Se han cumplido más dos meses desde el final del volcán de La Palma. Los primeros copos de nieve empezaron a caer hace semanas sobre las cumbres de la isla salpicada de volcánes. La cima del Roque de Los Muchachos, a 2.426 metros de altitud, entre los términos municipales de El Paso y Garafía, fue la primera en dar testimonio de ello a mediados de febrero.

Sumario

 

Nos acercamos a La Palma mientras el volcán aún estaba activo y pudimos acompañar en sus tareas a especialistas, científicas y técnicas, que estuvieron día y noche dándolo todo por la seguridad de la población durante, la que podría haber sido, la erupción más vigilada de la historia

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Después de 85 días y 8 horas de emisión de ceniza y gases, coladas y ríos de lava en la zona volcánica de Cumbre Vieja, el volcán de varias bocas de La Palma cesó su actividad lávica el pasado 13 de diciembre.

Esta erupción ha sido la que más ha durado en los últimos cinco siglos en la isla. El cono ha alcanzado una altitud de 1.120 metros en la isla del archipiélago canario, situado frente a las costas del noroeste de África.

Mapa de la erupción del volcán de La Palma / Imagen: EA Mapa de la erupción del volcán de La Palma / Imagen: EA

El volcán de La Palma comenzó su actividad eruptiva el pasado 19 de septiembre de 2021 y la misma se dio oficialmente por terminada el 25 de diciembre, para el día de Navidad. Pero se han seguido produciendo constantes movimientos sísmicos y emisiones de gases tóxicos.

Escasas horas después, empezaron los trabajos de retirada de la lava en la localidad de La Laguna, en Los Llanos de Aridane, para poder llevar a cabo las tareas de reconstrucción de los daños causados. Es el municipio más poblado de la zona con más de 20.000 habitantes –de los más de 82.000 del total en La Palma–, según datos de 2019.

De esta manera, se daban por finalizados los planes de evacuación establecidos en el Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (PEVOLCA) (1) y desde mediados de enero casi un millar de personas ya han podido regresar a sus hogares en algunos núcleos –llamados localmente barrios– de los términos de El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte.

Los palmeros empiezan a recuperar la normalidad perdida en la isla desde que explotara el volcán. Hemos recogido testimonios de algunas personas, del medio millar de familias, que lo perdieron todo bajo la ceniza y la lava

En breve, también lo podrán hacer los vecinos de Las Norias, Hoya del Verdugo, Morro de los Judíos, Las Manchas, Cuatro Caminos, San NicolásJosé Pons y La Jurona, de manera que sus habitantes empiezan a recuperar la normalidad perdida en la isla desde que explotara el volcán.

Mientras tanto, el Cabildo de la isla ya ha diseñado un sendero en Cabeza de Vaca para contemplar el cono del volcán, que se eleva 200 metros sobre los terrenos preexistentes en la dorsal de Cumbre Vieja, donde antes ya existía una ruta para recorrer la treintena de volcanes que la formaron a lo largo de 125.000 años.

Desde EcoAvant.com nos acercamos a La Palma mientras el volcán aún estaba activo y pudimos acompañar en sus tareas a especialistas, científicas y técnicas, que estuvieron día y noche dándolo todo por la seguridad de la población durante, la que podría haber sido, la erupción más vigilada de la historia. También, hemos recogido testimonios de algunas personas, del medio millar de familias, que lo perdieron todo bajo la ceniza y la lava.

Este sábado 12 de marzo, la Iniciativa de Apoyo Ciudadano de Afectados por el volcán de la isla de La Palma ha convocado una concentración de afectados por la erupción palmera en la Plaza de las Cortes frente al Congreso de los Diputados en Madrid.

La iniciativa denuncia la gestión de la catástrofe: “Ni el INVOLCAN, ni el PELVOLCA, ni los ayuntamientos, ni el Cabildo de La Palma o el Gobierno de Canarias prestaron ni un solo minuto de atención a preparar al ciudadano para la más que posible erupción”. A lo que añaden: “El Estado español y el Gobierno canario hoy miran para otro lado ofreciendo limosna por nuestro patrimonio".

