Una explotación ganadera de San Pedro de Rozados (Salamanca) acumula, supuestamente, en los últimos 21 días cuatro ataques de buitre y otro más de meloncillos, lo que ha costado hasta el momento la muerte de cinco terneros y dos vacas, una de ellas sacrificada por el estado en el que quedó.

En concreto, los dos últimos ataques han tenido lugar en los días 10 y 11 de noviembre, que han dejado dos tenernos muertos que acababan de nacer. "Cada vez que vamos hay otro ternero muerto", han asegurado los ganaderos a través de la información facilitada por Asaja Salamanca.

En cuanto a los dos supuetos ataques previos de buitres, tuvieron lugar en las mismas instalaciones los días 30 de octubre y 6 de noviembre, con el saldo de dos terneros fallecidos y una vaca en mal estado, que tuvo que ser sacrificada.

A estos presuntos hechos en la explotación salmantina se suma una ofensiva de meloncillos el pasado 20 de octubre, una especie procedente del norte de África que dejó otra vaca y un ternero muertos.

No es algo nuevo, vienen de bastantes años atrás, las denuncias de ataques de fauna silvestre a explotaciones ganaderas. La población de buitres ha aumentado considerablemente y hay escasez de alimento, dicen.  El cambio de la normativa, consecuencia de la enfermedad de las vacas locas (la encefalopatía espongiforme bovina), por la que las reses muertas debían de ser retiradas obligatoriamente del campo para evitar la propagación del brote epidémico, empujó, entonces, a que los buitres buscasen otras fuentes de alimentación, apartada de su natural dieta necrófaga.

Sin embargo, los investigadores aseguran que los buitres no atacan a los animales vivos sanos. Los buitres son carroñeros, especializados en el consumo de cadáveres de grandes ungulados, no pueden cazar.