Ayer, 2 de noviembre End Fossil Barcelona ocupó la facultad central de la Universitat de Barcelona. La ocupación, convocada de manera indefinida y permanente, responde a la necesidad que la universidad “esté a la altura del momento histórico en el que nos encontramos”. Siguiendo su principio ‘ocupar hasta ganar’, el movimiento asegura que no marchará hasta que se los escuche y se acepten sus demandas.

Sumario

 

Después de siete horas tensas, con cinco estudiantes encerradas en la sala principal del edificio histórico del centro sin acceso a comida, bebida o ir al lavabo, la universidad y las ocupantes llegaron a un acuerdo para hacer una primera reunión. Después de la publicación de un comunicado público por parte de la universidad abriendo un proceso de negociación y que estas miembros salieran, la reunión empezó alrededor de las 18:30.

Esta reunión sirvió para explicar la visión de las jóvenes y hacer un primer acercamiento a las demandas de estas, sin ningún posicionamiento por parte del equipo de negociación que estableció la UB. Ander Errasti, director de coordinación y comunicación de la Universitat de Barcelona, dirigía este grupo entre los cuales no se encontraba el rector, a pesar de la petición de hablar personalmente con este.

Aunque mostraron una predisposición a hablar y negociar las demandas, que incluyen la desvinculación con las empresas de combustibles fósiles y los bancos que los financian, y la creación de una educación ecosocial, el movimiento espera las próximas reuniones para ver las intenciones de la institución. La reunión acabó con el compromiso de reunirse de nuevo hoy 3 de noviembre durante la mañana.

 

“Valoramos positivamente”, pero no

 

El comunicado de la universidad, publicado alrededor de las 18:15, era la primera evaluación pública de la ocupación por parte del centro educativo. En este, la institución valoraba “positivamente” la acción de End Fossil Barcelona y reivindicaba tener un compromiso firme con la sostenibilidad y la lucha contra la emergencia climática, la cual es, según el comunicado, una de las prioridades.

Aseguraba también que la acampada “entorpece el trabajo” del centro, “incluida aquella que de manera prioritaria se está llevando a cabo para hacer frente al reto compartido de la sostenibilidad y la emergencia climática”. Parece que el trabajo que hacen para luchar contra la emergencia climática, no compatible con la protesta pacífica de las estudiantes, sí es compatible con la renovación de la Cátedra de Repsol.

La Cátedra de Repsol, dirigida hacia la captura y almacenamiento de carbono en la Universitat de Barcelona, fue firmada para tres años en el 2019. Ahora, se encuentran en un proceso de firma de la prórroga según fuentes de la universidad. “Es irónico que una ocupación pacífica que nace de querer defender el planeta entorpece el trabajo, pero una cátedra de la empresa más contaminante de España es el camino para luchar contra la emergencia climática” critican desde End Fossil Barcelona. 

 

Charlas y música para acabar el día

 

Durante la tarde se organizaron charlas con diferentes colectivos y entidades sociales para crear sinergias y encontrar puntos en común entre estos. Los representantes del Observatori del Deute en la Globalització, BATEC, CGT Bus, Anticapitalistes y la Rebel·lió Científica hablaron de la movilización actual y la proyección en el futuro ante la incertidumbre que este presenta y la inacción política.

La jornada acabó con una asamblea y música por parte de la Climate Brass Band. 25 jóvenes se quedaron a pasar la noche. Durante los días de la ocupación, End Fossil Barcelona organizará más asambleas y charlas: esta tarde, Ecologistas en Acción, Zeroport, Entrepobles, Futuro Vegetal, el Sindicato de Locatarias y el proyecto de permacultura Mas las Viñas se reunirán para hablar de las movilizaciones sociales y la resiliencia de los proyectos cooperativos.

 

Demandas

 

Los miembros de End Fossil Barcelona denuncian la pasividad que las universidades demuestran al permitir que las empresas que dejan sin futuro a los y las estudiantes estén en los mismos centros. Esta realidad, además, choca con los valores que en sus propios estatutos dicen representar: la justicia, el respecto al medio ambiente y al desarrollo sostenible, la difusión de los conocimientos científicos y la autonomía universitaria.

Empresas como Santander, que entre 2016 y 2021 ha financiado el sector de los combustibles fósiles con 42.912 millones de dólares, y Repsol, con una cátedra que promueve el tecnooptimismo, al mismo tiempo que emite 10,7 millones de toneladas de CO₂ el año, participan dentro de la educación de la juventud. Su presencia, que los permite vender un discurso de compromiso y sostenibilidad, junto con la falta de la educación ecosocial y climática, “no prepara a los jóvenes para la realidad que los espera fuera”.

Cómo comenta la antropóloga Yayo Herrero, formarse en competencias básicas relacionadas con la transición ecológica, no puede ser un asunto exclusivo de científicos ambientales o una opción de una minoría de estudiantes sensibilizados. No tiene sentido que grados como Economía continúen fomentando el crecimiento ilimitado que se vende desde el capitalismo y que va en contra del contexto actual.

Un contexto de crisis climática, económica y social que demanda unas medidas urgentes. “Ojalá todo fuera una cátedra” dijo el rector cuando visitó por la noche a las jóvenes que continuaban ocupando.

No, no todo es una cátedra, pero alguna cosa tiene que ser la primera. Y señor Guàrdia, esto no es una ocupación, no se equivoque. Esto es un grito de ayuda. Y necesitamos que lo responda.