Al día siguiente, el domingo 13 de marzo, tendrá lugar la Conferencia de Presidentes en la que se reunirán de manera presencial los jefes autonómicos con el del Ejecutivo central. El acto lo presidirán los reyes de España en Santa Cruz de La Palma y se homenajeará a los habitantes de la isla por su ejemplaridad ante la situación vivida por la erupción.

 

Calor insoportable y lava a 1.200 ºC

 

Río de lava que fluye procedente del volcán de La Palma / Foto: Saul Santos Río de lava que fluye procedente del volcán de La Palma / Foto: Saul Santos

La geóloga británica Beverley Claire Coldwell se encasqueta la pantalla de soldador sobre la máscara antigases, se enfunda los largos guantes de protección y empuña el horcón. Se trata de un instrumento agrícola tradicional, empleado para apuntalar las plataneras cuando se inclinan debido al peso de los racimos de fruto. Pero ahora, se le ha encontrado una nueva utilidad al servicio de la ciencia. Se aproxima a la crepitante e incandescente corriente de magma y lo hunde en una de las zonas brillantes, donde el mismo se mantiene semilíquido.

La masa viscosa se vierte de inmediato en un cubo de metal lleno de agua, donde en unos instantes se convierte en una de las rocas más jóvenes de la Tierra, que partirá de inmediato hacia el laboratorio

El calor es insoportable, la lava ha emergido del cercano volcán a casi 1.200 ºC, y hay que darse toda la prisa que la precisión y la seguridad permitan. Con el mayor cuidado, se lleva un puñado de piedra fundida pegada al final del tridente. La masa viscosa se vierte de inmediato en un cubo de metal lleno de agua, donde en unos instantes se convierte en una de las rocas más jóvenes de la Tierra, que partirá de inmediato hacia el laboratorio.

Allí, será analizada por los expertos del Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN) (2). Este organismo, dependiente todavía del Cabildo de Tenerife –aunque se prevé su traspaso este año al Gobierno autonómico–, nos permitió a EcoAvant.com acompañar a sus equipos en diversas misiones de vigilancia e investigación por la zona de exclusión establecida en un radio de 2,5 kilómetros alrededor del cono del volcán surgido en La Palma.

 

Emisión de gases y destrucción

 

Material piroclástico que se precipita en la construcción de los deltas lávicos hacia el mar en La Palma (Canarias) / Foto: Saul Santos Material piroclástico que se precipita en la construcción de los deltas lávicos hacia el mar en La Palma (Canarias) / Foto: Saul Santos

La toma de muestras de lava y su estudio fue una de las labores cotidianas de monitorización durante la erupción del –aún sin nombre oficial– volcán de La Palma. Ha sido una de las más destructivas en territorio de un estado europeo en los últimos 100 años. Aunque, si la comparamos con otras en el mundo, se puede considerar de dimensiones modestas. En una escala de 0 a 8 del Índice de Explosividad Volcánica (IEV) llegó hasta el nivel 3. La emisión de gases, en cambio, fue desmesurada y sorprendió a los expertos, ya que llegó a unas dos gigatoneladas de dióxido de azufre (SO2), por ejemplo.

No hay que olvidar que, aunque desde un punto de vista humano los volcanes destruyen, en realidad son grandes agentes de construcción: sin ellos, La Palma no existiría. Como todas las islas Canarias, es un inmenso edificio volcánico, fruto de miles de erupciones que, tras dos millones de años de actividad, arranca a 3.000 metros bajo el mar y alcanza otros 2.426 sobre el nivel del mismo.    

Las coladas emanadas desde Cumbre Vieja, que arrasaron 1.218 hectáreas de terreno, llegaron hasta el mar, creando espectaculares deltas lávicos, de 48 hectáreas de superficie, además de arrasar 21 hectáreas de fondos submarinos. Se llevaron por delante 1.676 edificaciones, entre las que se encontraban viviendas, construcciones industriales, agrícolas o de uso público, además de cubrir 370 de cultivos –en su mayoría de plátanos, principal producto de la isla– y 74 kilómetros de carreteras, según los datos del PEVOLCA. El programa de satélites Copernicus, de la Unión Europea,  incrementa la cifra hasta las 2.988 hectáreas.

