Más de 26.400 personas palestinas han sido asesinados de las que se estima que el 70% son mujeres, niñas y niños y más de 65.100 han sufrido heridas desde el inicio de la guerra entre Israel y Palestina en Gaza.

Sumario

 

En el lento avance del conflicto, el principal punto de interés ahora es Khan Yunis, prácticamente rodeado por las tropas israelíes, mientras la situación de la población civil se vuelve más compleja si cabe ante la suspensión de la financiación de la UNRWA por varios países.

 

Mapa de la situación de la ofensiva de Israel en Gaza

 

La situación en la ofensiva militar de Israel en Gaza a 29 de enero de 2024 / Mapa: EA La situación en la ofensiva militar de Israel en Gaza a 29 de enero de 2024 / Mapa: EA

En los últimos días el frente bélico centra su atención en Khan Yunis, la segunda ciudad más grande de la Franja y ahora prácticamente rodeada por las tropas israelíes, que han cerrado todas las salidas, dificultando sobremanera la posible huida de las personas que se encuentran allí atrapadas. Israel afirma que en la ciudad se encontrarían líderes de Hamás refugiados en su red de túneles, donde también podrían hallarse algunos de los rehenes israelíes. La lucha en la ciudad es continua, en muchas ocasiones en torno a unos hospitales saturados y repletos de desplazados.

Aunque se suponía una zona de seguridad, Rafah, la ciudad más meridional de la Franja, también fue bombardeada, temiéndose que se convierta en un objetivo cuando acabe la operación en Khan Yunis. De hecho Israel ya ha deslizado que, para acabar del todo con la infraestructura de Hamás en Gaza, también deberán atacar Rafah, ciudad donde se refugia buena parte de la población gazatí desplazada por el conflicto.

Pero la guerra no sólo se sitúa en el sur. Así, aunque ya controlada, Israel sigue golpeando metódicamente la ciudad de Gaza y algunas de sus infraestructuras estratégicas. La zona central también pasa a un nivel secundario a pesar de que siga recibiendo bombardeos de manera metódica.

En estas últimas semanas Israel ha sufrido su mayor  revés desde el inicio de la guerra, con 24 soldados muertos el lunes 22 de enero, 21 de ellos en el mismo lugar del centro de Gaza. Fallecieron en una explosión que pudo estar causada por las minas colocadas en un edificio para su demolición, sufriendo un ataque sorpresa de las milicias gazatíes contra dicho edificio y causando su colapso. Según las cifras de Israel, más de 500 soldados habrían muerto desde el ataque de Hamás, y más de 200 desde que comenzó su invasión a finales de octubre.

 

La situación humanitaria y el éxodo de la población civil

 

La situación de la población civil ha sufrido un duro revés en los últimos días con la suspensión de la financiación de varios países a la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos. La acusación a varios empleados de dicha agencia de estar implicados en los ataques de Hamás del 7 de octubre ha despertado la reacción internacional. A pesar de ello, la ONU ha intentado separar dichas actuaciones de la necesidad del pueblo gazatí, que depende de la ayuda internacional para sobrevivir, intentando que no se ahonde más aún la absoluta crisis de suministros de la Franja.

Mientras la ayuda sigue entrando con cuentagotas, existen momentos aislados de respiro, llegándose a un acuerdo para la entrada de una importante cantidad de medicinas en Gaza a cambio de proporcionárselas también a los rehenes israelíes.

En este momento la ONU estima que hay 1,7 millones de desplazados de sus casas, pudiendo encontrarse la mitad de ellos hacinados en Rafah, huyendo de la guerra en progresivos desplazamientos de norte a sur. En sus últimas operaciones Israel llamó a una nueva huida de la población para que se marcharan del núcleo de Khan Yunis a Al Mawasi, en la costa mediterránea, en un desplazamiento de nuevo dificultado por sus tropas. Muchos de ellos huyeron a Rafah, el enclave presuntamente más seguro pero que en poco tiempo puede volverse un nuevo objetivo bélico.

 

La cuestión diplomática y los países del entorno

 

La situación internacional tampoco tiene visos de estabilizarse, con continuos altercados entre los países del entorno. A los ya habituales intercambios de artillería en la frontera del Líbano entre Israel y Hezbolá, ahora se han sumado varios ataques contra posiciones militares en Siria como represalia a lanzamientos de cohetes desde los Altos del Golán. Un paso más allá supuso el ataque de Israel contra un grupo de líderes proiraníes que estaban reunidos en Damasco, levantando la indignación iraní.

También puso el foco de atención sobre Irán un ataque con dron que mató a tres soldados americanos en una base militar en Jordania, cerca de la frontera siria. El régimen iraní se apresuró a negar su implicación en dicho ataque, que causó las primeras víctimas estadounidenses en el conflicto desde los ataques de Hamás del 7 de octubre.

En todo este contexto de tensión, en la cuestión puramente diplomática surge un nuevo frente con Sudáfrica, que habría acusado en la Corte Internacional de Justicia a Israel de actos de genocidio contra los palestinos de la zona. Israel se apresuró a negar dicha acusación y catalogarla de infundada, pero ya se ha desatado un nuevo debate y tormenta diplomática. Ante la falta de apoyo o de pronunciamiento de occidente, la CIJ acabó solicitando a Israel una serie de medidas cautelares que previnieran el genocidio, pero no llegó a ordenar un alto el fuego en la zona, como solicitaba el estado africano.