Las entidades financieras están subestimando los riesgos más importantes relacionados con el clima, que podrían tener un impacto de hasta un billón de dólares (827.816 millones de euros) en sus cuentas, frente a los 34.000 millones (28.148 millones de euros) de los riesgos notificados, según un informe de la organización sin ánimo de lucro CDP.

Entre estos riesgos, el estudio señala los daños físicos a sus operaciones, aunque el 65% no informa de los riesgos de crédito, como el impacto del impago de los préstamos por parte de los prestatarios, los activos bloqueados o la devaluación del precio de los activos.

Asimismo, las emisiones financiadas por el sector financiero son de media 700 veces mayores a las suyas propias. No obstante, solo el 25% de las 332 instituciones financieras informó en 2020 sobre las emisiones de su cartera, si bien la mayoría sí lo hizo en cuanto a la existencia de algún tipo de supervisión relacionada con estas cuestiones a nivel consejo de administración, explica el estudio.

Activos de 22,35 billones de euros

 

Entre las 84 que sí lo hicieron se encuentran Bankia (ahora CaixaBank), NN Group, Rabobank, Allianz SE, Axa Group y BNP Paribas, que conjuntamente poseen unos activos de 27 billones de dólares (22,35 billones de euros).

"Las instituciones financieras que pretenden desempeñar su papel en esta transición deben revelar plenamente el impacto de su financiación y alinear rápidamente sus actividades con la ciencia del clima estableciendo objetivos basados en la ciencia", ha destacado el director de Mercados de Capitales de CDP Europa, Laurent Babikian.

El estudio revela que solo el 45% de los bancos, el 48% de los propietarios de activos y el 46% de los gestores afirman haber tomado medidas para alinear las inversiones con los objetivos climáticos, en tanto que entre las aseguradoras, solo lo ha hecho el 27%.

Las instituciones parecen centrarse en las oportunidades de transición hacia el bajo carbono, con un 76% que las identifica en productos financieros sostenibles, como los préstamos vinculados a la sostenibilidad, los bonos verdes y de transición, los fondos de inversión sostenibles y las soluciones de seguros, por un valor de hasta 2,9 billones de dólares (2,4 billones de euros).