Las coladas llegaron a tener una media de 12 metros de altura, aunque en algunos puntos se acumularon hasta 70 y los ríos de lava borraron de los mapas un pueblo entero como Todoque, que contaba con 1.310 habitantes

Las coladas llegaron a tener una media de 12 metros de altura, aunque en algunos puntos se acumularon hasta 70 y los ríos de lava borraron de los mapas un pueblo entero como Todoque, que contaba con 1.310 habitantes, la imagen de cuyo campanario cediendo ante la lava el 26 de septiembre dio la vuelta al mundo. También lo hicieron una multitud de escenas de la situación de destrucción y catástrofe de buena parte de los barrios de La Laguna, con 1.645 habitantes; Tacande, de unos 727 vecinos, o Las Manchas,  de 659. Los daños en las diferentes poblaciones de la isla de La Palma en Canarias –aún por calcular con precisión–, fueron estimados inicialmente en más de 400 millones de euros.

Pero los peligros del volcán todavía no han terminado. Investigadores como el profesor de Geología y miembro del grupo Geogar, adscrito al Instituto de Oceanografía y Cambio Global (Iocag) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), José Mangas, advierten de que el volcán “está activo, no se ha apagado ni se ha muerto”. Asegura que “hay zonas muy calientes, no como la lava, pero se nos pegaban las botas”. Mangas también recuerda que “en el proceso de desgasificación hay que tener mucho cuidado”.

 

Tras 25.000 terremotos, esta vez sí

 

Vista de la columna eruptiva del volcán de La Palma en sus primeras horas arrasando el barrio de El Paraíso (El Paso), mientras la luna llena sale detrás de la montaña (Canarias) / Foto: Saul Santos Vista de la columna eruptiva del volcán de La Palma en sus primeras horas arrasando el barrio de El Paraíso (El Paso), mientras la luna llena sale detrás de la montaña (Canarias) / Foto: Saul Santos

Mientras, que los terremotos no se pueden prevenir, o en cualquier caso, tan solo de manera genérica y aproximada, éste no es el caso de los volcanes. Un volcán es un fenómeno geológico que va acompañado de unas señales previas muy claras que nos pueden indicar cuándo se va a producir la ascensión de la lava a la superficie. En vulcanología este tipo de indicadores se conocen como precursores volcánicos y acostumbran a ser los primeros indicios de una inminente erupción.

Una actividad sísmica intensa a poca profundidad, la deformación del terreno y la emisión de gases como el radón desde el suelo son tres de los principales indicadores que avisan de una próxima erupción. Durante las semanas previas a la que nos ocupa, los equipos de investigación habían detectado un enjambre sísmico –una elevada concentración de temblores superficiales– y un abombamiento del suelo en la zona del futuro volcán, que en la estación GPS (Sistema de Posicionamiento Global) más cercana al punto exacto donde surgiría llegó a superar los 20 centímetros.

En la erupción del volcán submarino Tagoro de la isla de El Hierro de 2011 pasó largo tiempo entre los terremotos y la emanación del magma desde el fondo marino. Por eso, en el caso de La Palma no se pensó que la erupción se fuera a producir tan rápido.

Y, esta vez sí, a las 15.10 horas, un primer surtidor de magma disparado sobre una ladera boscosa sorprendía a un equipo del INVOLCAN que trabajaba en la zona

No era la primera vez que los terremotos profundos se hacían notar. Entre 2017 y 2020 ya se habían producido múltiples seísmos en el conjunto de las islas Canarias –en las zonas de La Palma, El Hierro o Tenerife– pero sin que tuvieran consecuencias lávicas y por tanto sin que llegaran a ser noticias en los principales medios de comunicación.

Pero esta vez fue diferente, entre el 10 y el 19 de septiembre se registraron hasta 25.000 terremotos, la mayoría imperceptibles para la población palmera. La sismicidad en enjambre venía provocada por la presión del magma sobre la corteza terrestre. Poco antes del mediodía del 19 de septiembre (hora local), un temblor de magnitud 4,2 sacudió la isla. Y, esta vez sí, a las 15.10 horas, un primer surtidor de magma disparado sobre una ladera boscosa sorprendía a un equipo del INVOLCAN que trabajaba en la zona.

Casi tres meses después, disminuían la sismicidad y el tremor (vibración del volcán por la circulación de fluidos en su interior). También se produjo una caída en las cifras diarias de emisiones de dióxido de azufre (SO2) –que bajaron a menos de 100 toneladas cuando habían rozado las 180.000– y de otros gases, anunciando así el principio del fin de la erupción.

