Volver atrás

Parque natural de Somiedo: el reino del oso

En el primer espacio protegido en Asturias, donde viven 50 ejemplares coexistiendo con un millar de personas y unas 10.000 vacas, el plantígrado se ha convertido en una fuente de riqueza

  • Ejemplar subadulto (2-3 años) fotografiado cerca del pueblo de Castro, al que se aproximaba para comer higos / Foto: Juan Díaz - Patrulla Oso del Principado de Asturias
  • El guarda Juan Díaz (en primer plano) y el director del parque, Luis Fernando Alonso, observando animales con telescopios en el Rozo de la Peral / Foto: Roger Rovira
  • Una hembra asomándose desde la osera donde se encontraba su cría, que acabó perdiendo / Foto: Foto: Juan Díaz - Patrulla Oso del Principado de Asturias
  • Una de las 'cámaras trampa' que se ocultan en los bosques para controlar a los animales / Foto: Roger Rovira
  • Una ganadera emplea un quad para seguir a sus reses en la Braña (aldea usada por los 'vaqueiros' en los pastos altos de verano) de Endriga, en las Morteras de Saliencia  / Foto: Roger Rovira
  • Macho casi adulto (de más de cuatro años) en La Mochada, entre las aldeas de Gúa y Caunedo / Foto: Juan Díaz - Patrulla Oso del Principado de Asturias
  • Vista general de la Braña de Endriga, desde la que se domina todo el valle de Saliencia / Foto: Roger Rovira
  • El guarda de la Patrulla Oso tratando de localizar algún ejemplar con sus prismáticos / Foto: Roger Rovira
  • Villariña, una osezna malherida que fue curada y devuelta a la naturaleza en 2008, fue el primer ejemplar radiomarcado  / Foto:  Juan Díaz - Patrulla Oso del Principado de Asturias
  • Una hembra saliendo al exterior de la cueva donde se oculta su 'esbardo' (como se llama a los oseznos en Asturias) / Foto: Juan Díaz - Patrulla Oso del Principado de Asturias
  • Cambio de baterías y tarjeta de memoria de una de las 'cámaras trampa' oculta en el tronco de un árbol / Foto: Roger Rovira
  • Una de las cabañas de teito típicas del concejo, con cubierta vegetal hecha de la planta de la que toman el nombre / Foto: Roger Rovira