La muerte y la destrucción continúan en la Franja a pesar de un alto el fuego que lleva casi dos meses en vigor.

Sumario

 

El goteo de ataques israelíes deja víctimas mortales con una frecuencia casi diaria, de ahí que, a pesar del teórico cese de hostilidades, unas 360 personas hayan muerto y otras 1.000 hayan resultado heridas durante los dos últimos meses.

 

El débil alto el fuego y la compleja situación en la Franja

 

Mapa de la incursión militar de Israel en Gaza, actualizado a 9 de diciembre, con las zonas de combate, avance terrestre / Imagen: EA Mapa de la incursión militar de Israel en Gaza, actualizado a 9 de diciembre, con las zonas de combate, avance terrestre / Imagen: EA

Sesenta días después del acuerdo que debía detener el conflicto, la violencia continúa en Gaza. Al menos 360 personas han muerto y unas 1.000 han sido heridas por los ataques israelíes desde comenzara el alto el fuego, lo que sitúa el total de muertos durante los más de dos años de conflicto en una cifra superior a 70.365 personas, dato en continua actualización por el hallazgo de múltiples cadáveres sepultados bajo los escombros que todavía se agolpan por la geografía gazatí.

Algunas de estas muertes se sitúan en torno a la Línea Amarilla, zona de retirada a la que Israel aceptó replegarse tras el alto el fuego, pero cuya ubicación no resulta muy clara, especialmente para la población civil palestina, que puede acercarse a ella con dramáticas consecuencias.

El debilitamiento de Hamás tras más de dos años de guerra puede afectar a la estabilidad interna de la Franja, ya que el dominio de la milicia sobre Gaza no resulta tan claro, y otros grupos armados podrían enfrentarse a ellos. Estas nuevas milicias buscarían controlar asentamientos o enclaves locales, intervenir la ayuda humanitaria e incluso se han vinculado algunos grupos con un cierto colaboracionismo con Israel.

 

La catástrofe humanitaria y la falta de ayuda internacional

 

Tras varios meses de bloqueo, el acuerdo ha permitido una mayor fluidez en la entrada de ayuda humanitaria aunque no llegue en la cantidad necesaria, apenas la mitad de la cuantía estimada para que una población sumida en la pobreza y miseria absolutas pueda recuperar una mínima calidad de vida. Además de la comida, la población de Gaza también necesita útiles y herramientas que les permita reparar la destrucción total de la Franja y volver a poner en marcha el tejido productivo, situación ante la que Israel ha limitado estrictamente la entrada de equipos y material de reparaciones. De hecho, el ejército israelí ha continuado la política de destrucción premeditada de edificios e infraestructuras que ellos achacan como instalaciones terroristas.

A esta falta de suministros se le suman los desplazamientos, que todavía resultan masivos en buena parte de la población. Así, buena parte de los gazatíes aún se encuentra refugiado en las escuelas de la ONU que han vuelto a reabrir en la Franja. Gaza sufre la destrucción total de cualquier tipo de infraestructuras básicas para la vida: centros sanitarios, vías de comunicación, infraestructuras productivas… A esta dramática situación de carencia material ahora se le une la llegada del invierno, con fuertes lluvias y una importante bajada de temperaturas que complica más si cabe la vida de la población civil.

 

El ámbito internacional y regional del conflicto

 

El anunciado plan de paz ha entrado en una vía muerta, sin avances de consideración por la conjunción entre la ausencia de un alto el fuego real y el mar de dudas sobre las condiciones reales de los siguientes pasos del compromiso. El incumplimiento de varias condiciones de la primera fase del plan y la falta de acuerdo en muchas cuestiones de la segunda fase ha aplazado su implantación. Aún quedan en el aire cuestiones de importancia capital, como quién formaría parte de la Junta que supervisará el gobierno tecnocrático que lideraría la reconstrucción de Gaza; los países que intervendrían en la futura estabilización de la Franja; o el papel futuro de la Autoridad Nacional Palestina y de Hamás, cuya desmilitarización obligatoria se enfrenta a una absoluta resistencia entre las filas de la milicia. Con el objetivo de avanzar en estos puntos Benjamin Netanyahu y Donald Trump han convocado una reunión para el 29 de diciembre.

Más allá de Gaza, Israel continúa con operaciones antiterroristas en Cisjordania, donde ha lanzado una operación durante las dos últimas semanas que se ha saldado con seis víctimas mortales, decenas de arrestos, registros y toque de queda en algunas ciudades. Este tipo de intervenciones y otros enfrentamientos larvados lleva la cifra de fallecidos a manos del ejército israelí o colonos en Cisjordania hasta las 225 víctimas mortales en lo que va de año.

Pero la actividad de Israel no se limita a los territorios palestinos, sino que todavía lanza ataques ocasionales contra el sur de Líbano a pesar de la presencia de la FINUL, en lo que el ejército israelí denomina ataques contra infraestructuras de Hezbolá.