 

'El bicho', una desgracia para miles de palmeros

 

Cementerio de Las Manchas sepultados por la cenizas del volcán en Isla de La Palma (Canarias) / Foto: Saul Santos Cementerio de Las Manchas sepultados por la cenizas del volcán en Isla de La Palma (Canarias) / Foto: Saul Santos

Este 31 de enero, el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, anunció que la emergencia en La Palma había bajado a nivel 1, aunque se mantenía la urgencia para actuaciones en infraestructuras y cuestiones clave para la recuperación. Con esta decisión, la gestión de la misma había pasado a ser competencia del Cabildo de La Palma. 

Cubiertos de ceniza y con mascarillas como el resto de lugareños, desde EcoAvant.com, atestiguamos como un hombre que afirma tener 90 años contempla desde el mirador de Tajuya –una plazuela frente a la iglesia de la Sagrada Familia desde donde medios de comunicación y turistas pudieron seguir la erupción– cómo la lava avanza hacia el mar. Un reportero gráfico le pregunta si lo ha perdido todo, a lo que responde resignado: “No, allí solo llevaba viviendo un mes. Mi casa de toda la vida la perdí en agosto en un incendio forestal”. Una y otra se hallaban en El Paso, separadas por apenas cinco kilómetros. Es una de las numerosas desgracias causadas por el volcán.  

Durante las distintas fases de la erupción tuvieron que ser evacuadas con lo puesto hasta 7.000 personas, de las que se estima que unas 2.000 (unas 500 familias) han perdido sus viviendas y todas sus pertenencias

Miles de palmeros tienen su propia historia triste y calamitosa relacionada con el que muchos llaman El bicho o El monstruo. Durante las distintas fases de la erupción tuvieron que ser evacuadas con lo puesto hasta 7.000 personas, de las que se estima que unas 2.000 (unas 500 familias) han perdido sus viviendas y todas sus pertenencias. Mientras algunas ya han podido volver a sus casas –el 3 de enero lo hicieron un millar–, varios miles esperan todavía poder hacerlo, y otras directamente no tienen a dónde regresar.

Algunos, los más mayores, ya han visto tres erupciones en la isla, las del San Juan (1949), el Teneguía (1971) y la de este fatídico 2021. Las dos primeras no causaron daños (el Teneguía no tocó ni una casa) y todo el mundo esperaba que esta vez pasaría lo mismo. Aquellos volcanes estallaron en zonas poco pobladas y las coladas avanzaron sobre terrenos vacíos hacia el mar. Pero la creciente ocupación humana del territorio aumenta cada vez más el riesgo volcánico –la posibilidad de que una erupción dañe vidas, propiedades o infraestructuras–, que las expertas y expertos diferencian del peligro volcánico –el que genera una erupción por sí misma–.

Tal como se apunta desde la vulcanología, el nivel de riesgo de un volcán se podría resumir de la siguiente manera: el riesgo volcánico viene determinado por el peligro del fenómeno geológico en sí y por la exposición de su entorno a éste.

En el caso del volcán de La Palma, el peligro del volcán en sí fue relativamente bajo por las características de la erupción (IEV nivel 3, de tipo estromboliano-hawaiano). La zona situada a los pies de Cumbre Vieja se caracteriza por ser muy poblada y con grandes extensiones de cultivo, por lo que las pérdidas potenciales de vidas humanas y económicas son muy elevadas. Por tanto, el riesgo volcánico en la isla de La Palma –y en general en las islas Canarias, muy especialmente en Tenerife–  es muy alto comparado con otras zonas eruptivas con una baja o nula densidad de población.

Amanda Melián, de 33 años, nos explica que había visto con esperanza como las coladas iban esquivando su casa, una tras otra. Su suerte terminó el 26 de noviembre: una nueva boca se abrió exactamente dentro de su jardín

Amanda Melián, de 33 años, nos explica que había visto con angustia en fotos de prensa cómo la ceniza había cubierto casi por completo la casa que había acabado de reformar unos meses atrás. Pero también comprobaba con esperanza como las coladas la iban esquivando, una tras otra. Su suerte terminó el 26 de noviembre: una nueva boca se abrió exactamente dentro de su jardín.

