta de heridas y contusiones propias de una muerte de este tipo".

WWF España señala que el joven oso encontrado muerto que tenía 6 años era clave, porque aportaba "una importante variabilidad genética a la población oriental de oso pardo", al no tener su padre parentesco con el oso Pyros, el macho dominante del que descienden casi todos los ejemplares de esta población.

Para una población tan pequeña y tan endogámica como ésta, la muerte de dicho ejemplar supone una "importantísima pérdida", ha subrayado WWF, que ha precisado que los niveles de variación genética de esta población, que permiten su supervivencia, están entre los más bajos de los descritos en la literatura científica para esta especie.