La capital de la Bretaña, Rennes, se ha convertido con el nuevo año en la primera del país en prohibir las estufas en las terrazas de bares y restaurantes, debido a su elevado derroche de energía. Burdeos podría seguirle los pasos en breve tras consultar al sector, Lille también está estudiando la cuestión y París podría realizar una consulta entre este año y el que viene para decidir al respecto.

"Nadie pone la calefacción en el exterior de su casa, ¿por qué hay que hacerlo en el espacio público? Con el desafío ecológico al que nos enfrentamos, debemos ser ejemplares en cuanto al espacio público", afirma el teniente de alcalde y encargado del comercio en la ciudad bretona, Marc Hervé.

“¿Cómo podemos explicar a nuestros hijos que un aparato de 2.000 vatios está calentando la calle en Francia en pleno 2019?”, coincide François de Peña, líder del sindicato UMIH de Ille-et-Villaine, para quien la medida, contra lo que afirman los restauradores, "cambiará algunos hábitos pero no disminuirá la clientela”. “Me recuerda a la prohibición de fumar en el interior de los locales.¿Quién volvería atrás hoy?", se pregunta.

Leyes antitabaco

Precisamente, las estufas en las terrazas proliferaron como respuesta a dicha prohibición del consumo de tabaco en espacios públicos, para facilitar a los fumadores su estancia en ellas en invierno. Favex, el primer fabricante de sombrillas calefactoras de Francia, ha duplicado sus ventas en apenas 10 años. En España, Campingas las multiplicó por cinco en 2011 cuando se aprobó la Ley Antitabaco.

El anterior equipo de gobierno de Madrid presidido por Manuela Carmena se planteó prohibir las estufas en 2017 para “luchar contra el cambio climático y reducir las emisiones”, afirmó el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, durante un debate organizado por Radio Madrid.

“Las estufas de gas son algo que nos preocupa. En la revisión que estamos haciendo de la ordenanza de terrazas, que está en estos momentos redactándose, una de las medidas que se contempla para luchar contra el cambio climático y para reducir las emisiones, es precisamente prohibir las estufas de gas en las terrazas, que además dañan la calidad del aire de la ciudad”, dijo. Pero la medida, acogida con disgusto por los empresarios, finalmente no fue adoptada.

La nueva ordenanza de terrazas de Barcelona aprobada en 2018 limita la potencia de las mismas a 700 W térmicos/m2 si son de gas y 120 W/m2 con las eléctricas, con vistas a su definitiva erradicación prevista para 2025.