Mientras casas, hoteles, naves industriales, iglesias y polideportivos han caído como naipes ante los ríos de piedra fundida, cientos de redondos depósitos de agua, de los que empezaron a proliferar a mediados del siglo pasado para irrigar las fincas de plátanos, han resistido. Más de 300 los construyó con hormigón Juan Manuel Batista, de 78 años, que se muestra tan sorprendido como el primero. “Sabía que soportaban bastante, ¡pero no tanto!”, se asombra.

 

“Delta lávico, no fajana”. Nuevas playas y monitorización

 

Detalle de la lava del volcán de La Palma que llega al mar y forma los deltas lávicos, Isla de La Palma (Canarias) / Foto: Saul Santos Detalle de la lava del volcán de La Palma que llega al mar y forma los deltas lávicos, Isla de La Palma (Canarias) / Foto: Saul Santos

El 29 de octubre la colada del volcán de La Palma –tan solo 10 días después del inicio de su erupción–,  tras un recorrido de seis kilómetros y después de haberse extendido cerca de 340 hectáreas sobre el terreno, llegó al mar en la zona de acantilados de Tazacorte y en la playa de Los Guirres. Desde una altura de cerca de 100 metros y generando depósitos de lava de hasta 50, se precipitó sobre las aguas del Atlántico.

Coincidiendo con el final de la erupción del volcán de La Palma, la Universidad de La Laguna (ULL),  la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y el comité científico del PEVOLCA  emitieron (3) un comunicado conjunto en el que aconsejaban  para referirse “al nuevo terreno surgido en la costa por la acumulación de materiales de origen volcánico” usar las denominaciones ‘delta lávico’ o ‘isla baja’ y desechaban el término “fajana”, usado por los lugareños.

A principios del mes de febrero, la  Plataforma Oceánica de Canarias (Plocan) puso en funcionamiento un vehículo autónomo de superficie Wave glider para llevar a cabo trabajos de observación y monitorización del impacto de las coladas del volcán en las aguas próximas a Tazacorte y en sus ecosistemas.

El Wave glider está dotado de los instrumentos que permiten al personal científico medir en superficie de forma continua variables meteorológicas atmosféricas y la salinidad del agua, la temperatura, el oxígeno disuelto y el sonido oceánico

El Wave glider está dotado de los instrumentos que permiten al personal científico medir en superficie de forma continua variables meteorológicas atmosféricas y la salinidad del agua, la temperatura, el oxígeno disuelto y el sonido oceánico.

En los tres puntos desde donde la lava se precipitó al Atlántico, donde se crearon los deltas lávicos –el mayor de ellos de unas 45 hectáreas– se formaron nuevas playas de arenas negras, tal como pudo captar el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) con una cámara térmica instalada en un dron.

 

 

Peligros tras el silencio

 

Retirada de ceniza en los tejados de una casa cercanas al volcán de La Palma en Las Manchas, El Paso (Canarias) / Foto: Saul Santos Retirada de ceniza en los tejados de una casa cercanas al volcán de La Palma en Las Manchas, El Paso (Canarias) / Foto: Saul Santos

La actividad volcánica en La Palma ha cesado pero sus consecuencias siguen teniendo efectos sobre muchos de los palmeros que tuvieron que abandonar sus hogares con lo puesto. Semanas después del fin de la erupción, muchos no pueden volver a sus hogares a causa de la alta concentración de gases tóxicos para la salud.

Por eso, los científicos siguen al pie del cañón porque, aunque los seis cráteres principales y una veintena de focos de emisión que llegaron a abrirse hayan dejado de expulsar lava, rocas y cenizas, el peligro no ha desaparecido. El experto en gases del INVOLCAN Pedro Hernández, la primera persona que ascendió al cráter principal dos días después del fin de su actividad –cuando aún no se había decretado oficialmente el fin de la erupción–, lo constató durante los últimos días de diciembre.

“En algunas zonas de Puerto Naos las emisiones de dióxido de carbono (CO2) son muy elevadas. Hay perros, gatos, pájaros y hasta cucarachas muertos por todas partes. Puede ser un serio problema para que las personas puedan volver a sus hogares. Y es imposible saber cuánto durará”, señala a EcoAvant.com Hernández, este geoquímico con dos postdoctorados en la Universidad de Tokio y que ha presenciado ocho erupciones en diferentes lugares del mundo.

