Los glaciares son considerados por los científicios como verdaderos iconos del cambio climático. Su estado de salud nos dice mucho acerca del agravamiento del calentamiento global. Y la misma no para de empeorar. De hecho, los expertos la consideran “crítica”. Se están deshaciendo, día a día, gota a gota, contribuyendo con ello a la pérdida de insustituibles reservas de agua dulce y a elevar, milímetro a milímetro, el nivel del mar, además de privarnos de uno de los más bellos espectáculos de la naturaleza.

Según un estudio publicado este año en Nature, la mayoría de los glaciares en Europa Central, el oeste de Canadá y los Estados Unidos desaparecerían en la segunda mitad de este siglo si prosiguen las actuales tasas de pérdida de hielo. Los glaciares de nuestro planeta han perdido más de 9.000 mil millones de toneladas de hielo entre 1961 y 2016, según el estudio, dirigido por Michael Zemp, profesor de glaciología en la Universidad de Zúrich (Suiza). Esto equivale a un bloque de hielo del tamaño de Alemania y de casi 100 pies (30,5 metros) de grosor.

9.000 millones de toneladas fundidas en el globo entre 1961 y 2016

Esta pérdida de hielo también ha contribuido a que los niveles globales del mar aumentaran hasta 27 milímetros durante el mismo período de tiempo, concluyó la investigación, firmada por 15 científicos internacionales. Esto representa entre el 25% y el 30% del aumento observado en los niveles mundiales del mar en el mismo periodo. Para el estudio, el equipo utilizó datos de más de 19,000 glaciares, empleando la observación satelital y 450 visitas de campo. Eso es mucho más que lo documentado en ninguno de los trabajos investigadores previos, que según Zemp se basaron en datos de alrededor de 500 glaciares.

Además de elevar el nivel del mar, Zemp dijo que el derretimiento de los glaciares puede desestabilizar las montañas donde se hallan. Los glaciares también pueden ser una importante fuente de agua para la agricultura. Por ejemplo, en los Andes peruanos, dijo, los hogares de miles de personas dependen del agua del glaciar local durante las estaciones secas.

Actualmente, se pierden hasta 335.000 millones de toneladas de hielo cada año, según el estudio. Esto se traduce en un aumento en el nivel del mar de casi 1 milímetro por año, según los cálculos. Martin Siegert, codirector del Instituto Grantham para el Cambio Climático y el Medio Ambiente del Imperial College de Londres, que no formó parte del equipo del estudio, dijo que la investigación confirmó lo que los glaciólogos habían esperado durante largo tiempo: "que los glaciares de todo el mundo están contribuyendo tanto al aumento del nivel del mar como Groenlandia”. Y que podrían estar todos condenados para finales de siglo si no hacemos nada para evitarlo.

Sistema eficaz pero caro

En eso están en Suiza, donde los glaciares alpinos se han reducido un 10% en los últimos cinco años, una tasa que nunca antes se había visto en más de un siglo de observaciones, según una nueva investigación publicada también este año. La ola de calor del verano de 2019 hizo que las tasas de derretimiento de los glaciares batieran récords, informa la Comisión Criosférica (CC) de la Academia Suiza de Ciencias. Suiza ha perdido más de 500 glaciares desde 1900. Y aproximadamente el 2% del volumen total de glaciares del país helvético se perdió el año pasado, según el CC.

En 2019 se eliminó el glaciar Pizol de la red de monitoreo de glaciares del país. Situado en los Alpes de Glarus, en el este de Suiza, el glaciar se encuentra a una altitud de unos 2.700 metros. Ha perdido el 80-90% de su volumen desde 2006 y será el primero en ser retirado de la red después de estar bajo control desde 1893, según investigadores de la universidad ETH de Zurich.

Ahora se está trabajando en el proyecto de salvar un histórico y popular glaciar lanzándole por encima nieve artificial. La idea es crear nieve artificial y rociarla sobre el glaciar Morteratsch en Suiza cada verano, con la esperanza de que proteja el hielo y eventualmente haga que el glaciar vuelva a crecer.

Harían falta 4.000 máquinas, que reciclarían agua del mismo deshielo 

"El principal efecto de la nieve es el reflejo de la luz solar", dice Johannes Oerlemans de la Universidad de Utrecht en los Países Bajos, quien ideó el plan. Sin esta cubierta, la luz del sol comenzaría a derretir el hielo, pero "mientras haya nieve en la parte superior, el hielo debajo no se ve afectado", dijo en la reunión anual de la Unión Europea de Geociencias en Viena (Austria, el 27 de abril). Este sería el primer intento a gran escala de hacer esto en cualquier parte del mundo.

Al igual que muchos de sus vecinos alpinos, el Morteratsch se está reduciendo debido al calentamiento global. Ha pasado de 8,5 kilómetros en 1860 a apenas 6 kilómetros hoy, y está perdiendo de 30 a 40 metros por año.

Morteratsch es una gran atracción turística y un tesoro nacional porque es el único glaciar con un "hocico" al que se puede acceder fácilmente. "Los lugareños afirman que es el único lugar donde se puede llegar a un glaciar desde una silla de ruedas", dice Oerlemans.

Los más viejos del lugar se inspiraron en las historias de que las cubiertas de lana blanca en un glaciar más pequeño llamado Diavolezzafirn lo habían ayudado a crecer hasta 8 metros en 10 años y lo comentaron al investigador.

Al observar trabajos anteriores que muestran que la nieve natural puede ayudar a los glaciares a crecer, Oerlemans concluyó que el glaciar podría recuperar hasta 800 metros de longitud en 20 años si dispusiera de una cobertura suficiente. Se dio cuenta de que solo unos centímetros de nieve artificial soplada sobre una meseta de 0.5 kilómetros cuadrados en lo alto del glaciar cada verano podrían proteger el hielo situado debajo. "En principio, incluso el hocico podría volver a crecer", dice Oerlemans.

Se necesitarían 4.000 máquinas de nieve para hacer el trabajo, que generan explosiones de aire con agua, que se enfría a través de la expansión para crear cristales de hielo. La esperanza es que el agua pueda ser "reciclada" de pequeños lagos de agua de deshielo junto al glaciar. Si las primeras pruebas funcionan, hay esperanzas de que el gobierno suizo pueda proporcionar los millones de euros necesarios para el esquema mucho más grande. "Eso necesitaría una participación nacional", dice Oerleman. Pero si resultara efectivo, podría inspirar proyectos similares para salvar glaciares en otras partes del mundo.

“Podemos tomar algunas medidas de ingeniería para cancelar los efectos negativos del cambio climático. Y podemos hacerlo de manera bastante eficiente: el método funciona. Pero los costos de solo una parte increíblemente pequeña del área glaciarizada total de una cordillera son inmensos”, objeta Matthias Huss, de la Universidad de Friburgo (Suiza).