Existen otras amenazas asociadas a la etapa posteruptiva: el peso de la ceniza sobre las construcciones o la sismicidad. Un temblor de 4-4,5 grados podría hacer caer alguna casa, por no hablar de derrumbes de las propias coladas

STRAVOS MELETLIDIS, geólogo del Instituto Geográfico Nacional (IGN)

El geólogo griego Stavros Meletlidis, del Instituto Geográfico Nacional (IGN, organismo oficialmente encargado de la seguridad volcánica en España), antiguo responsable en su país de la vigilancia de la caldera de Santorini, nos apunta otras amenazas asociadas a la etapa posteruptiva: “El peso de la ceniza sobre las construcciones o la sismicidad. Un temblor de 4-4,5 grados podría hacer caer alguna casa, por no hablar de derrumbes de las propias coladas”. 

Los más de 200 millones de metros cúbicos de materiales emitidos por la erupción han modificado de forma radical el aspecto de la isla, tanto su orografía como su extensión y la forma del litoral. Buena parte de ellos (34 millones) formaron el imponente nuevo cono de 200 metros que se alza en Cumbre Vieja, una sucesión de una treintena de volcanes con 125.000 años de actividad orientada de norte a sur en la parte meridional de La Palma.

La mayor parte del material emitido por el volcán fue lava y ”menos de un 12% fueron piroclastos”, tal como calcula el geólogo y vulcanólogo chileno de la Universidad de Manchester (Reino Unido), Jorge Romero.

Romero realizó cuatro viajes a La Palma para estudiar todo lo que el volcán lanzó por los aires, que se agrupa bajo el nombre de piroclasto o tefra, e incluye “desde el más fino polvillo a las rocas más enormes”, bombas volcánicas que pueden alcanzar el tamaño de un coche y ser enviadas a centenares metros de distancia.

La situación entorno a lo que se ha denominado como zona cero del volcán –todas aquellas áreas devastadas por sus efectos–, sigue siendo muy peligrosa ya que se producen unas cantidades ingentes de gases tóxicos para la salud, entre los que destaca como principal amenaza el SO2

Es mediados de noviembre. Acompañamos a Romero hasta 800 metros del rugiente cono para medir el grosor de la capa de tefra que llega hasta los dos metros acumulados en algunos puntos; que repiquetea en los cascos cuando regresamos a los coches, aparcados con las llaves puestas y de espaldas al volcán por si resulta precisa una salida rápida.

Actualmente, la situación entorno a lo que se ha denominado como zona cero del volcántodas aquellas áreas devastadas por sus efectos–, sigue siendo muy peligrosa ya que las elevadas temperaturas de más de 1000 ºC a la que están sometidas las rocas más profundas, producen unas cantidades ingentes de gases tóxicos para la salud humana y de otros seres vivos, entre los que destaca como principal amenaza el SO2. Es por eso que se multa hasta con 600 euros a aquellos curiosos o turistas que se salten las zonas perimetrales de seguridad.

Otra cosa que preocupa, son las colosales cantidades de cenizas expulsadas por el volcán. Por el momento, se están acumulando en vertederos especiales con la previsión de que en un futuro puedan tener algún uso agrícola por su composición rica en minerales. Desde la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) ya trabajan en posibles usos para la ceniza del nuevo volcán que también apuntan al desarrollo de morteros, hormigones y bloques para la construcción.

 

ISvolcan, un estudio sobre la salud de las personas

 

Un grupo de trabajadores comen y descansan durante una dura jornada de retirada de cenizas en los invernaderos en Isla de La Palma (Canarias) / Foto: Saul Santos Un grupo de trabajadores comen y descansan durante una dura jornada de retirada de cenizas en los invernaderos en Isla de La Palma (Canarias) / Foto: Saul Santos

También a principios del mes de febrero de 2022 el Área de Salud de La Palma anunció el inicio de los trabajos de la investigación Impacto en la salud de la población de la isla de La Palma durante la reciente erupción volcánica –también conocida como proyecto ISvolcan– que analizará los posibles efectos que puedan derivarse sobre la población palmera tras casi tres meses de erupciones del volcán.

El estudio, que se integra en la Estrategia Sanitaria de Actuación Inmediata para la isla de La Palma, en el marco del Plan Especial para la Reconstrucción de La Palma, hará un seguimiento durante los próximos cinco años de la salud de las personas participantes que habitan cerca de la zona volcánica de Cumbre Vieja.

La investigación llevará a cabo la exploración de varios parámetros de la salud entre los que se encuentran la función respiratoria y un análisis de sangre para evaluar la presencia de metales pesados procedentes de la erupción volcánica

Desde ISvolcan se ha seleccionado de manera aleatoria una amplia muestra de población general adulta, de residentes de los municipios de la comarca oeste –El Paso, Los Llanos de Aridane, Tazacorte y Puntagorda–, cuyos datos se compararán con los de la población de la comarca este –municipios de Mazo, Santa Cruz de La Palma y de San Andrés y Sauces–.

El director del área de Salud de La Palma, Kilian Sánchez, asegura que "este estudio servirá para hacer un seguimiento muy estrecho de las personas que decidan participar en él y comprobar, así, los posibles efectos y cambios que se han podido producir en la salud de los vecinos y vecinas de La Palma a causa del volcán". La investigación llevará a cabo la exploración de varios parámetros de la salud entre los que se encuentran la función respiratoria y un análisis de sangre para evaluar la presencia de metales pesados procedentes de la erupción volcánica. 

 

Una de las erupciones más monitorizadas

 

Personas científicas de INVOLCAN realizan mediciones de gases dentro del cráter principal del volcán de La Palma / Foto: Saul Santos Personas científicas de INVOLCAN realizan mediciones de gases dentro del cráter principal del volcán de La Palma / Foto: Saul Santos

La erupción del volcán de La Palma puede haber sido la erupción más monitorizada de la historia. Cada día se controlaron, entre otros parámetros: la altura, temperatura y composición de la columna volcánica; las emisiones de gases; la sismicidad; el progreso, temperatura y composición de las coladas; el grosor de la capa de ceniza y sus estratos; el estado de las aguas subterráneas...

El hecho de producirse en una zona de fácil acceso de un país desarrollado atrajo a gran cantidad de expertos (528 acreditados por el PEVOLCA, de los que 143, de 16 países, llegaron para colaborar con el INVOLCAN). Fruto de ello, el volcán canario ya ha dado lugar a un buen número de publicaciones científicas. En la mayoría de los casos, las investigadoras e investigadores, incluso personas veteranas, confesaban emocionadas que podían contemplar por primera vez aquello que llevaban años, o toda la vida, estudiando.

“Ha sido una erupción estromboliana [por el volcán italiano Estrómboli] pura y dura, aunque con cierta ‘personalidad’, en forma de fases más explosivas y coladas hawaianas”

NEMESIO PÉREZ,  coordinador científico del INVOLCAN

No es el caso del coordinador científico del INVOLCAN, Nemesio Pérez, uno de los principales especialistas en vigilancia volcánica en España, formado en Estados Unidos y Japón y que ha sido testigo de hasta una decena de erupciones en lugares como Cabo Verde, Guatemala, Ecuador, Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Islandia, Italia, Papúa Nueva Guinea, Filipinas, el Japón donde estudió y sus Canarias natales –la de El Hierro en 2011 y ahora en La Palma–.

Ante la controversia sobre el tipo de erupción del que se trató, Pérez se muestra rotundo: “Ha sido una erupción estromboliana [por el volcán italiano Estrómboli] pura y dura, aunque con cierta ‘personalidad’, en forma de fases más explosivas y coladas hawaianas”, sentencia.

El episodio volcánico de la zona de Cumbre Vieja ha permitido a los investigadores emplear tecnologías novedosas que han aportado datos o imágenes hasta no hace mucho imposibles de obtener. Es el caso de los satélites –como los del programa Copernicus– o los drones. El PEVOLCA autorizó más de 2.800 vuelos de estos últimos aparatos, que proporcionaron escenas inolvidables de una erupción tan peligrosamente dañina como fascinante.

 

Malestar por la gestión, entre los afectados por el volcán

 

Varias personas con carteles participan en una marcha para reivindicar ''los derechos de las personas afectadas'' por la erupción volcánica de Cumbre Vieja, a 25 de febrero de 2022, en Los Llanos de Aridane, La Palma, Canarias (España) / Foto: EP Varias personas con carteles participan en una marcha para reivindicar ''los derechos de las personas afectadas'' por la erupción volcánica de Cumbre Vieja, a 25 de febrero de 2022, en Los Llanos de Aridane, La Palma, Canarias (España) / Foto: EP

Para este mismo sábado 12 de marzo la Iniciativa de Apoyo Ciudadano de Afectados por el volcán de la isla de La Palma ha convocado una concentración de afectados por la erupción palmera en la Plaza de las Cortes frente al Congreso de los Diputados en Madrid.

Al día siguiente, el domingo 13 de marzo, tendrá lugar la Conferencia de Presidentes en la que se reunirán de manera presencial los jefes autonómicos con el del Ejecutivo central. En la reunión también se abordará un plan de cooperación para la respuesta al impacto de la guerra en Ucrania. El acto lo presidirán los reyes de España en Santa Cruz de La Palma el acto en el que se homenajeará a los habitantes de la isla por su ejemplaridad ante la situación vivida por la erupción.

Desde la Iniciativa de Apoyo Ciudadano recuerdan que son más de 7.000 personas las que aún no tienen certidumbre de su futuro inmediato y que los afectados y desplazados continúan “con la lucha iniciada el pasado 19 de septiembre, manifestándonos ante las administraciones locales”.

Hoy asistimos a las bienaventuranzas y parabienes de la ciencia en nuestro país por cómo se ha gestionado la catástrofe, mientras que ni el INVOLCAN, ni el PEVOLCA, ni los ayuntamientos, ni el Cabildo de La Palma o el Gobierno de Canarias prestaron ni un solo minuto de atención a preparar al ciudadano para la más que posible erupción

PORTAVOZ, Iniciativa de Apoyo Ciudadano

Denuncian que la especulación del suelo se ha multiplicado un 1.600% el precio, mientras que otras fuentes apuntan que sería de hasta el 2.600%. El Defensor del Pueblo ya ha abierto una investigación de oficio al respecto de la gestión de las administraciones públicas en el reparto de las donaciones, el retraso en la entrega de viviendas.

Según la agencia de noticias Europa Press el portavoz de la Iniciativa Ciudadana ha manifestado que "resulta inaudito que en las revistas de referencia internacional los expertos publicasen estudios científicos que avalaban una futura erupción como así sucedió cuatro años antes y que la Administración no alertase a los ciudadanos con el objetivo de salvaguardar sus bienes muebles y asegurar los inmuebles".

A lo que el portavoz a añadido: "Hoy asistimos a las bienaventuranzas y parabienes de la ciencia en nuestro país por cómo se ha gestionado la catástrofe, mientras que ni el INVOLCAN, ni el PEVOLCA, ni los ayuntamientos, ni el Cabildo de La Palma o el Gobierno de Canarias prestaron ni un solo minuto de atención a preparar al ciudadano para la más que posible erupción. Ahora constatamos que actuaron de forma irresponsable, y de ello se deriva una más que probable responsabilidad patrimonial del patrimonio perdido".

 

Un volcán todavía sin nombre

 

Actividad estromboliana y explosiva en una de las bocas del volcán de La Palma (Canarias) / Foto: Saul Santos Actividad estromboliana y explosiva en una de las bocas del volcán de La Palma (Canarias) / Foto: Saul Santos

Aunque la erupción se ha producido en la dorsal volcánica de Cumbre Vieja, una sucesión de varias decenas de viejos cráteres y conos, y que se propuso este nombre para el volcán, también se han barajado, esgrimiendo distintas razones, los nombres de Tajogaite, Jedey o Cabeza de Vaca.

Desde INVOLCAN proponen el nombre de Tajogaite para el volcán de La Palma, que hace referencia a los antecedentes aborígenes, ya que se trata de un topónimo local típicamente guanche, que traducido de manera literal significaría montaña rajada

Desde el Instituto Vulcanológico de Canarias (INVOLCAN) proponen Tajogaite, que hace referencia a los antecedentes aborígenes, ya que se trata de un topónimo local típicamente guanche, una lengua extinta de origen bereber, que traducido de manera literal significaría montaña rajada.

Desde Google Maps ya se han adelantado y en su localización lo denominan como Cumbre Vieja. La última palabra la tendrán los habitantes de La Palma.

Referencias